sábado, 26 de octubre de 2024

ALIANZAS ELECTORALES

 SOBRE LAS ALIANZAS ELECTORALES: ¿QUÉ CARACTERIZA LA COYUNTURA POLÍTICA ACTUAL?


         - “¿Qué vamos a hacer hoy, Cerebro?

         - Lo mismo de todos los días, Pinky, ¡Conquistar el Mundo!”. 

                                       

                                        (De la escena introductoria a cada episodio 

                                         de la caricatura “Pinky y Cerebro”)


1- Analizar la posibilidad de una alianza del Frente Amplio (FA) (1) con otras fuerzas de oposición representadas en la Asamblea Legislativa, requiere un esfuerzo por entender la coyuntura política que afronta Costa Rica previo a la Campaña Electoral del 2026.  No se zanja la cuestión calificando a todas las fuerzas, incluyendo las del Gobierno, como “neoliberales” frente a un “progresista” FA.  Ya de por sí meter en un solo cajón, sin más distinción, al PLN, al PUSC, a Nueva República (PNR), al Partido Liberal Progresista (PLP) y al Partido Progreso Social  Democrático (PPSD), es un análisis grosero de una realidad mucho más compleja. Tampoco se gana en interpretación disolviendo las esferas política y económica en un indiferenciado “sistema neoliberal”(2).


2- Si algo descubrieron las ciencias sociales en las últimos 200 años es que sociedad civil y sociedad política tienen cierta vida autónoma una respecto a la otra y que, por ello, se pueden hacer análisis del régimen político sin reducir todas las variables al modelo económico. Al  igual que al hablar de capitalismo no se habla de por sí de un determinado régimen político, al hablar de “capitalismo neoliberal” no se está determinando una forma particular del régimen político.  De manera que no existe una confusión al atribuirle a partidos que han acuerpado  el  Modelo Económico Neoliberal una vocación democrática y a otros una autoritaria.  Sería como si desconociéramos la diferencia entre quienes apoyaban al régimen nazi y a los que se decantaban por la democracia liberal. 


¿CUÁL ES LA CUESTIÓN?: ¿DEMOCRACIA VS. AUTORITARISMO Ó PROGRESISMO VS. NEOLIBERALISMO?


3- Al avance de ciertas prácticas autoritarias por parte del gobierno de Chaves, que no se reducen a su discurso visceral contra la división de poderes y la propia legitimidad de los mismos, se suman acciones que tienden a golpear a esa institucionalidad o a burlarla.  Muestra de ello son los múltiples decretos ejecutivos que violentan normas legales o constitucionales, el sistemático intento por cooptar a las juntas directivas de las instituciones descentralizadas (3) y el proyecto de ley denominado Jaguar; a lo que se debe sumar su campaña para desprestigiar a cualquier medio periodístico o analista académico que se atreva a criticarlo.


4- Mientras el gobierno de Chaves se anima a desafiar con cada vez más descaro a unas instituciones que, como la Asamblea Legislativa,  el Poder Judicial y la prensa, ya estaban venidas a menos ante la opinión pública, la popularidad medida por encuestas muestra la clara posibilidad de que el Movimiento Chavista, revestido con uno o una serie de partidos “taxis” logre superar la primera ronda de las elecciones de 2026 y se haga con el Ejecutivo y una fuerza mayoritaria en la Asamblea.  


5- El contexto internacional, con los casos de pujantes movimientos como los movimientos liderados por Trump, Bolsonaro y Bukele, son indicativo de un renacer de la ultraderecha antidemocrática.  Es cierto que el “mundo occidental” ha vivido una verdadera Contrarreforma Neoliberal desde la década de 1990, pero ésta se ha concentrado especialmente en la esfera económica, aunque debilitando claramente algunas instituciones claves de la democracia liberal como son su sistema de partidos, la división de poderes, sus pesos y contrapesos y hasta su propia eficacia para atender las demandas populares.  De manera que un proyecto autoritario al que de por sí ha aludido explícitamente Chaves al mentar a Bukele como su ejemplo a seguir, es un riesgo verdadero para Costa Rica.


6-  En la coyuntura previa a las elecciones del 26 -aunque dos años son mucho tiempo para adelantar previsiones-, el espectro de fuerzas políticas a nivel nacional está tan corrido hacia la derecha que las posiciones socialdemócratas hoy día parecen como de la izquierda dura.  Hablar a favor, sin más,  del gasto público como mecanismo de desarrollo, es mal visto. Solo se puede defender el gasto estatal si éste va dirigido a la asistencia social (vivienda, salud, educación, pensiones, becas, etc.), porque “tercerizar” la salud o la electricidad ganan cada vez más adeptos entre los partidos.   Por eso, cuando la izquierda procura caracterizar a las fuerzas políticas para una eventual alianza, la clasificación de fuerza “progresista” o “reaccionaria”, se tiene que referir al rasgo determinante de la coyuntura.  


7- Lo que determina la actual coyuntura no es principalmente el choque de las fuerzas neoliberales y las progresistas, la cuestión de la agenda contrarreformista neoliberal y la defensa del Estado Social.  Lo que define el rasgo de la actual coyuntura es, que avanzada la agenda neoliberal económica, sin capacidad popular para frenarla o siquiera resistirla, es que se gesta una derecha que quiere culminar la Contrarreforma pero ahora extendido a la esfera política: desmantelar el Estado de Derecho.  Se trata de un proyecto abiertamente autoritario que ve en la institucionalidad democrática un estorbo. No se trata solo de privatizar los servicios públicos, de reducir el Aparato Estatal en sus funciones sociales e interventoras, sino    de romper las ataduras de la división de poderes, de los pesos y contrapesos; de reconcentrar el Poder Estatal en un Presidente Fuerte y necesariamente autoritario y prolongado en el tiempo. 


