jueves, 5 de septiembre de 2013

Viernes de Hiel
(IV)Una réplica no solicitada:
El Sindicalismo Ciudadano realmente existente
ó de cómo el camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones

Franco Benavides

Ya vimos cómo don Albino Vargas, dirigente de  la Anep, se precia de haber creado lo que él denomina el Sindicalismo-ciudadano contraponiéndolo al sindicalismo “sectario y dogmático” de los “nostálgicos de la era soviética”.  También vimos que el origen del Sindicalismo Socio-Político –del cual el Sindicalismo Ciudadano es una versión deformada- se encuentra en la crisis ideológica y política de la izquierda, desatada con la caída del Socialismo Real y la entronización del Capitalismo Neo-liberal.(En: http://enlunado.blogspot.com/2013/08/iii-una-replica-no-solicitada.html).
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Pero como ya estamos prevenidos por marxistas y cristianos de que las cosas se valoran por lo que son y no por lo que se dice de ellas (el criterio de la verdad es la práctica/por sus frutos los conoceréis); aquí vamos a atenernos a los hechos(1) y no al Sindicalismo Ciudadano que vive  tan solo en la fantasía de los dirigentes de la Anep.
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Podemos dividir al Sindicalismo Ciudadano en dos: hacia adentro y hacia afuera de la Anep.  Existe, también, un doble discurso: i) el que es coherente con la práctica anti-democrática interna expresado en todo su esplendor por don Albino Vargas en su diatriba contra la “oposición” (Ver: ANEP: Algunas consideraciones acerca de nuestra situación actual y desde nuestra perspectiva personal”, 21/07/2013, en:  https://www.facebook.com/tendencia.trabajoanep?hc_location=timeline) y ii) el que se utiliza tanto para auto-definirse (autoimagen) como para la exportación (propaganda).
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Hacia adentro el Sindicalismo Ciudadano ha implicado un proceso de concentración del poder, al mismo tiempo y por medio de una fuerte tendencia a la impermeabilización del Sindicato a las prácticas democráticas.  Los  procesos de elección de la Junta Directiva, legitimados por normas Estatutarias que se modifican para cerrarse en una especie de endogamia sindical, han tenido como efecto que desde 1985 y hasta el 2011 no se presentara ninguna elección por oposición.  En las elecciones de la Anep, salvo a partir del año 2011, la asamblea general no hace más que ratificar una nómina de candidatos a la junta directiva.  Y para mayor gravedad, esa nómina se escoge al interior de lo que dentro de la Anep se denomina la Tendencia Trabajo (grupo dominante en términos absolutos desde 1989), compuesta por un reducido círculo de personas afines al Secretario General, entre las que se cuenta a los propios empleados del Sindicato, que a su vez, por “reforma estatutaria”, son también afiliados y, por tanto, pueden ser parte de la junta directiva.
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Hacia adentro, la Anep está constituida como con una especie de círculos concéntricos donde el más grande, externo y alejado del centro, lo conforman los afiliados dispersos (unos 13000), cuyo vínculo principal y casi único es el pago mensual de una cuota;  luego viene un círculo mucho menor conformado por afiliados que participan con alguna regularidad en actividades tales como las asambleas generales (entre 300 y 1000; un 7.5%).  Un círculo de “allegados”, de unas 100 (0.7%) personas
constituyen la “Tendencia Trabajo”. Este es un círculo “cerrado” en el que solo se entra con el aval indispensable del Secretario General y solo si se acepta el “pensamiento albinista”.  La Tendencia Trabajo es la que define las candidaturas a la Junta Directiva, mismas que se someten como una nómina irreductible para que la asamblea general la ratifique o rechace en su conjunto(2).  Viene luego el círculo de “confianza” compuesto por el “Aparato”: son los empleados de tiempo completo del Sindicato (30), entre los cuales se distinguen los “directivos” de los no “directivos”.  Y aún antes del último círculo, el que forma el centro de todos, se constituye otro conformado por unas cinco personas que constituyen la “dirección política” (sean o no directivos) que rodea, de manera inmediata, ahora sí, al círculo más pequeño y sin embargo, el más poderoso, que lo constituye el Secretario General, Albino Vargas.
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Los tres círculos internos más pequeños, que no sobrepasan las 100 personas, se constituyen en algo así como una cofradía, una hermandad; o como la denomina el propio Secretario General una “soridad(3).   Así se dirige don Albino a esos círculos de intimidad (se refiere a la Tendencia Trabajo):  “Hoy estamos en mejores condiciones para un trabajo altamente fraterno y altamente sororario, luego de la defecación política que tuvo la organización (se refiere al despido de un grupo de empleados y dirigentes).”  Y luego agrega: “… hacemos el más grande llamado (…) a la más perfecta organización, para que consolidemos, definitivamente, la hegemonía triunfante instaurada hace dos años, en plena fraternidad y sororidad.”.  Y más:  “Todos estos elementos apuntados anteriormente, resultan imprescindibles para nuestro fortalecimiento grupal, político, organizativo y psicoemocional. Son fundamentales de que los comprendamos y que los apliquemos en nuestras relaciones humanas, laborales y socioafectivas y, repetimos, con actitudes sinceras y transparentes de fraternidad y de sororidad. (Ver los apartados 9 y 10 del documento arriba citado: ANEP: Algunas consideraciones acerca de nuestra situación actual y desde nuestra perspectiva personal”).
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 No podemos insistir más en ese carácter cerrado –al menos respecto a los puestos de dirección y al “aparato” sindical-.  Aunque el fenómeno de la perpetuación de una grupo de dirigentes en las organizaciones sindicales (y no solo en ellas: hay que mirar hacia el cooperativismo, por ejemplo) no es privativo de la Anep, lo que es cierto es que un conjunto de factores (dispersión geográfica e institucional de los afiliados, normas estatutarias y electorales “endogámicas”, desgano de las bases hacia la participación, etc.) se han combinado para crear dentro de ese sindicato un sistema casi impermeable a las prácticas democráticas que subsisten, en cambio, con más o menos fuerza, en otras organizaciones en las que la dirigencia –aunque arraigada por años, se vea obligada a competir en procesos abiertos(4).  La vocación de la dirigencia actual de la Anep respecto a la democracia interna se retrata en la siguiente afirmación:  “La organización debe tener un solo y único liderazgo (…) reflejado en una sola autoridad (…) expresado en lo que hemos de llamar “albinismo”; es decir, la confianza en que se le tenga al pensamiento y a las acciones de este servidor para conducir a la organización hacia nuevos senderos en estos difíciles tiempos” (Declaración de Albino Vargas llamando la constitución de la corriente “Estudio y Trabajo”, citada por la Tendencia Rescate en: http://anep.or.cr/article/sobre-el-proyecto-el-titi/#sthash.3YCG0a88.dpuf). 
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Por eso no es raro que las “purgas” de los que no son considerados “anepistas de corazón” se ejecuten y se celebren como logros del sindicato y que la organización de grupos de oposición se entienda como la agresión de “un cuerpo extraño, infeccioso”  (Tendencia Trabajo-Anep: Ante el proceso electoral de la ANEP: Caracterización general del enemigo; 1º de julio del 2013; En:  https://www.facebook.com/tendencia.trabajoanep?hc_location=timeline).
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Y ya no pudimos, en este corto espacio, hablar del Sindicalismo Ciudadano hacia afuera.  Será en la próxima vez.
Heredia, 6 de setiembre del 2013

