Viernes de Hiel
(IV)Una réplica no solicitada:
El Sindicalismo
Ciudadano realmente existente
ó de cómo el
camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones
Franco Benavides
Ya vimos cómo don Albino Vargas, dirigente de la Anep, se precia de haber creado lo que él
denomina el Sindicalismo-ciudadano
contraponiéndolo al sindicalismo “sectario
y dogmático” de los “nostálgicos de
la era soviética”. También vimos que
el origen del Sindicalismo Socio-Político
–del cual el Sindicalismo Ciudadano
es una versión deformada- se encuentra en la crisis ideológica y política de la
izquierda, desatada con la caída del Socialismo Real y la entronización del
Capitalismo Neo-liberal.(En: http://enlunado.blogspot.com/2013/08/iii-una-replica-no-solicitada.html).
·
Pero como
ya estamos prevenidos por marxistas y cristianos de que las cosas se valoran
por lo que son y no por lo que se dice de ellas (el criterio de la verdad es la práctica/por sus frutos los conoceréis);
aquí vamos a atenernos a los hechos(1) y no al Sindicalismo Ciudadano que vive tan solo en la fantasía de los dirigentes de
la Anep.
·
Podemos dividir al Sindicalismo Ciudadano en dos: hacia adentro y hacia afuera de la Anep. Existe, también, un doble discurso: i) el que es coherente con la práctica
anti-democrática interna expresado en todo su esplendor por don Albino Vargas
en su diatriba contra la “oposición” (Ver: “ANEP: Algunas consideraciones
acerca de nuestra situación actual y desde nuestra perspectiva personal”, 21/07/2013, en: https://www.facebook.com/tendencia.trabajoanep?hc_location=timeline) y ii) el que se
utiliza tanto para auto-definirse (autoimagen) como para la exportación
(propaganda).
·
Hacia adentro el Sindicalismo Ciudadano ha implicado un proceso de concentración del
poder, al mismo tiempo y por medio de una fuerte tendencia a la
impermeabilización del Sindicato a las prácticas democráticas. Los
procesos de elección de la Junta Directiva, legitimados por normas
Estatutarias que se modifican para cerrarse en una especie de endogamia sindical, han tenido como
efecto que desde 1985 y hasta el 2011 no se presentara ninguna elección por
oposición. En las elecciones de la Anep,
salvo a partir del año 2011, la asamblea general no hace más que ratificar una
nómina de candidatos a la junta directiva.
Y para mayor gravedad, esa nómina se escoge al interior de lo que dentro
de la Anep se denomina la Tendencia
Trabajo (grupo dominante en términos absolutos desde 1989), compuesta por
un reducido círculo de personas afines al Secretario General, entre las que se
cuenta a los propios empleados del Sindicato, que a su vez, por “reforma
estatutaria”, son también afiliados y, por tanto, pueden ser parte de la junta
directiva.
·
Hacia adentro,
la Anep está constituida como con una especie de círculos concéntricos donde el
más grande, externo y alejado del centro, lo conforman los afiliados dispersos
(unos 13000), cuyo vínculo principal y casi único es el pago mensual de una
cuota; luego viene un círculo mucho
menor conformado por afiliados que participan con alguna regularidad en
actividades tales como las asambleas generales (entre 300 y 1000; un
7.5%). Un círculo de “allegados”, de
unas 100 (0.7%) personas
constituyen la
“Tendencia Trabajo”. Este es un círculo “cerrado” en el que solo se entra con
el aval indispensable del Secretario General y solo si se acepta el
“pensamiento albinista”. La Tendencia
Trabajo es la que define las candidaturas a la Junta Directiva, mismas que se
someten como una nómina irreductible para que la asamblea general la ratifique
o rechace en su conjunto(2). Viene
luego el círculo de “confianza” compuesto por el “Aparato”: son los empleados de
tiempo completo del Sindicato (30), entre los cuales se distinguen los
“directivos” de los no “directivos”. Y
aún antes del último círculo, el que forma el centro de todos, se constituye
otro conformado por unas cinco personas que constituyen la “dirección política”
(sean o no directivos) que rodea, de manera inmediata, ahora sí, al círculo más
pequeño y sin embargo, el más poderoso, que lo constituye el Secretario
General, Albino Vargas.
·
Los tres
círculos internos más pequeños, que no sobrepasan las 100 personas, se
constituyen en algo así como una cofradía, una hermandad; o como la
denomina el propio Secretario General una “soridad”(3). Así se dirige don Albino a esos círculos de
intimidad (se refiere a la Tendencia Trabajo):
“Hoy estamos en mejores
condiciones para un trabajo altamente fraterno y altamente sororario, luego de la defecación política que tuvo la organización
(se refiere al despido de un grupo de empleados y dirigentes).”
