lunes, 26 de agosto de 2013

Lunes de luna
Un canto más a la “equidad a la baja”
ó de cómo seguirle la corriente a la opinión dominante

Franco Benavides

Don Jaime Ordóñez, catedrático de la UCR y analista en varios medios de comunicación, escribió “CÓMO QUEBRAR EL ESTADO COSTARRICENSE (DESDE ADENTRO)” (Diario Extra: 23/08/2013).  Ahí don Jaime dice que el próximo gobierno debe combatir tres problemas.  Aquí solo nos referiremos a dos porque con el tercero estamos de acuerdo en términos generales. Así los fórmula: El primero: “Eliminar injusticias, abusos e inequidades de las convenciones colectivas” y el segundo: “La desigualdad salarial.- Un estudio reciente indica que el salario del sector público en Costa Rica es el doble del sector privado.”
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Lo primero que se debe decir es que es muy feo que alguien hable de privilegios y de la necesidad de suprimirlos cuando se beneficia directamente de los supuestos privilegios que critica.  Don Jaime es catedrático de la UCR y como tal tiene un salario muy por encima, ya no solo de otros profesionales del sector privado (digamos de las profesores de las universidades privadas), sino de los profesionales del Gobierno Central.  Pero además, por convención colectiva el catedrático Ordoñez ha recibido un aumento anual del 5.5% muy superior al 2.96% que reciben los empleados del Gobierno Central.  También recibirá o recibió –a menos que renuncia a tal derecho- una cesantía de 15 salarios, bastante superior a los 8 salarios que perciben los asalariados de la empresa privada.  Además, cuando don Jaime se ha incapacitado percibe el 100% del monto de su salario, mientras los empleados del sector privado perciben como indemnización el 60%. Por supuesto que el hecho de que don Jaime sea beneficiario de la Convención Colectiva de la UCR(1) y perciba salarios “inequitativos” y otros “privilegios”, no inválida sus argumentos en contra de tales beneficios, pero si le debilita moralmente.  Ahora vamos a los argumentos y no al que los blande públicamente.
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Las convenciones colectivas, instrumento legal reconocido -por lo menos hasta la fecha- por la constitución y normas internacionales, son un medio para ampliar los derechos laborales.  Son una de las principales herramientas a través de las cuales se hace posible  el principio de la progresividad y no regresividad del derecho laboral (que muy bien debe conocer don Jaime puesto que es abogado).  Pero el señor Ordóñez no ataca a las convenciones como tales (solo el radicalismo neo-liberal se atrevería a tanto), sino sus “excesos y abusos”.  Por eso celebra la sentencia de la Sala Constitucional que fija la cesantía en 20 años y no en 25 como prescribía la convención colectiva del CNP.  Y es aquí donde se observa que “privilegio” es un término relativo(2);  porque para la Sala y para don Jaime 25 son “privilegio” y en cambio 20 son “derecho”…,  aunque la mayoría de los asalariados tenga por tope de la cesantía, no 20, sino 8 años. 
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Al referirse al tema de la desigualdad salarial el señor Ordóñez, que acaba de señalar a los sindicatos como culpables de “excesos y abusos” que han creado, por medio de convenciones colectivas, una “casta de funcionarios con ventajas que exceden al resto de la población”, nuevamente culpa a esas organizaciones aunque sin mentarlas directamente (funcionarios “protegidos por leyes que se los indexan (los salarios)  crecientemente”).    Pero en cambio, don Jaime no menciona a algunas instituciones tales como el Poder Judicial, la Contraloría, la Procuraduría, la Defensoría de los Habitantes, la SUGEL, la SUTEL, la SUPEN; instituciones éstas en dónde los salarios están muy por encima no solo del promedio para el sector privado sino para el resto del sector público; donde los montos de las anualidades, el pago de cesantía y el monto de las jubilaciones son verdaderos oasis respecto al resto de los trabajadores costarricenses… y aquí, ¡qué curioso!, ni siquiera existen sindicatos o convenciones colectivas a quienes responsabilizar por esos “privilegios”.
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En un concienzudo estudio de las convenciones colectivas de RECOOPE y de la CCSS (¿?) Don Jaime descubre “privilegios y ventajas que la mayoría de los costarricenses no tienen”.  ¡Pues claro que usted va a encontrar en las convenciones colectivas de RECOPE  y de CCSS (por cierto, en éste institución no  existe convención colectiva alguna; lo que existen son acuerdos o arreglos directos) beneficios que no tienen la mayoría de los trabajadores de nuestro país.  ¿Es que usted desconoce que en el sector privado no existen sindicatos que puedan negociar y ampliar los derechos más allá del “piso” que constituye el Código de Trabajo?  ¿Es que desconoce usted que los empresarios han creado muros impenetrables para la organización sindical en el sector privado? ¿No sabe que las normas del Código de Trabajo, que se concibieron como “piso”, ahora son “techo” y por cierto, cada vez más bajo, gracias a la flexibilización laboral legal y de hecho?
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¡Que los salarios del sector público son el doble de los del sector privado! –dice el señor Ordóñez.  Lo que no dice es que los salarios de sector privado son bajos y que, por tanto, la mayoría de salarios de los empleados públicos (no los “super-salarios” de los jerarcas de los bancos y otras empresas estatales) apenas si son salarios decentes. ¿Es que pretende don Jaime, como el gobierno, una “igualdad” a la baja?  La verdadera clave de esa “desigualdad” es que en el  sector privado no existen sindicatos (por la represión); de existir seguramente no habría una brecha semejante entre los salarios de uno y otro sector. Solo hay  que comparar los salarios y las condiciones de trabajo de los obreros bananeros cuando tenían una organización sindical fuerte y los que perciben ahora…(4).
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Se pueden argumentar muchas cosas más para desacreditar el discurso “igualitario” del señor Ordóñez.  Por ejemplo, que don Jaime hace abstracción de la historia de la sociedad y del Estado Costarricense, así como de sus procesos y “acuerdos” políticos,  ateniéndose a un concepto abstracto de “equidad” que ni la propia Sala Constitucional avala(3).  Pero lo que queremos enfatizar es que sus argumentos refieren más a un prejuicio en contra de las convenciones colectivas y, en el fondo, contra los sindicatos, que a un análisis de las verdaderas dimensiones, orígenes, causas y razones de las diferencias salariales y de derechos entre los empleados públicos y los de la empresa privada.
Heredia, 26 de agosto del 2013. 

