domingo, 18 de enero de 2015

A propósito de la última "negociación" de salarios.

La burla del diálogo social
o de cómo el Gobierno de Solís simula una negociación inexistente

Franco Benavides

Desde el principio hubo claros indicios de que el diálogo y más aún la negociación entre el Gobierno y los Sindicatos del Sector Público era una fantasía pura.  Nos referimos específicamente al proceso referido al tema de los salarios y empleo públicos que se vienen tratando en la denominada Comisión de Negociación de Salarios del Sector Público (CNSSP) desde el inicio de este Gobierno.
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Era la primera vez en toda la existencia de la CNSSP en que ésta no era presidida por un Ministro de Trabajo. No es que excepcionalmente, en una u otra ocasión, no la hubiera presidido un viceministro, pero así, como lo decidió esta Administración, una Comisión conformada por puros viceministros…, eso si no tiene antecedentes.  Ese fue un primer indicio que debió llamar la atención de las organizaciones  sindicales ahí representadas.  ¿Por qué bajarle el perfil a una comisión bipartita que atiende temas que  están a la orden del día como los salarios y los pluses de los empleados públicos?  Y si uno de los ejes del Programa de Gobierno del PAC es el Diálogo Social, ¿no debería ser esa Comisión una instancia privilegiada para la negociación de temas que hoy son el centro de las discusiones públicas?
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Pues nada.  Ahí estuvieron las principales organizaciones sindicales del sector público asistiendo puntualmente a las sesiones de la sub-valorada CNSSP.  Y como si la cosa fuera en serio, la dirigencia sindical le propuso a los representantes de gobierno –todos viceministros, incluyendo el del Ministerio de Trabajo- construir de manera concertada la AGENDA DE NEGOCIACION para el período bendito de esta Administración Solís.
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Los Vices, muy serios ellos también (al menos era eso lo que aparentaban), no solo aceptaron la propuesta sino que a su vez propusieron que una sub-comisión, también bipartita, porque según los principios del PAC todo se debe hacer así,  permítanos la expresión,  muy “dialogantemente”.  Conformaron la sub y en ella, cosa rara –y este era el otro indicio de que algo andaba mal- los representantes sindicales llevaron siempre y de manera demasiado alegre, la voz cantante.   Es como si dijéramos que los representantes sindicales eran las primeras voces y los del gobierno en cambio y de vez en cuando entonaban una corta estrofa pero muy, muy secundaria.  Y algunas  veces como que hasta hacían las de un coro.
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  Así fue como por ahí de agosto del 2014, dentro del dialogante espacio de la CNSSP, Sindicalistas y Gobierno (bueno, los primeros creían que la otra parte era el gobierno) acordaron una Agenda de Negociación de Ensueño: se negociaría una nueva fórmula de reajustes bajo el principio de salarios crecientes; los pluses de Anualidades y Dedicación Exclusiva serían mejoradas en su aplicación; se propondría una evaluación del desempeño que  mejorara la eficiencia del empleado público, etc.  En fin, que lo Vices aceptaron negociar prácticamente la mejora de las condiciones laborales y de empleo de los funcionarios públicos. Y durante todo este proceso no dijeron ni pío sobre cambiar la fórmula para restringir los reajustes de salario o proponer un proyecto de ley para recortar los pluses salariales.  No, no.  Ellos no dijeron ni pío, ni miau, ni gua-gua-gua.
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Ellos no.  Los Vices fueron totalmente complacientes con la Agenda de Ensueño propuesta por los Sindicalistas.  Pero en cambio por la misma época en que los representantes sindicales se engolosinaban con la “negociación” dentro de la CNSSP, el Ministro de Trabajo, pero sobre todo el Ministro de Hacienda, hacían declaraciones públicas que  no solo diferían de lo “acordado” en aquella dialogante comisión, sino que contradecían abiertamente lo ahí acordado.  Que se buscaba el recorte del gasto por remuneraciones, que ya estaban preparando una ley de empleo para “regular” el gasto por pluses salariales y, lo último dicho una hora antes de que sesionara la dialogante comisión: que la fórmula de reajustes en adelante sería de esta manera y no de la otra (la acordada bilateralmente por gobierno y sindicatos).
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Ese jueves 15 de enero en el que el Ministro de Trabajo, sin el menor respeto por el  principio del bipartismo, anunciara el cambio de fórmula a la opinión pública, minutos antes del inicio de la sesión de la super dialogante Comisión, se rasgó del todo el velo de la apariencia.  Había que ver a los Vices tratando de justificar las declaraciones del Ministro al margen de la comisioncita negociadorcita de salaritos.  “No, es que todavía no tenemos una posición oficial, la estamos estudiando”.  ¿Entonces para que convocaron a la CNSSP si el Gobierno no tenía propuesta? “Bueno es importante oír la opinión de los sindicatos…”.  Realmente no sabían que decir.  Y es que si no nos equivocamos, ni ellos mismos, los vices, sabían que ya el Ministro de Hacienda había tomado la decisión de cuál iba a ser el reajuste de salarios.
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Que el Ministro de Trabajo llamara al día siguiente y de urgencia a los representantes sindicales a su despacho, no fue más que  el corolario de la muerte anunciada de una simulación de negociación.  Ahí el Ministro de Trabajo desdijo nuevamente a los Vices (que dijeron que el gobierno aún no tenía posición) y afirmó que el Ministro de Hacienda había decidido el reajuste no iba a superar el 0.94%.   Ojo, el Ministro de Trabajo, no en la comisioncita de negociacioncitas, como debería hacerse si ella tuviera algún valor para el diálogo social, comunica a los aturdidos dirigentes sindicales en una reunión informal, que el Ministro de Hacienda ya tomó una decisión…, y eso que éste nunca se ha dignado presentarse a la CNSSP.
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 Que el Gobierno ha fijado en incontables oportunidades de manera unilateral el reajuste salarial para los empleados públicos no es nuevo.  Lo que es nuevo es que se desvalore a una comisión bipartita, legalmente constituida, a tal extremo que ni siquiera se la considere digna para anunciar formalmente en su seno la decisión de una de las partes. 
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Este es el trato que el Gobierno de Solís le dá a los representantes de los empleados públicos.  Ese es el verdadero contenido de su “gesto” de diálogo social.

Heredia, 18 de enero del 2014.