Bonito “análisis
político” y digno de La Nación
Caricaturizar
una protesta social
Franco Benavides Flores
Sin duda uno de los acontecimientos políticos más importantes de las últimas décadas es este movimiento de protesta sindical y social que aún mantiene a miles de ciudadanos en las calles, especialmente -y en lo que parece ser su epílogo-, fuera del Valle Central. ¿Qué consecuencias ha tenido y tendrá una lucha que se ha prolongado por más de un mes y cuyos principales protagonistas, pero no únicos, son los sindicalistas del sector público? Es demasiado pronto para hacer el inventario de sus logros y sus fracasos, sobre todo porque las consecuencias de una huelga contra un proyecto de ley que impone impuestos y redefine los parámetros del gasto público, no es una huelga estrictamente laboral sino, como bien lo han dado a atender sus dirigentes, es una huelga política. Y las consecuencias políticas no se miden por el rebajo de salarios, ni por las clases o las consultas perdidas.
Por eso no me voy a atrever a hacer conclusiones sobre un hecho social que aún no está concluido y que sin duda no acaba de dejar sus huellas sobre la historia reciente de nuestro país. El Combo del ICE fue una gesta popular que se convirtió en un referente de la resistencia contra el desmantelamiento del Estado Social. Seguramente el “combo fiscal” será un referente en la lucha por la justicia tributaria.
Lo que no es admisible es que, un dizque “analista político”, convierta un importante acontecimiento político-popular en una especie de capricho individual. Eso hace el “analista” Víctor Ramírez en un artículo que titula “Paralizar un país”. Con una maña que no puede carecer de mala fe, “el científico social”, le atribuye a la persona de un solo sindicalista superpoderes carismáticos. Ese Gandhi Sindical, ese Luter King albino, arrastró a cientos de dirigentes sindicales y a miles de ciudadanos a la aventura de reeditar el “combo del ICE”.
Los que conocemos desde dentro el Movimiento Sindical sabemos lo lejos que está ese dirigente de ser siquiera el verdadero y principal protagonista, aunque así lo quiera presentar la prensa en una maniobra propia de la propaganda de guerra: hacer caricaturas del enemigo para vencerlo con las armas del prejuicio y del odio irracional. Que la prensa manipule a la opinión pública deformando la realidad, desgraciadamente ya lo esperábamos. Que un “científico social” recurra a la basura periodística para “analizar” uno de los más importantes acontecimientos sociales de las últimas décadas, deja mucho que desear.
¡Viva la huelga!
Heredia, 12 de octubre de 2018.
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