Notas:
(1)    Una defensa que no es defensa, sería que el señor Ordóñez adujera que él nada ha hecho para crear esos “privilegios” en la UCR; que simplemente labora ahí, pero que ni siquiera es afiliado al sindicato que ha promovido esos beneficios.  Más pior: por lo menos los afiliados del Sindeu han tenido que luchar por esos “privilegios”, con huelgas incluidas; en cambio don Jaime los recibe sin mover un dedo… y para colmo se queja.
(2)    La historia de un país, su régimen político y económico, la estructura de su Estado, su cultura, etc. van a determinar –con la sanción de los grupos dominantes, claro está- qué es “privilegio” y qué es “derecho”.  Sin duda con el avance del programa neo-liberal lo que antes eran derechos generados por el ejercicio de la libertad sindical se convierten en “privilegios” y, más aún, cuando son derechos de apenas unos conglomerados laborales que han podido organizarse, mientras que la mayoría de trabajadores ven convertirse en “techo” las normas del Código de Trabajo, que antes se entendían como el “piso” de las normas de trabajo.
(3)    Ver: Sala Constitucional, Resolución Nro. 1770-94; citado por la Contraloría en el Informe NO. DFOE-PGAA-IF-65-2009 del 29 de enero del 2010.
(4)    Vamos a usar datos reales: El salario mínimo para un chofer en la empresa privada es de ¢ 281 mil.  El salario promedio de los 20 choferes que laboran en el MTSS es de ¢ 326.248.  De la diferencia, ¢ 45.248, es decir, un 16%, tiene “culpa” el plus salarial denominado “anualidad”.  ¿Ese plus es un “privilegio” o es un “derecho”? ¿Habría que suprimírselo a los empleados públicos o aplicárselo a los del sector privado?


martes, 20 de agosto de 2013

(III) Una réplica no solicitada.

Martes de Guerra 
                                               Los orígenes del "sindicalismo-ciudadano” 
                                    ó, de cómo de la confusión surgieron cosas confusas 

Franco Benavides

Ya vimos cómo don Albino Vargas, dirigente de la Anep, se precia, en privado y en público, de haber creado lo que él denomina el “sindicalismo-ciudadano” contraponiéndolo al sindicalismo “sectario y dogmático” de los “nostálgicos de la era soviética”. Entre estos últimos, a los dirigentes de la APSE y de la CGT(1)son a quienes don Albino ha apuntado de manera inusual, directamente, sin su acostumbrada forma de atacar a un enemigo innominado.
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 Así como en la Era de la Guerra Fría los críticos del Bloque Soviético se negaron a polemizar contra el “socialismo” que vivía tan solo en la jupa de los líderes e ideólogos e hicieron del “socialismo realmente existente” el objeto de sus dardos; así nosotros vamos a atenernos a los hechos(2). Pero antes de analizar al “sindicalismo-ciudadano” propiamente, vamos a conocer sus orígenes.
 •
 Corrían, con gran pesar para los comunistas, los años finales de los ochentas y con ellos el fin, también, del Bloque Socialista. El experimento más grande de la historia humana, luego de la Revolución Francesa, se cayó como esas armazones de naipes: con un leve toque. A los comunistas ticos que ya habíamos sufrido la terrible perdida que significó la división de Vanguardia Popular y que todavía vivíamos entotorotados porque se había “prendido la hierba/dentro del continente/las fronteras se besan/y se ponen ardientes (Canción urgente para Nicaragua, Silvio Rodríguez), esto nos agarró como rayo en cielo despejado. Luego de una larga certeza, el puto socialismo se desvaneció: todo el socialismo, el “realmente existente” y el que vivía en la fantasía. 
 •
 En los años noventas los que habíamos sido comunistas andábamos como tontos sin mama. No era para menos: de repente quedamos en culo
pelado, chingos de ideología. Como Adán y Eva corrimos (bueno, no todos, solo la mayoría) para esconder nuestra desnudez del resto de la humanidad. Algunos se cubrieron las partes íntimas con el primer chuica que encontraron y se veían realmente muy feos usando las banderas de los social-cristianos como taparrabo. Otros optaron por el retiro anticipado de la política. Algunos se pusieron en modalidad de hibernación esperando mejores tiempos. Los que gustábamos del conflicto de clases cotidiano y directo que nos propinaba en dosis alopáticas el sindicalismo, nos sostuvimos en ese frente.
 •
 Los que realmente éramos comunistas de corazón (porque como siempre en todo grupo surgen oportunistas que solo buscan satisfacer sus intereses egoístas, como el gusto por la viajadera al Mundo Socialista, aunque fuera en las simplonas alas de Pollo-Flot) quedamos impactados y alicaídos cuando la Unión Soviética cantó viajera en la voz desafinada y vulgar de un beodo llamado Yeltsin(3).
 •
 Hay que decir que la dirigencia de todas las organizaciones sindicales vinculadas con el Partido Vanguardia Popular (Anep y Undeca, entre las más importantes) se sacudieron de tales lazos y procuraron seguir su camino con independencia del partido que en otro momento fue más que su mentor. Entonces, se abrió la Era del sindicalismo sin ideologías (Era que según vemos no ha concluido, aunque ya se perciben síntomas de su fin). La Era del sindicalismo puro, gremialista, ocupado totalmente en defender ya no solo los derechos laborales, sino su propia existencia amenazada por el totalitarismo neo-liberal(4)
 •
 Dentro de la Anep, un sindicato que desde 1980 había estado bajo la tutela del Partido Vanguardia Popular (PVP)(5) la conmoción fue terrible. Se empezó por reclamar la autonomía sindical frente al Partido, especialmente en el nombramiento de sus propios dirigentes y se llegó a la desafiliación de la CUT, confederación que era dirigida por el PVP. Las relaciones entre los dirigentes comunistas y los dirigentes sindicales se pusieron tensas al punto de la ruptura. Pero es que ya en ese momento (a finales de los ochentas y principios de los noventas) la onda expansiva provocada por la caída del Muro de Berlín había golpeado y casi aniquilado a los partidos de izquierda, especialmente a la corriente comunista en sus dos expresiones: Vanguardia Popular y el Partido del Pueblo Costarricense. • De manera que el “destete” político de las organizaciones sindicales no fue obra de una rebelión desde los sindicatos (aunque la hubo en cierto grado y sentido), sino del descachimbamiento moral interno arrecho de los propios Partidos de izquierda.
 •
 En ese momento, surgieron las voces consoladoras del “nuevo sindicalismo” (¿La Fundación Ebert, la socialdemocracia alemana?) No había que renunciar a la organización sindical, tan solo había que ponerla a tono con el nuevo mundo post-bipolar. En nuestro país -aunque ya la plata de la colaboración internacional europea no se desperdiciaba en organizaciones sociales superadas-, aún se gastó un poco más para atender a los dirigentes sindicales huérfanos de ideología. Había que darles una especie de sicoterapia y señalarles el camino en un mundo neo-liberal, libre de socialismo reales e imaginarios. 
 • 
Así fue como nació el “Sindicalismo Socio-Político”(6), como una reacción legítima –hay que decirlo- de dirigentes sindicales, recién destetados, que buscaban un nuevo marco ideológico para esas organizaciones que parecían destinadas a la extinción; como un esfuerzo de supervivencia en un mundo totalmente hostil al “viejo sindicalismo”, el de corte clasista. El “nuevo capitalismo” que se levantaba triunfante en todo el mundo, requería un “nuevo sindicalismo”. A decir verdad, el Capitalismo Neo-liberal entendía al “sindicalismo”, de cualquier tipo, como un elemento “distorsionador del mercado” y, en ese sentido, quería prescindir de él. El sindicato es “regulación” del trabajo y el neoliberalismo triunfante buscaba precisamente lo contrario: “des-regulación”. En la noche del neo-liberalismo, todos los sindicatos son pardos(7).
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 Hay que decir que el “Sindicalismo Socio-Político”, del cual el “Sindicalismo-ciudadano” es una versión deformada debido al celo enfermizo por la “independencia” respecto a los partidos y por un radical debilitamiento de las prácticas democráticas internas; el “Sindicalismo Socio-Político” es, de alguna manera, el Arca de la Salvación de un sindicalismo que se niega a renunciar a un proyecto político de transformación social y, al mismo tiempo, una especie de capitulación ante la abrumadora fuerza del Capitalismo Neo-liberalismo.
 •
 Los procesos sociales no son tan simples como para explicarlos por la mera conspiración de uno o varios dirigentes. El “sindicalismo-ciudadano” no es el producto de la mala fé o el ego desbordado de un individuo. Esa versión que procura abrirse paso desde un sindicato hacia el resto del movimiento social, es hija de circunstancias adversas para la práctica sindical y de las reacciones, más o menos conscientes de un grupo de dirigentes, por vencer esa adversidad. En fin, independientemente de las intenciones de esos dirigentes, en la próxima analizaremos al “sindicalismo-ciudadano”, pero el realmente existente y no el que vive tan solo en la cabeza de los dirigentes de la Anep.
            
