¿Calma?
¿Por qué?
ó de cómo se amenaza con
llamados a la calma
Franco Benavides
Oír a la Presidente Laura Chinchilla llamando “a la calma” y escuchar el coro con que
la acompañan en ese mismo llamado las cámaras patronales, es raro. Y es que uno vuelve a ver para todos lados y no ve ningún alboroto, todo está
quedito. Y claro, cuando las aguas del
ambiente político y social están mansas como en un lago sereno, eso de llamar a
la calma lo pone a uno nervioso .
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¿Que el dólar está subiendo? Pero, ¿para qué son las
“bandas” si no para impedir que se desboque?
¿Por qué habríamos de perder la calma por una devaluación controlada? O,
¿acaso no está controlada? ¿No es “normal” que esto suceda? Y si no, ¿para que se crearon las “bandas”
sino para que el dólar fluctué al vaivén del mercado?
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¿Qué Johnny Araya se retiró de la campaña electoral? Pero…, si todos sabemos que Johnny apenas si
pudo atender las demandas administrativas de una alcaldía. ¡Favor que nos hace
con no insistir más en que lo “contratemos”!
Además, ¿por qué habríamos de perder la calma si de todas formas sigue
siendo candidato y en las próximas elecciones se elegirá a un señor que ya ha dado señales, especialmente a las
Cámaras Patronales, de que todo va a seguir por las mismas sendas trazadas por
la “agenda neoliberal”?
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¿Y si es que la sombra de un verdadero cambio y no
de la alternabilidad al estilo bipartidista, les tiene el ánimo turbado a los
empresarios? ¿Será que temen que el PAC
se tome en serio la voluntad popular de derrotar el continuismo? Pero, ¿no les ha dado don Luis Guillermo
suficientes señales de que aquí no va a cambiar nada esencial en el modelo
económico y es que no recuerdan que el Frente Amplio –que reivindicada algunos
cambios verdaderos- ha quedado descartado para la segunda ronda?
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O, acaso, ¿esos llamados a la calma son una amenaza
para el candidato que se vislumbra como virtual ganador y para su partido? ¿Quieren que el PAC sea “más claro”? ¿Qué les garantice que va a continuar con la
política de privatizaciones y concesiones de la cosa pública, empezando por el
tema de la electricidad? ¿Qué las
reformas tributarias seguirán cayendo en la espalda –para eso la tiene ancha-
del pueblo.
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¿Es que los llamadores a la calma quieren que el
próximo gobierno sepa que si ellos no están tranquilos, que si el candidato no
les da las “señales” que ellos piden, no puede haber calma?
Heredia,
7 de marzo del 2014.
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