Y luego agrega: “… hacemos el más
grande llamado (…) a la más perfecta organización, para que consolidemos,
definitivamente, la hegemonía triunfante instaurada hace dos años, en plena
fraternidad y sororidad.”. Y más:
“Todos
estos elementos apuntados anteriormente, resultan imprescindibles para nuestro
fortalecimiento grupal, político, organizativo y psicoemocional. Son
fundamentales de que los comprendamos y que los apliquemos en nuestras
relaciones humanas, laborales y socioafectivas y, repetimos, con actitudes
sinceras y transparentes de fraternidad y de sororidad.” (Ver los apartados 9 y 10 del documento arriba
citado: “ANEP:
Algunas consideraciones acerca de nuestra situación actual y desde nuestra
perspectiva personal”).
·
No podemos insistir más en ese
carácter cerrado –al menos respecto a los puestos de dirección y al “aparato”
sindical-. Aunque el fenómeno de la
perpetuación de una grupo de dirigentes en las organizaciones sindicales (y no
solo en ellas: hay que mirar hacia el cooperativismo, por ejemplo) no es
privativo de la Anep, lo que es cierto es que un conjunto de factores
(dispersión geográfica e institucional de los afiliados, normas estatutarias y
electorales “endogámicas”, desgano de las bases hacia la participación, etc.)
se han combinado para crear dentro de ese sindicato un sistema casi impermeable
a las prácticas democráticas que subsisten, en cambio, con más o menos fuerza, en
otras organizaciones en las que la dirigencia –aunque arraigada por años, se vea
obligada a competir en procesos abiertos(4). La vocación de la dirigencia actual de la
Anep respecto a la democracia interna se retrata en la siguiente
afirmación: “La organización debe tener un solo y único liderazgo (…) reflejado en
una sola autoridad (…) expresado en lo que hemos de llamar “albinismo”; es
decir, la confianza en que se le tenga al pensamiento y a las acciones de este
servidor para conducir a la organización hacia nuevos senderos en estos
difíciles tiempos” (Declaración de Albino Vargas llamando la constitución
de la corriente “Estudio y Trabajo”, citada por la Tendencia Rescate en: http://anep.or.cr/article/sobre-el-proyecto-el-titi/#sthash.3YCG0a88.dpuf).
Por eso no es raro que las
“purgas” de los que no son considerados “anepistas
de corazón” se ejecuten y se celebren como logros del sindicato y que la
organización de grupos de oposición se entienda como la agresión de “un cuerpo extraño, infeccioso” (Tendencia Trabajo-Anep: Ante el proceso electoral de la ANEP: Caracterización general del
enemigo; 1º de julio del 2013; En: https://www.facebook.com/tendencia.trabajoanep?hc_location=timeline).
·
Y ya no pudimos, en este corto espacio, hablar del Sindicalismo Ciudadano hacia
afuera. Será en la próxima vez.
Heredia,
6 de setiembre del 2013
NOTAS:
(1) Valga decir, en honor a una
discusión que pretende ser completamente honesta, que “hechos” así no más,
“puros”, no existen. Lo que sí hay son interpretaciones de hechos. Por eso es que, como decía Sor Juana Inés de
la Cruz: “Todo el mundo es opiniones/ de
pareceres tan varios,/ que lo que el uno que es negro,/ el otro prueba que es
blanco (…)Para todo se halla prueba/ y razón en que fundarlo; /y no hay razón
para nada, de haber razón para tanto.”
(2) Al menos así fue durante unos 20 años, hasta que en el 2011, contra
viento y marea albinista, se logró por fin inscribir un grupo opositor
denominado “Tendencia Rescate-Anep”, que en total desigualdad, participó en las
elecciones de junta directiva obteniendo unos 1400 votos contra unos 1800 de la
Tendencia de los “anepistas de corazón”.
(3) El término “sororidad” es una composición fabricada por el feminismo
sobre la base la partícula latina “sor”, que significa “hermana”. “Así de
La palabra sororidad se deriva de la hermandad entre mujeres, el percibirse
como iguales que pueden aliarse, compartir y, sobre todo, cambiar su realidad
debido a que todas, de diversas maneras, hemos experimentado la opresión
(…) “amistad entre mujeres diferentes y
pares, cómplices que se proponen trabajar, crear y convencer, que se encuentran
y reconocen en el feminismo, para vivir la vida con un sentido profundamente
libertario” (…) “En resumidas cuentas, la sororidad se traduce en hermandad,
confianza, fidelidad, apoyo y reconocimiento entre mujeres para construir un
mundo diferente; percatarse que desde tiempos antiguos hay mujeres que trabajan
para lograr relaciones sociales favorables para ellas y para nosotras,
recordando siempre que todas somos diversas y diferentes.” (En: http://mar-mardeideas.blogspot.com/2011/07/sororidad-la-nueva-cultura-de-hermandad.html)
(4) Y ni que decir de organizaciones tan grandes como la APSE, la ANDE y
el SEC en las que la elección de la junta directiva es altamente competitiva y
por tanto la dirigencia, aunque se perpetúe, está expuesta permanente a la
crítica y a la necesidad de rendir cuentas para continuar al frente de la
organización. Y hay que agregar que en
la APSE y la ANDE normas estatutarias impiden la reelección indefinida.
Desconozco, en éste último sentido, el caso de la APSE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario