miércoles, 30 de octubre de 2013

Miércoles de miel
A propósito del espionaje
ó del afanoso esfuerzo por hacer que se cumpla
la Carrera Administrativa dentro del MTSS

Franco Benavides

Sin exagerar, la Afumitra tiene como unos nueve meses –lo mismo que un embarazo- en su intento por seguirle la pista a las plazas vacantes del Ministerio de Trabajo.  Pero, parafraseando a Federico García Lorca, “las plazas se nos escapaban como peces en el río”.  Vieran que difícil ha sido; por más revisiones a las Relaciones de Puestos y decenas de notas pidiendo la información.  
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Pero para que vean que hemos sido realmente pacientes con esto del incumplimiento de la Carrera Administrativa, debemos decirles que desde setiembre del 2010 (Afumitra-SGA-001-2010), venimos reclamando el cumplimiento de los artículos 74 del Reglamento Autónomo de Servicios y 14 de la Convención Colectiva.  Tan pacientes, que primero recurrimos a una queja ante la Junta de Relaciones (noviembre, Afumitra-SGA-006-2010) y a raíz de la misma, firmamos un acuerdo conciliatorio (17 y 18 de noviembre del 2010) en que la Administración se compromete a cumplir con la normativa y realizar los concursos internos para nombrar las plazas vacantes.
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Luego vino el congelamiento de las plazas vacantes (del 4 de marzo del 2011 al 6 de diciembre del 2012).  Nada podíamos hacer.  Descongeladas las plazas, comenzamos a ver un desfile de nuevos ingresos.  Casi que dos veces por mes hacían el ya tradicional paseo de presentación por el Edificio y uno sonreía y les deseaba éxitos a un montón de personas nuevas: de febrero a octubre de éste año ingresaron 63 personas (casi un 10% del total del personal del MTSS).  
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Entonces nos pareció extraño. ¿Todos eran interinos?  Arreciaron los oficios pidiendo información y los oficios ofreciendo “información”. Seguíamos extrañados: ¿no había nombramientos en propiedad, si en todo lado de hablaba de que Fulanita o Susanito habían sido nombrados en propiedad? ¿Y los artículos 74 y 14, qué? 
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El espionaje sindical nos ofrecía datos distintos a los oficiales.  Entonces interceptamos un documento “ultra secreto” en el que la administración dice -no a nosotros por supuesto ni en respuesta a nuestras solicitudes- que este año han nombrado en propiedad a 20 servidores.  ¿Y los artículos 74 y 14, qué?  ¡Yay!, es que fueron suspendidos por una resolución del Servicio Civil y nuestra Administración decidió hacer Pedimentos de Personal directamente a esa Dependencia, aunque nosotros tengamos normas de rango superior como las del Reglamento Autónomo de Servicio y la de la Convención Colectiva.
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Así, luego de un complicado ejercicio de investigación, revuelto con una fina labor de espionaje sindical (no recurrimos a las escuchas telefónicas por falta de presupuesto), tenemos pruebas de que la administración ha violentado la normativa especial que regula la Carrera Administrativa dentro del Ministerio de Trabajo. 
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Ahora tenemos suficientes elementos de prueba para presentar la denuncia ante las autoridades correspondientes.   Es feo que esto ocurra dentro de la institución que tiene como principal función tutelar el cumplimiento de la legislación laboral.  Si es muy feo y seguramente alguien se va a resentir con la Afumitra y va a clamar al Cielo que está absolutamente libre de pecado (como quien dice: está para beatificarlo).


Heredia, 30 de octubre del 2013.

martes, 8 de octubre de 2013

Animales que escupen
ó, cómo utilizar la saliva como contra-argumento.  

Franco Benavides

Proyectar con un fuerte soplido los fluidos bucales sobre otro ser vivo (escupir), es un mecanismo comúnmente empleado por una gran variedad de animales, para defenderse o para atacar. La llama, el camello y el guanaco, todos de la misma familia, acostumbran disuadir a quienes los molestan con un escupitajo. Una especie de cobra se defiende y ataca lanzando un escupitajo de veneno a los ojos de quien se le aproxima demasiado.  El pez arquero, en cambio, usa ese mecanismo como arma de caza: escupe chorritos de agua con tan buena puntería que las más de las veces se trae abajo a distraídos insectos que se posan sobre las ramas que bordean su charca.
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También el homo sapiens es un ser escupidor. Entre los seres humanos que más escupen están los deportistas. Nada más que su razón no es ni defensiva ni ofensiva.  Es más bien fisiológica: simplemente la sudoración les espesa la saliva y para deshacerse de esa sensación de pegajosidad en su boca se les ve escupiendo a diestra y siniestra.  El escupir también es símbolo de un tipo de masculinidad: los machos dominantes escupen en todas partes y para eso siempre llevan un cúmulo de saliva en su jeta (en eso se parecen a los perros que nunca descargan de una solo vez su vejiga, para ir marcando sus dominios con un
contenido y cadencioso chorrito de orina) .
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Pero de todos los animales, el ser humano es el único que ha convertido el escupir en una especie de ofensa moral.  Lanzar un poco de saliva al rostro de otra persona -previamente acumulada en la boca para tal efecto- es una de las muestras de desprecio y a la vez, un medio de ofensa moral como muy pocos hay entre la gran variedad de gestos ordinarios, chabacanos, de mal gusto y poco elegantes.  
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Ciertamente ese gesto de desaprobación y ofensa moral ya forma parte de costumbres muy primitivas y en franco desuso; salvo, claro,  en los niños entre los cuales es un tanto frecuente escupir al prójimo como señal de desaprobación.
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Al niño se le perdona que procure dirimir sus diferencias disparando cuechas a su contrincante, porque su auto-control es apenas incipiente.   Pero cómo podemos catalogar a un adulto que en medio de una discusión política lance escupitajos a modo de contra-argumentos.                        


Heredia, 8 de octubre del 2013.

sábado, 5 de octubre de 2013

Lunes de luna
“… y sin embargo, se mueve.”
ó de cómo a veces es mejor un mal arreglo que un buen pleito

Franco Benavides

El 12 de abril de 1633, el científico italiano Galileo Galilei (1564-1642) compareció, a la edad de 69 años, ante la Inquisición de la Santa Iglesia Católica, para dar cuenta de un libro que había publicado un año atrás, el Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo, en el que defiende el modelo heliocéntrico propuesto por Copérnico, en el cual la Tierra y los planetas giran alrededor del Sol, y ridiculiza el geocentrismo, que coloca a la Tierra en el centro fijo del universo y que está basado en el modelo ptolemaico, el que mejor encajaba con las Sagradas Escrituras.
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En 1616, el Santo Oficio, ya había amonestado a Galileo por tratar de defender el copernicanismo y por poner en duda la representación tradicional del mundo. El 22 de junio de 1633, Galileo fue obligado a pronunciar de rodillas la abjuración de su doctrina ante la comisión de inquisidores.(Tomado thttp://www.nationalgeographic.com.es/articulo/historia/actualidad/8184/juicio_contra_galileo.html).
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La tradición dice que, por lo bajo y mientras abjuraba en público de sus creencias, Galileo pronunció las palabras: “eppur si muove” (“y sin embargo, se mueve”). Claro, lo dijo muy bajito, solo para reafirmarlo ante sí mismo, porque no quería exponer sus ya viejas carnes a las llamas, pues por esa época, a las gentes que desafiaban el pensamiento único de la Iglesia, se las hacía chicharrón en tremendas hogueras. Galileo no había podido olvidar que Giordano Bruno, su paisano y colega filósofo, había sido entregado, unos años antes, a la purificación católica de las llamas porque se emperró en no retractarse.
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Es evidente que, con retractación o sin ella, la Tierra se sigue moviendo alrededor del Sol. 
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Moraleja: La verdad tiende a salir a flote, por más que el poder se confabule para hundirla en las profundas aguas de las apariencias.


Heredia,  8 de octubre del 2013.