   (No dejen de leer las notas porque se pierden como la mitad de ésta endecha)
                                                                                                        
  Heredia, 20 de agosto del 2013. 

 NOTAS:  

(1) Ver “Gran división quebranta al movimiento sindical nacional” en la Prensa Libre del 8 de julio del 2013: https://www.google.co.cr/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&ved=0CCwQFjAA&url=http%3A%2F%2Fwww.prensalibre.cr%2Flpl%2Fnacional%2F86045-gran-division-quebranta-sindicalismo-nacional.html&ei=-kkOUp60D-iEygGmrYFA&usg=AFQjCNF5bO5i_4X0FABUA6-0TB1yyOLPLg&sig2=kt2OgS6DbuODHCqwUuxARQ&bvm=bv.50768961,d.aWc 

 (2) Valga decir, en honor a una discusión que pretende ser completamente honesta, que “hechos” así no más, “puros”, no existen. Lo que sí hay son interpretaciones de hechos. Por eso es que, como decía Sor Juana Inés de la Cruz: “Todo el mundo es opiniones/ de pareceres tan varios,/ que lo que el uno que es negro,/ el otro prueba que es blanco (…)Para todo se halla prueba/ y razón en que fundarlo; /y no hay razón para nada/, de haber razón para tanto.” 

 (3) Para no ser omisos, hay que decir que no toda la izquierda vivió de la misma manera el derrumbe del Socialismo Real. Las corrientes de corte trotskista –una verdadera minoría dentro de la minoritaria izquierda costarricense- por fin creyeron ver confirmadas sus presagios. Quizás ello explique porqué lograron sobrevivir el fin del “socialismo real” con mejor suerte e incluso repuntar en relación con la izquierda de inspiración marxista-leninista.