8- Visto así el panorama nacional, con movimientos populares sin capacidad de resistencia,  con un sistema de partidos degradado a “franquicias electorales” y un ambiente de gusto popular por el autoritarismo, entendería que el criterio para entablar alianzas “progresistas” (4) debe atender en primer lugar a frenar al Movimiento Chavista y, en segundo lugar, a  procurar  un alivio de la tendencia a recortar la inversión social y a privatizar las empresas estatales.


9- Coincido en muchos aspectos con la caracterización Que del PLN hace el diputado Jonathan Acuña, pero creo que al menos desde el 2022 es partido está inmerso en una profunda ‘crisis de identidad” que lo hace debatirse entre su práctica neoliberal, su pasado socialdemócrata y la consciencia del fracaso de ese proyecto en el Mundo Occidental.  Por eso brotan o rebrotan voces que se quieren distanciar del neoliberalismo radical y procuran acuñar un nuevo intervencionismo estatal.  Hasta las voces más reaccionarias entre sus operadores políticos y sus cuadros intermedios, apuntan al descalabro social de los recortes en la inversión social que ha sido elevado a rango de ley por la Regla Fiscal.  Y es que el ritmo de desmantelamiento del Estado Social que le ha imprimido el Gobierno de Chaves a sus políticas fiscales, está profundizando una grosera exclusión que fácilmente se convierte en el bocadillo electoral del autoritarismo de Chaves. 



10- Lo que no logró vislumbrar es de dónde va a sacar el FA esa reserva de personas y grupos progresistas para armar una alianza o coalición que se pueda enfrentar, ya no solo al Partido o los Partidos Taxis de Chaves, sino al propio PLN que maltrecho, aún lo supera y por mucho en fuerzas (5). ¿Pensarán en los residuos del PAC que repelen en lugar de atraer? ¿Será que apuestan por un liderazgo de tipo personalista?  La verdad es que no atisbo a 


Palmichal, 26 de octubre de 2025.


NOTAS: 


  1. Luego de las declaraciones del Frente Amplio, por boca del diputado Jonathan Acuña,  que excluyen al PLN de una posible alianza de fuerzas opositoras al Movimiento de Chaves, me he encontrado por primera vez a la derecha de este partido con el que simpatizó Y no obstante he creído muy “suave”. Es evidente que mi desvinculación de las organizaciones o grupos políticos de izquierda me impide tener un conocimiento más detallado del espectro político costarricense y seguramente se me escapan variables que si perciben quienes están inmersos en la práctica política. Sin embargo, voy a dar mi opinión, a sabiendas de que equivocado o no, pasará como un soplo imperceptible por los oídos de los verdaderos protagonistas.   


(2) Así lo afirma Olivares en su artículo RENDICIÓN, publicado en Face Book el 22 de octubre de 2024:  “Una alianza política de alguna fuerza progresista con partidos y movimientos neoliberales para luchar contra otra fuerza neoliberal sería pura y simplemente una rendición por haber perdido la brújula y no saber ubicar el Norte.   La confusión tiene su raíz en una falsa conceptualización de la democracia. Se plantea unir fuerzas con un sector de los neoliberales, considerados democráticos, para enfrentar a otro sector de los neoliberales, considerados autoritarios. El amparo de tal planteamiento es la defensa de la democracia.   Vista con la distorsión de esos anteojos, la democracia se ve como si fuera un sistema político y económico y no como una forma de ejercer el poder. Se confunde el sistema de dominación con la forma que puede tener esa dominación.”


Al capitalismo le pueden corresponder formas diversas de regímenes políticos tales como república o monarquía, democracia o dictadura. La derivación particular de un tipo de capitalismo puede ser liberal, monopolista de Estado, colectivista o neoliberal y a ellos pueden corresponder formas políticas diversas (república o monarquía, democracia liberal o dictadura, democracia representativa o democracia directa, etc).   De manera que, para nuestro caso, fuerzas claramente liberales o neoliberales en lo económico como lo son el PLP, el PUSC y el propio PLN pueden sin embargo comulgar con un régimen democrático y no necesariamente con uno a autoritario. La distinción que se hace entre  ‘democracia burguesa” o “democracia socialista”, apunta muy bien al carácter específico de los regímenes políticos y a la vez a su vinculación con diferentes “modelos” o “estructuras” económicas. 


(3) El caso de la CCSS es el más emblemático, pero también debe contarse los del ICE, el BPDC, el INS, el SINART y el INA.


(4) En casos extremos, si es que no estoy exagerando, escoger como aliados a fuerzas neoliberales que a su vez quieren sostener la institucionalidad democrática Para enfrentar un proyecto de corte autoritario, no me parece más que optar por el realismo: nada peor que neoliberalismo económico y autoritarismo juntos (recuérdese a Pinochet).  


(5) Insisto, no estoy activo en la política y seguramente me falta no solo información sino el necesario  análisis y reflexión colectivos.


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