NOTAS:
(1)     Valga decir, en honor a una discusión que pretende ser completamente honesta, que “hechos” así no más, “puros”, no existen.  Lo que sí  hay son interpretaciones de hechos.  Por eso es que, como decía Sor Juana Inés de la Cruz: “Todo el mundo es opiniones/ de pareceres tan varios,/ que lo que el uno que es negro,/ el otro prueba que es blanco (…)Para todo se halla prueba/ y razón en que fundarlo; /y no hay razón para nada, de haber razón para tanto.”
(2)    Al menos así fue durante unos 20 años, hasta que en el 2011, contra viento y marea albinista, se logró por fin inscribir un grupo opositor denominado “Tendencia Rescate-Anep”, que en total desigualdad, participó en las elecciones de junta directiva obteniendo unos 1400 votos contra unos 1800 de la Tendencia de los “anepistas de corazón”.
(3)    El término “sororidad” es una composición fabricada por el feminismo sobre la base la partícula latina “sor”, que significa “hermana”.  “Así de La palabra sororidad se deriva de la hermandad entre mujeres, el percibirse como iguales que pueden aliarse, compartir y, sobre todo, cambiar su realidad debido a que todas, de diversas maneras, hemos experimentado la opresión (…) “amistad entre mujeres diferentes y pares, cómplices que se proponen trabajar, crear y convencer, que se encuentran y reconocen en el feminismo, para vivir la vida con un sentido profundamente libertario” (…) “En resumidas cuentas, la sororidad se traduce en hermandad, confianza, fidelidad, apoyo y reconocimiento entre mujeres para construir un mundo diferente; percatarse que desde tiempos antiguos hay mujeres que trabajan para lograr relaciones sociales favorables para ellas y para nosotras, recordando siempre que todas somos diversas y diferentes.” (En: http://mar-mardeideas.blogspot.com/2011/07/sororidad-la-nueva-cultura-de-hermandad.html)

(4)    Y ni que decir de organizaciones tan grandes como la APSE, la ANDE y el SEC en las que la elección de la junta directiva es altamente competitiva y por tanto la dirigencia, aunque se perpetúe, está expuesta permanente a la crítica y a la necesidad de rendir cuentas para continuar al frente de la organización.  Y hay que agregar que en la APSE y la ANDE normas estatutarias impiden la reelección indefinida. Desconozco, en éste último sentido, el caso de la APSE.

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