¿Por qué debemos permanecer en alerta activa frente al proyecto de ley de
empleo público?
Franco
Benavides Flores
Secretario
General de la Afumitra
Desde que la señora Sandra Pizsk,
en su calidad de Ministra de Trabajo, presentó en el año 2012 la primera versión
del Proyecto de Ley No. 19506, se han sucedido una serie de coyunturas
políticas que han manoseado dicho proyecto convirtiéndolo en una especie de comodín para las fuerzas políticas que,
en uno u otro momento, se imponen en la Asamblea Legislativa o en otras esferas
de poder.
Ha pasado de un ambicioso recorte a los pluses
salariales y limitación grave del derecho a la negociación colectiva, a un tímido
intento de recortar unos pocos sobresueldos; luego ha recogido las propuestas
más radicales del Movimiento Libertario, procurando ya no solo hacer recortes
de salarios sino imponer la “disciplina fiscal” por ley y, después, otra vez,
ha transformado su estruendoso rugido neoliberal en el maullido de gato casero.

La última versión del proyecto
19506, la que según dicen, el Gobierno convocó a sesiones extraordinarias porque
cedió al chantaje de los empresarios,
no es la peor versión ni la menos dañina de las decenas que se han sacado de la
manga uno u otro grupo de diputados, según midan la correlación de fuerzas dentro
de ese poder pero, sobre todo, según perciban la fuerza o la debilidad de la
movilización sindical.
Las numerosas y permanentes maniobras
alrededor del famoso proyecto de ley, las convocatorias y desconvocatorias, la modificación
radical de su contenido por la vía de las “mociones sustitutivas” y la
descarada “estrategia” de excluir a los educadores para fragmentar la lucha, son
un indicativo de que el ánimo de “igualar a la baja” a los empleados públicos
respecto a los del sector privado, está tan vivo o más que antes.
En ese sentido la desconvocatoria
del proyecto 19506 por parte del Gobierno, no solo no es indicativo de que se
haya derrotado a las fuerzas neoliberales, sino de que estás procurarán
encontrar otro momento, en el que tal vez no haya tanto disposición a enfrentar la arremetida con la fuerza de la unidad
sindical como en éste.
Urge la unidad sindical, pero sobre
todo una unidad de amplia base, en la que los empleados públicos y los de la
empresa privada sepan descubrir cada maniobra particular contra uno u otro
sector, como un componente de la estrategia neoliberal que busca desmontar lo
que queda del Estado Social.
San
Rafael de Heredia, 26 de enero de 2015.
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