o de cómo el Gobierno de Solís simula una
negociación inexistente
Franco Benavides
Desde el principio hubo claros indicios de que el
diálogo y más aún la negociación entre el Gobierno y los Sindicatos del Sector
Público era una fantasía pura. Nos
referimos específicamente al proceso referido al tema de los salarios y empleo públicos
que se vienen tratando en la denominada Comisión de Negociación de Salarios del
Sector Público (CNSSP) desde el inicio de este Gobierno.
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Era la primera vez en toda la existencia de la CNSSP en
que ésta no era presidida por un Ministro de Trabajo. No es que
excepcionalmente, en una u otra ocasión, no la hubiera presidido un
viceministro, pero así, como lo decidió esta Administración, una Comisión conformada
por puros viceministros…, eso si no tiene antecedentes. Ese fue un primer indicio que debió llamar la
atención de las organizaciones sindicales ahí representadas. ¿Por qué bajarle el perfil a una comisión
bipartita que atiende temas que están a
la orden del día como los salarios y los pluses de los empleados públicos? Y si uno de los ejes del Programa de Gobierno
del PAC es el Diálogo Social, ¿no debería ser esa Comisión una instancia
privilegiada para la negociación de temas que hoy son el centro de las
discusiones públicas?
·
Pues nada. Ahí
estuvieron las principales organizaciones sindicales del sector público
asistiendo puntualmente a las sesiones de la sub-valorada CNSSP. Y como si la cosa fuera en serio, la
dirigencia sindical le propuso a los representantes de gobierno –todos viceministros,
incluyendo el del Ministerio de Trabajo- construir de manera concertada la
AGENDA DE NEGOCIACION para el período bendito de esta Administración Solís.
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Los Vices, muy serios ellos también (al menos era eso
lo que aparentaban), no solo aceptaron la propuesta sino que a su vez
propusieron que una sub-comisión, también bipartita, porque según los
principios del PAC todo se debe hacer así, permítanos la expresión, muy “dialogantemente”. Conformaron la sub y en ella, cosa rara –y este
era el otro indicio de que algo andaba mal- los representantes sindicales llevaron
siempre y de manera demasiado alegre, la voz cantante. Es como si dijéramos que los representantes
sindicales eran las primeras voces y los del gobierno en cambio y de vez en
cuando entonaban una corta estrofa pero muy, muy secundaria. Y algunas veces como que hasta hacían las de un coro.
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Así fue
como por ahí de agosto del 2014, dentro del dialogante espacio de la CNSSP,
Sindicalistas y Gobierno (bueno, los primeros creían que la otra parte era el
gobierno) acordaron una Agenda de Negociación de Ensueño: se negociaría una
nueva fórmula de reajustes bajo el principio de salarios crecientes; los pluses
de Anualidades y Dedicación Exclusiva serían mejoradas en su aplicación; se
propondría una evaluación del desempeño que
mejorara la eficiencia del empleado público, etc. En fin, que lo Vices aceptaron negociar
prácticamente la mejora de las condiciones laborales y de empleo de los
funcionarios públicos. Y durante todo este proceso no dijeron ni pío sobre cambiar
la fórmula para restringir los reajustes de salario o proponer un proyecto de
ley para recortar los pluses salariales.
No, no. Ellos no dijeron ni pío,
ni miau, ni gua-gua-gua.
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Ellos no. Los
Vices fueron totalmente complacientes con la Agenda de Ensueño propuesta por
los Sindicalistas. Pero en cambio por la
misma época en que los representantes sindicales se engolosinaban con la “negociación”
dentro de la CNSSP, el Ministro de Trabajo, pero sobre todo el Ministro de
Hacienda, hacían declaraciones públicas que
no solo diferían de lo “acordado” en aquella dialogante comisión, sino
que contradecían abiertamente lo ahí acordado.
Que se buscaba el recorte del gasto por remuneraciones, que ya estaban
preparando una ley de empleo para “regular” el gasto por pluses salariales y,
lo último dicho una hora antes de que sesionara la dialogante comisión: que la
fórmula de reajustes en adelante sería de esta manera y no de la otra (la
acordada bilateralmente por gobierno y sindicatos).
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Ese jueves 15 de enero en el que el Ministro de
Trabajo, sin el menor respeto por el
principio del bipartismo, anunciara el cambio de fórmula a la opinión pública,
minutos antes del inicio de la sesión de la super dialogante Comisión, se rasgó
del todo el velo de la apariencia. Había
que ver a los Vices tratando de justificar las declaraciones del Ministro al
margen de la comisioncita negociadorcita de salaritos. “No, es que todavía no tenemos una posición
oficial, la estamos estudiando”. ¿Entonces
para que convocaron a la CNSSP si el Gobierno no tenía propuesta? “Bueno es
importante oír la opinión de los sindicatos…”.
Realmente no sabían que decir. Y
es que si no nos equivocamos, ni ellos mismos, los vices, sabían que ya el
Ministro de Hacienda había tomado la decisión de cuál iba a ser el reajuste de
salarios.
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Que el Ministro de Trabajo llamara al día siguiente y
de urgencia a los representantes sindicales a su despacho, no fue más que el corolario de la muerte anunciada de una
simulación de negociación. Ahí el Ministro
de Trabajo desdijo nuevamente a los Vices (que dijeron que el gobierno aún no
tenía posición) y afirmó que el Ministro de Hacienda había decidido el reajuste
no iba a superar el 0.94%. Ojo, el Ministro
de Trabajo, no en la comisioncita de negociacioncitas, como debería hacerse si ella
tuviera algún valor para el diálogo social, comunica a los aturdidos dirigentes
sindicales en una reunión informal, que el Ministro de Hacienda ya tomó una
decisión…, y eso que éste nunca se ha dignado presentarse a la CNSSP.
·
Que el
Gobierno ha fijado en incontables oportunidades de manera unilateral el
reajuste salarial para los empleados públicos no es nuevo. Lo que es nuevo es que se desvalore a una comisión
bipartita, legalmente constituida, a tal extremo que ni siquiera se la considere
digna para anunciar formalmente en su seno la decisión de una de las partes.
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Este es el trato que el Gobierno de Solís le dá a los
representantes de los empleados públicos.
Ese es el verdadero contenido de su “gesto” de diálogo social.
Heredia, 18 de enero del 2014.