 (4) Esta afirmación es de tono lapidario, porque una columna como ésta requiere un tratamiento algo caricaturezco, exagerado, de las cosas. Pero, si es cierto que el sindicalismo de ésta Era Neo-liberal sufrió una especie de igualación, reduciendo al mínimo su expresión ideológica y resaltando su carácter meramente reivindicativo, también es verdad que durante ésta el Movimiento Sindical desbordó los estrechos marcos gremialistas en que se movía (incluso durante su época de mayor ideologización y “correa de transmisión política”) y fue protagonista de primer orden de al menos tres movimientos realmente políticos: la gesta contra el Combo del ICE (2000), la lucha contra el monopolio de la Revisión Técnica Vehicular (2004) y la lucha contra el TLC (2006-2007). También hay que decir que son cada vez mayores las expresiones de lucha “política” del Movimiento Sindical del sector público y muchas de sus huelgas han adquirido un contenido que no reivindica derechos laborales de un determinado conglomerado laboral, sino la defensa de los servicios públicos o de las instituciones del denominando Estado Benefactor. Recientemente se inscriben en esta tendencia a la “acción política” la huelga de los médicos anestesiólogos por la mejora del servicio, las huelgas de Sintrajad contra la concesión de los muelles y el movimiento contra la concesión de la Carretera a San Ramón que articuló a un movimiento social de base territorial con el movimiento sindical. La explicación de este comportamiento “político” de un movimiento sindical que ya no está vinculado a partidos de izquierda, puede encontrarse en que la Contra-reforma social, económica y laboral del proyecto neo-liberal se ha centrado en el desmantelamiento de las instituciones del Estado Benefactor, que son las que albergan a la inmensa mayoría de los sindicatos.

 (5) La vinculación de los sindicatos a los partidos no era nada extraordinario en esa época (ahora se quiere condenar lo que ha sido desde los orígenes del sindicalismo algo común). También los “sindicatos democráticos” eran tutelados o servían de “poleas de transmisión” de los Partidos Liberación Nacional y Unidad Social Cristiana que, antes de la Era Neo-liberal, tenían, incluso, sus propias “alas sindicales”.

 (6) Julio Godio: “El Sindicalismo sociopolítico: bases y estrategias para la unidad y renovación sindical”; OIT, 2003. Aquí se tiene una versión un tanto posterior de la corriente ideológica que promovió ese tipo de sindicalismo y que en nuestro país tuvo como principal propulsor a ASEPROLA. http://www.insumisos.com/lecturasinsumisas/Sindicalismo%20en%20Chile%20(J.%20Godio).pdf

 (7) El talante dogmático de la ideología neo-liberal no concibe matices, valora por igual a todas las corrientes del Movimiento Sindical y es por eso que a partir de finales de los noventas el Bipartidismo (PLN y PUSC) le “hace la cruz” a todos los sindicatos, incluyendo a los que en otro momento fueron sus aliados. Los gobiernos, especialmente a partir del primer mandato de Oscar Arias, empezaron a tratar a todo el movimiento sindical como organizaciones “no deseadas”, sin hacer las acostumbradas distinciones entre los sindicatos “comunistas” y los “democráticos”: sindicato es sindicato y todos procuran, por distintos medios, la regulación del trabajo: “En la noche neo-liberal todos los sindicatos son pardos”.

viernes, 9 de agosto de 2013

Viernes de Hiel
(II)                       Una réplica no solicitada:
         El violento discurso del “sindicalismo-ciudadano”
   ó, de cómo ser intolerante y exigirle a los demás no serlo   

