Miércoles de Hiel
Un incidente
inverosímil pero cierto
ó de hasta dónde llegan los
prejuicios y la ignorancia
Franco Benavides
Este martes sucedió algo que no sé cómo calificar: ¿Ridículo?
¿Grotesco? ¿Tonto? ¿Arbitrario? No sé. Mejor
describo el hecho:
·
Resulta que una compañera del Ministerio, como de
costumbre, salió de “gira”. De previo hizo
los trámites para los viáticos, el transporte y las necesarias coordinaciones
con las oficinas que iba a visitar. El
viaje era un tanto lejano, así que se puso ropa cómoda. Un pantalón de mezclilla y una camiseta y, zas,
se enrumbo sobre un flamante carro oficial hacia su deber.
·
El trayecto de ida estuvo sin novedad. No vale la pena ni contar lo que comieron de
camino ella y el chofer que la acompañaba.
Ya se sabe: ¡pinto con huevos y
algo más! La carretera se portó bien a
pesar de los infaltables huecos, pero nada que no pudiera superar un carro de nuestra
fabulosa flotilla.
·
Lo “novedoso” estuvo al llegar. Se presentó en una de las Oficinas a realizar
los mismos trabajos que antes había realizado en otras. Pero esta vez sus compañeros de trabajo la
pararon en raya cuando quiso revisar el equipo.
·

·
¡Ah, es que la camiseta que llevaba puesta la
compañera, no era cualquier camiseta!
¡No señor! Era una camiseta con
el logotipo de la Afumitra. De inmediato
empezó “el estire, sin encoge”. Vea que
yo vengo a trabajar. Que vengo en gira
oficial, con chofer, carro, viáticos y todo.
Ustedes me conocen, soy funcionaria del Ministerio y este es mi carné (y
enseñó su respectivo carné de identificación). Y del otro lado: No señora.
Usted viene como Afumitra y no puede tocar el equipo. El Sindicato no tiene derecho a manosear
nuestras compús. Y ella: compañeros, yo no vengo como Afumitra…, soy
funcionaria del Ministerio, vengo a revisar el equipo. Y ellos:
Niet (como era del sindicato le hablaron en ruso).
·
Y comenzaron las llamadas telefónicas de ambos lados. Ella a su jefe adorado. Ellos fueron instruidos por su jefe
(¿adorado?) para impedir que la Afumitra abusara de su poder. Este, el jefe, llamó a San José. Yo, casualmente escuché las respuestas que
recibía el jefe en el sentido de que “eso no tiene nada que ver”, “déjenla
hacer su trabajo”. No convencido, el
jefe llamó al máximo órgano de control, la auditoría. Allí, según le despotricó el jefe a la
funcionaria deseosa de trabajar (la que vestía la temible prenda de la
Afumitra), le dijeron que ninguna funcionaria podía presentarse identificada
con una camiseta del Sindicato.
Asombrada como estaba, se asombró más.
Llamó a la Auditoría. La opinión técnico-jurídico
no fue tan contundente como la pintaba el jefe:
“Tápese el logo ese con un papelito para que no se vea y si puede vaya y
se cambia esa camiseta” (¡Que qué!!!!!).
·
Al final, le permitieron realizar su trabajo, aunque
no sin verse mancillada porque en su linda camiseta “polo” llevaba estampada,
con primoroso tejido, el logo de la Afumitra, el del sindicato más temible de
todo el universo. Algo así como Al-qaeda
y sus secuaces terroristas.
·
La pregunta que nos hacemos es: ¿Es prohibido presentarse a trabajar con una
camiseta de la Afumitra? ¿No sucede esto
a menudo los viernes de moda? ¿Puedo
presentarme a trabajar con una camisa que tenga distintivos de, por ejemplo, el
banco popular, de Pilsen, pero nunca de la Afumitra? ¿No dice el reglamento que el funcionario
está identificado cuando presenta su carné? O es que si viste camiseta de la
Afumitra, se anula esa norma y prevalece el prejuicio de si vendrá en plan de
espionaje sindical.
·
Moraleja: Esto podría ser objeto de una denuncia por
prácticas sindicales; ¡es tal el prejuicio y la ignorancia que mostraron
algunos! Pero la verdad…, es suficiente
con que ustedes conozcan esta historia y sepan que aún dentro de nuestro
Ministerio de Trabajo existen actitudes que deberían darle vergüenza a
cualquiera que labore en una institución que está obligada a tener no solo
tolerancia, sino empatía con esas organizaciones que se llaman sindicatos.
Heredia,
6 de noviembre del 2012.
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