CANTATA A RON RODRIGO
(EN CINCO CANTOS Y UNA ALABANZA)
Consejo para leer: es puro sarcasmo.
I. ELEGANTE Y GALÁN.
El labio superior levantado
En señal de su sensual condición;
Una rendija entre los dientes blancos
para más fácil escupir su maldición.
Barba y bigote, con primor recortados
Para hacerle un pintoresco marco
A esa enorme paridera de insultos
A la que su boca se ha consagrado.
Al macho de lomo plateado
Le gusta los pectorales sonarse,
Hacer rituales de joven enamorado,
Aunque edad ya tiene para jubilarse.
Rodrigo de Montarán, rico repentino y suertudo.
Trasnochado galán de amores perrunos.
Pachuco que presume un doctorado,
Pero que es totalmente incivilizado.
CORO: Ron Rodrigo, caballero de mal hablar,
Y de imposible e impracticable callar.
II. DOCTOR EN ECONOMÍA.
Al burócrata del Banco se le pegaron
las recetas del pescozón y de las patadas,
Para enmendar las torpezas todas
De los países pobres y de baja condición.
Ron Rodrigo, lo complicado
siempre lo encuentra simple.
Un proyecto urgente y amañado,
Tiene por cura y remedio siempre.
¿Para qué rebanarse los sesos
Con diagnósticos de académicos?,
Sí las “rutas” milagrosas están para eso
Y recién inventadas por tus acólitos.
CORO: Ron Rodrigo el de mal hablar,
No hay palabra buena que salga de tu paladar.
III. EL ILUMINADO.
¡Oh, Ron Rodrigo!, sabedor de todos los saberes,
Inmaculado entre todos los políticos tradicionales.
Economista padre de ciencias ancestrales,
Guardián Terreno de las más hondas verdades:
El de Montarán, el de las políticas universales.
Ron Rodrigo, El Iluminado,
No conoce lo desconocido.
Para él, los expertos y versados
Se acabaron cuando presidente fue elegido.
Los magistrados y los académicos,
Los jueces y los ingenieros,
Los médicos y los abogados,
Los educadores y hasta los bomberos,
Están todos ellos dedicados
a frustrarle sus fabulosos empeños.
CORO: Ron Rodrigo, el de mal hablar,
Se regocija de su vulgaridad enseñar.
IV. EL SALVADOR.
¡Oh, Ron Rodrigo, el sosegado!,
De zancadillas, el Estado Profundo,
Quiere sembrar tu camino iluminado.
La Contraloría y los poderes del mundo
Buscan tu viril ímpetu tener refrenado.
De los Mandos Medios rehén.
Con normas absurdas e inútiles
Quieren atar tus manos fértiles,
Y frenar con burocracia tu altivez.
CORO: Ron Rodrigo, el de mal hablar,
Los burócratas nunca te sabrán apreciar.
V. SU SEGUNDA VENIDA.
El Reino que prometiste, oh Ron Rodrigo,
En un solo gobierno no podrás finiquitarlo.
Porque siempre tienen los Profetas
Sus Judas, sus Fariseos y sus Pilatos,
Aunque hoy en día se les llame Magistrados,
diputados, mandos medios o públicos empleados.
A tus milagros administrativos
Le exigieron procedimientos rebuscados.
Arroces, gasolinas y medicamentos
De precio pudieron haber bajado,
Si tus mágicos decretos hubiesen respetado.
Si para terminar de la bronca comerte,
Cuatro años de gobierno no te han bastado,
El pueblo ilustrado sabrá brindarte
Una postrera y segunda parte.
Pero aún antes sabe, oh Poderoso,
que por la vía del referendo
te desatará las manos el pueblo,
Para que hagas a tu antojo
Las obras que te dicte el intelecto.
En el veintiséis te encarnarás
En un candidato obediente,
Que sepa que poder no hay más
Que el que detrás del trono está pendiente.
Mientras tanto,
sigue puentes quemando.
El Poder Judicial, la Contraloría,
y la Asamblea, no podrán juntos
contra tu varonil gobierno.
¡Oh, Ron Rodrigo!, el de mal hablar,
¡Cómo te ha doler el paladar!
ALABANZAS
Demoledor de puentes
Para diálogos Inútiles.
Azote de los lujosos jubilados.
Terror de los públicos empleados.
Intérprete auténtico y patentado
De la pureza de las leyes.
Ejecutor siempre inmaculado
De obras públicas sin licitaciones.
Azote del crimen organizado,
De los precios del arroz y los frijoles.
Vendedor insigne y calificado
De bienes públicos y patrimoniales.
¿Para qué periodistas canallas
Si tienes el don de una lengua sabia?
Que le hagan eco a tus divinas
Y encabritadas palabras,
Del Mundo Todos los micrófonos
y del Universo todas las cámaras.
Oh, Ron Rodrigo el reposado,
No hay pelo que sin sangre no saques.
Por las buenas y concertando,
Por ahí nunca habrán de encontrarte.
OH, Ron Rodrigo, El Sereno,
Tú sigue puentes quemando.
Que sacrificar sabrá tu pueblo,
Esta débil democracia a tu viril gobierno.
CORO: ¡Oh, Ron Rodrigo, el del mal hablar,
Tu jeta nunca se ha de acallar!
Acosta, 4 de mayo de 2024.