Franco Benavides

En la primera parte de ésta réplica1 me basé exclusivamente en un artículo de don Albino Vargas porque no tenía a mano ninguna otra evidencia de su pensamiento anti-democrático.  Pero ahora cuento con dos muestras más: unas declaraciones suyas publicadas en la Prensa Libre del 8 de julio2 y una diatriba3 destinada a sus correligionarios de la Tendencia Trabajo, que es el grupo que domina en la Anep desde hace casi 25 años.
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Para otro momento y mediante otra forma literaria más seria, dejo la crítica de fondo.  Aquí solo voy a mordisquear los trozos que gustan más a un paladar mordaz y guasón, aunque tal actitud no debe interpretarse como una muestra de cinismo sino, más bien, de una sensibilidad que, abordando temas tan cruentos, los quiere hacer más digeribles con el aderezo del humor (la risa mitiga el dolor, según se dice).
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Refiriéndose al comportamiento que deben de sostener él y sus co-partidarios ante la oposición que habrá de enfrentar la actual dirección de la Anep en las próximas elecciones de la Junta Directiva, don Albino dice3“Los y las asambleístas que se hagan presentes deben ser bien atendidos, deben sentirse bien tratados, deben quedarse satisfechos, en grado sumo. No importa que no simpaticen con nuestro pensamiento (…) jamás debe ser ésta (los afiliados opositores) objeto de mal trato y/o de algún tipo de discriminación.Agrega en otra parte: Un llamado a la mayor tolerancia, a la más honesta franqueza, a la crítica constructiva y al señalamiento del error desde posiciones positivas; a darnos las manos fuertemente para enfrentar este desafío, tanto en lo organizativo como en lo político.  Y  concluye con un: “Bendiciones para todos y para todas”.  Esas palabras en boca de quién tiene el poder casi absoluto dentro de una organización, parecen ser muestra de una magnanimidad digna de un fiel discípulo de Jesucristo.  Mostraría, de ser coherente, a un dirigente que ha sabido sustraerse a las tentaciones del poder, que ya es mucho decir; porque sabemos lo que el poder le puede hacer al espíritu humano. 
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Pero en el mismo texto del que sacamos esas frases casi piadosas, compuesto por 25 párrafos, 12 tienen un talente muy distinto4.   Es evidente que don Albino hace una distinción entre los afiliados que no están con su grupo porque “han sido víctimas de engaños, triquiñuelas, manipulaciones, infamias”  y los que lo adversan porque son “una minoría sectaria” (…) “el tumor canceroso del extremismo difamante”.  Los primeros tienen el perdón porque -como se diría siguiendo la doctrina cristiana-, no pecan contra el “espíritu santo”, es decir, con plena consciencia, sino por ignorancia.  En cambio esos otros son una alianza de  “tránsfugas, violentistas, “anarkids”, nostálgicos del bloque soviético; marxistoides que ignoran la esencia profunda del Materialismo Dialéctico y el Materialismo Histórico  (…); elementos sectarios y dogmáticos que no tienen ni la menor idea de cómo aplicar eso de que “el marxismo es una guía para la acción”   que se han juntado contra el  “anepismo auténtico, el de corazón”, con el afán de propalar la  difamación, la calumnia, la injuria, la infamia, la mentira más soez y vulgar, la invasión a la intimidad y otras especies de ralea igual o peor” y,  todo esto, porque les molesta el éxito de la organización en cuanto a su proyección a través de la prensa nacional (…), lo que les ha generado una gran envidia al borde de la insania, dado que no pueden competir con ANEP al respecto”.  En fin que, acudiendo a la sana crítica, estos “extremistas de izquierda” padecen de una “gran dosis de pobreza intelectual” que rima con su hediondez y podredumbre mental”.
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Así se refiere don Albino, no en un texto jocoso o burlesco –que aun así estaría pasado de tono-, sino en un documento formal destinado a “animar” a sus más cercanos seguidores.  Todo con miras a la próxima campaña electoral interna. ¡Vaya manera de promover la tolerancia al interior de una organización que por naturaleza debe ser pluralista!  Pero, ¿sólo del lado de don Albino se dan tales muestras de intolerancia?  ¿No es la de don Albino una reacción –si bien desmedida- a la “difamación, la calumnia, la injuria, la infamia, la mentira más soez y vulgar”  del grupo que lo adversa?  He de decir que, lo que he leído hasta ahora por parte de la Tendencia Rescate-Anep5, que así es como se denomina el grupo opositor a la actual dirigencia de la Anep, no se merece unos calificativos tan fuertes.
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Ciertamente los comunicados de la Tendencia Rescate-Anep6 hacen una dura crítica a algunas posiciones de don Albino y la dirigencia de la Anep.  Rescate-Anep hizo denuncias fuertes sobre el fracasado Proyecto Hotelero Tití; sobre supuestas irregularidades durante las elecciones realizadas dentro de la Anep y, recientemente, sobre la defensa de la Anep del Proyecto de Ley Reforma Procesal Laboral y sobre la desconvocatoria de su dirigencia a la Jornada Nacional de Lucha del 25 de junio.
