miércoles, 10 de junio de 2015

Púlpitos versus Curules

Púlpitos versus Curules
ó de cómo el fanatismo cristiano nos quiere gobernar

Franco Benavides

Cada vez que escucho a alguno del autodenominado Bloque Cristiano, siento como una punzada aquí en el costado, por donde se ubica mi maltrecho hígado.  Y es que esos individuos hablan con una autoridad que no es la de un simple represente popular, sino la del profeta que el Dios de los judeo-cristianos usa para dictar sentencias absolutas y universales.  
·       
Esos diputados-pastores tienen la creencia de que realmente ellos no representan al grupo de costarricenses que, desgraciadamente, los eligió, sino al propio Jehová.  Y bueno, ¿qué margen de maniobra puede haber para negociar leyes ordinarias y comunes sobre derechos humanos, como la fertilización in vitro o el matrimonio de personas del mismo sexo, si esos señores acaban de bajar del Monte Sinaí con las mismísimos Tablas de la Ley Divina en sus piadosas manos? Y es que si el Dios judeo-cristiano “macho y hembra los creó” y desde el primer día de su existencia humana los sentenció a casarse entre ellos, pero en estricto orden heterosexual, ¿cómo se podría cambiar aunque fuese una coma a la divina sentencia?
·       
En nada puede cambiar la opinión de esos pastores-diputados, porque no es opinión sino fe ciega, el hecho de que en nuestra sociedad la familia no sea como ellos se la imaginan: una mujer y unos hijos sumisos y obedientes del hombre proveedor.  ¿Qué puede importar que un importante porcentaje de familias hoy estén compuestas por un madre proveedora con hijos y un padre ausente o semi-ausente? ¿O que un porcentaje, tampoco despreciable (¿10%?), de nuestros conciudadanos tenga una orientación sexual distinta a la que según dicen los escritores judeo-cristianos,  prescribe –con castigo infernal incluido al que desobedezca- su Dios?
·       
Entre paréntesis: La familia bíblica, al menos la de Abrahán, ¿no incluía a la esposa y las concubinas? Salomón, según testimonio bíblico, tenía cientos de esposas y otras tantas concubinas.  Luego, la familia del Israel antiguo, que era bien vista por Yavéh, no se parece en nada a la familia de ensueño de los pastores-diputados.  ¿Aceptaría el Bloque Cristiano el matrimonio polígamo, tan común en el Israel antiguo? Claro que no.  Las cosas cambiaron con la venida del Señor, dirían.   Ahora lo que “Dios ve que es bueno” es el matrimonio monógamo, pero, eso sí, estrictamente entre un macho y una hembra.
·       
Aunque se dice que la “Ley” (esa que consideraba impuras a las mujeres durante su menstruación y otras cosas de semejante calaña) fue abolida por el decreto crucifixional de Jesús; lo cierto es que el auto-nombrado apóstol Pablo no deja de citar la caduca “Ley” cuando de poner en su lugar se trata al género femenino: “Vuestras mujeres callen en las congregacio
nes; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice.  Y si quieren aprender algo, pregunten a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación”.  (1 Corintios 14: 34-35)
·       
Es clarísimo que los pastores-diputados, en medio de este caldo de cultivo que son los prejuicios machistas de nuestra sociedad, se sienten con toda la autoridad para vetar leyes mundanas que avancen en la equidad entre los géneros y las orientaciones sexuales.  La sola cita de la “Palabra” les sobra y les basta.  Y es que si, además de los prejuicios comunes y corrientes, pueden citar los propios pensamientos divinos en favor de sus posiciones políticas, ¿quién los puede contradecir?  Si el judío Pablo manda a las mujeres estar sometidas y sumisas a sus maridos (Efesios 5:22; Romanos 7:2, etc.) y si él es la voz autorizada del mismo Dios que está en los Cielos, ¿cómo puede un diputado desde su infiel y terrenal curul, contradecir la Santa Palabra que, no hacen más que repetir esos otros, los pastores-diputados?
·       
Los otros, los que no protestaron con Lutero, pueden discrepar sobre la adoración de María y el Misterio de la Trinidad, pero cuando se trata de machismo y homofobia, se funden con los pastores-diputados en una interpretación literal y retrógrada de los textos compilados en ese libro que se conoce como Biblia.  


8 de junio del 2015