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Este es uno de los mensajes “injuriosos” del grupo opositor a don Albino; pertenece a Laura Morúa, trabajadora del IMAS y una de las principales dirigentes de la Tendencia Rescate-AnepA propósito de la lucha contra la burocracia sindical: esta semana quedó evidenciado la necesidad de construir tendencias clasistas y luchadoras a lo interno de los sindicatos , con el fin de combatir políticamente esas direcciones conciliadoras y pro-gobierno. Estas direcciones no se van a "autodestruir" como algunas personas afirman, a raíz de las traiciones que van a ir cometiendo... todo lo contrario cuentan con el apoyo de la burguesía, es más son un agente de ésta para impedir cualquier tipo de organización independiente de los trabajadores... Por ello es falso pensar que en 5 años la anep, va a quebrar y a desaparecer, y que por ende no vamos a contar con esa "pega" dentro del movimiento sindical”.7 Por cierto, Laura pertenece al Partido de los Trabajadores que es de tendencia trotskista.  Pero aunque tiene ese defecto, es una afiliada de la Anep y paga puntualmente su cuota.  Ella, según el gusto de don Albino, pertenece al grupo de opositores que no tiene perdón: es de las personas que no adversan a la actual dirección de la Anep porque hayan sido “manipuladas”, sino porque piensan diferente y se han organizado para disputar la Junta Directiva de ese sindicato. ¡Legítima aspiración en una sociedad democrática! ¿O, no?
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Pero los imperdonables no son solo esos que adversan a don Albino dentro de su propia organización.  Esto opina de Beatriz Ferreto, dirigente de la Apse, a propósito de las razones por las cuales él y la Anep no participaron en la Jornada de Protesta del 25 de junio:  “Ferreto tiene otra ideología distinta a la que nosotros profesamos, nos separa una diversidad ideológica profunda, nosotros recogemos el pensamiento nacional de antaño, nosotros nos inspiramos en las herencias de los grandes de la Costa Rica de antaño, recogemos a García Monge, a Omar Dengo, a Pepe Figueres, a Calderón Guardia, no estamos atados a muletillas ideológicas que son muy nostálgicas de la era soviética”.8  El terrible pecado de ésta dirigente sindical es que es militante comunista.  ¿Está proscrito el comunismo en nuestro país?  ¿Puede una persona ser comunista y a la vez ser dirigente sindical? Según el parecer de don Albino, no.
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La lista de los imperdonables se extiende mucho más y abarca a los dirigentes de la Central General de Trabajadores.  Cuando Carlos Cabezas, Secretario General de la CGT, criticó a don Albino por “darle la espalda al pueblo” al no participar en la mentada protesta del 25 de junio, el severo dirigente de Anep volvió a utilizar calificativos propios de su esforzada disposición a la tolerancia:  “Yo no me inspiro en los panfletos ideológicos de la era soviética y esa gente está atada a eso, que digan que yo estoy acostumbrado a las encerronas de palacio, es simplemente que yo no promulgo la ideología que ese señor Cabezas promulga, nosotros hemos hecho un sindicalismo independiente de los partidos políticos, yo no estoy afiliado ni al marxismo-leninismo, ni al marxismo-trosquismo, ni al marxismo-anarquismo, eso es lo que les duele a algunos, por eso se me vienen encima, y si a mí me dicen que el sindicalismo representa los intereses del pueblo costarricense, yo me río, pues representa los intereses de los gremios que incorpora, le falta mucho al sindicalismo, algunos creen que con manuales desactualizados se eligen como representantes del pueblo, por Dios. Limar asperezas es imposible mientras esta gente marxistoide calumnie, difame, e injurie”.9  Carlos Cabezas renquea con la izquierda, pero no es militante de ningún partido.  Entonces por qué es tan repudiable:  porque es marxistoide10.
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Imperdonables son, también, algunos que durante años fueron compañeros de causa y que luego tomaron distancia del “albinismo”.  A estos que compartieron por años jornadas laborales y de lucha dentro del sindicato y que si no a ser amigos, llegaron a ser compañeros de causa, los llama “material excretable”11; se felicita por la purga mediante la cual fueron separados del Sindicato y con un profundo espíritu cristiano dice: “Hoy estamos en mejores condiciones para un trabajo altamente fraterno (¡!) y altamente sororario, luego de la defecación política que tuvo la organización (la cuarta en su historia de ya casi 56 años).”12
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Si leen alguna de las columnas en que hago crítica de la práctica sindical de don Albino (https://www.facebook.com/Enlunado) jamás encontrarán un lenguaje tan cargado de furia y violencia verbal. La iracundia con que don Albino se refiere a la opción ideológica de quienes le critican es lamentable.  Sin duda, al valorar ciertas posiciones de don Albino, hemos cometido excesos; pero nunca he leído un manifiesto político-sindical (no una simple opinión improvisada)  en que se supure tanto odio a las personas como el escrito que comento…  y, eso, que en ese mismo texto don Albino hace Un llamado a la mayor tolerancia”13.
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En la próxima entraremos a analizar el “sindicalismo-ciudadano” en sus expresiones hacia afuera y hacia adentro de la Anep; pero hablaremos del sindicalismo-ciudadano “realmente existente”; no del que vive tan solo en la cabeza y los escritos de don Albino.

Heredia, 9 de agosto del 2013.

NOTAS:
(2)     Ver “Gran división quebranta sindicalismo nacional” en “La Prensa Libre” del 8 de julio del 2013:
https://www.google.co.cr/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&ved=0CC8QFjAA&url=http%3A%2F%2Fwww.prensalibre.cr%2Flpl%2Fnacional%2F86045-gran-division-quebranta-sindicalismo-nacional.html&ei=KNP_Ubv4DoXC9gTYyoGgCw&usg=AFQjCNF5bO5i_4X0FABUA6-0TB1yyOLPLg&sig2=ea07koLQ0bZmM4j8271bkA 0TB1yyOLPLg&sig2=ea07koLQ0bZmM4j8271bkA.
(3)     Ver: ANEP: Algunas consideraciones acerca de nuestra situación actual y desde nuestra perspectiva personal”, 21 de julio del 2013, en:  https://www.facebook.com/tendencia.trabajoanep?hc_location=timeline).
(4)     Si no tomamos en cuenta los párrafos introductorios y final, que suman cuatro, el texto se compone de 21 párrafos; de manera el 57% del contenido está dedicado al ataque virulento de la “oposición”.
(5)     Esta es la dirección del FB de la Tendencia Rescate-Anep.  En ella podrán valorar por su propia cuenta si sus comunicados son difamatorios, calumniosos, injuriosos o mendaces:
(7)     Ver la siguiente dirección: https://www.facebook.com/laurita.moruacalvo?hc_location=timeline . Ciertamente Laura Morúa se refiere a la actual dirigencia de la Anep como una “burocracia sindical”, “conciliadora y pro-gobiernista” y como siendo un “agente” de la burguesía; calificativos, todos, muy fuertes e, incluso, ofensivos dentro del mundo sindical.  Lo que se esperaría de un dirigente sindical que tiene una enorme exposición en los medios de comunicación, es que rebata tales críticas con argumentos sindicales, pero sobre todo, que los rebata con su práctica sindical.  Lo otro es caer en una competencia de epítetos ofensivos que cada vez se aleja más de la sana crítica sindical para centrarse en el hostigamiento de las personas.
(8)     Idem; La Prensa Libre: “Gran división…”
(9)     Idem.
(10) “Marxistoide”:  dícese de aquellas personas que se reivindican seguidoras del pensamiento de Marx, pero no saben interpretar al estilo de don Albino Vargas la “esencia profunda del Materialismo Dialéctico y el Materialismo Histórico”. Ojo: don Albino sigue mentando las dos partes constitutivas del marxismo según la versión estalinista que fue ampliamente divulgada en los años ochentas por medio de algunos muy famosos (aunque no por ello menos maniqueos) manuales soviéticos.
(11) Idem; “ANEP: Algunas consideraciones…”; párrafo 9.
(12) Idem.  Véase que don Albino lleva la cuenta de las purgas que periódicamente se ejecutan dentro de la Anep con el fin de deshacerse de los “liderazgos negativos”.  Así justificó, como “liderazgo negativo”, el despido del que en ese momento era Secretario General Adjunto, Johnny García.  Mientras éste representaba a la Anep en un Congreso en Ginebra en el año 1995,  don Albino propuso a la Junta Directiva su destitución; misma que fue aprobada por la mayoría  de que siempre dispone el señor Vargas.

(13) Idem.; párrafo 8.



Presentación
¿Qué es Lunes de luna?

“Lunes de luna” será un aullido semanal a la luna, a las estrellas y a todo aquello que nos inspira a aullar.  Está claro -sobre todo para los lobos-, que a aullidos más o menos prolongados, nos inspiran tanto cosas buenas como malas.  Y también lo está que un aullido puede llamar a la guerra o al amor.
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“Lunes de luna”, será a veces un mordisco –siempre metafóricamente hablando.  Un mordisco a la mano “del que nos da de comer” y esto sencillamente porque los lobos (también las lobas) somos así de malagradecidos.  Ya lo dice el proverbio:  “Cría lobos y te comerán la mano”. 
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“Lunes de luna” de vez en cuando será un lamer de pies.   Pero no ese lamer servil de algunos especímenes humanos, sino ese lamer canino de sincero agradecimiento.  
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“Lunes de luna”, si el fin de semana nos disipa la rabia acumulada, será también un alegre agitar de rabo, o una efusiva frotada de lomo sobre la boñiga recién depositada en el potrero por una vaca sin ordeñar.
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Pero la mayoría de las veces, “Lunes de luna” será un gruñido y un pelar de colmillos para intimidar y repeler las malas intenciones de la otra manada, la que está del otro lado. 
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 En fin, “Lunes de luna” procurará ser siempre ese marcar con chorritos de agua olorosa los puntos claves, que le dicen a los intrusos cuáles son los límites exactos de nuestro territorio soberano.
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Esperamos que nos acompañes los lunes.  No es necesario jurar lealtad a la manada, y menos guardársela a la otra.