viernes, 22 de enero de 2016

"Clientelismo político" e ineficacia de los programas de asistencia social

Algunas consideraciones sobre el proyecto “C.E.R.R.AR.”
Cosas que Ottón no dice

Ottón Solís parte del supuesto de que el manejo de los programas estatales para combatir la pobreza no es eficiente ni eficaz por la “duplicidad de funciones” y propone como solución el cierre de instituciones y el despido de empleados públicos.
Las siguientes son algunas consideraciones que procuran presentar una perspectiva distinta a la del adalid de la austeridad estatal y matizan su aseveración de la “ineficacia” y “duplicidad”.

1.- La ineficiencia y la ineficacia del Estado no es un problema de sobre-empleo.
Aunque es evidente que su propósito no es aumentar el desempleo, lo cierto es que la propuesta de Ottón privilegia el recorte de personal como la mejor solución.  Con esto, ese diputado aporta su cuota a la campaña que apunta a los empleados públicos como los culpables de los principales problemas que presenta el Aparato Estatal aunque, si los tiene, la responsabilidad habría que buscarla entre quienes lo “diseñaron” y lo “gobernaron” durante los últimos 40 años; es decir:  el PLN y el PUSC.

El nivel de empleo público no ha crecido respecto a otros períodos y es igual al promedio de la OCDE.  Que no hay un sobre-empleo  público en Costa Rica se desprende de las estadísticas que comparan distintos períodos de nuestra historia y datos de otros países.   Así por ejemplo, en 1986 el porcentaje de empleados públicos respecto al total de ocupados era de un 19.7%, mientras que para el 2013 ese porcentaje se redujo al 15.1%.  Si comparamos el nivel de empleo público con  el de los países que componen la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (de la que aspira Costa Rica ser parte), se tiene que para el año 2011 el porcentaje de empleados públicos respecto al total de ocupados era del  15.0% mientras que para Costa Rica, en el mismo año, el porcentaje fue de un 15.2 (MIDEPLAN:  Gestión del empleo y remuneraciones en el Sector Público.   Datos relevantes.  Insumos de trabajo para discusión;  2015).

2.- El problema de los programas de combate a la pobreza no es el de la “duplicidad”.
En primer lugar hay  que decir que la Inversión Social Pública (ISP) decayó por muchos años, tanto que no fue hasta el año 2015 que “… por primera vez en 34 años se logró recuperar los niveles reales de inversión de la Inversión Social Pública per cápita de 1980.” (XXI Informe del Estado de la Nación;  pp.112).  Es decir, que el combate a la pobreza ha tenido como a uno de principales enemigos la “austeridad” que tanto le gusta a Ottón.

El “clientelismo político”. Por otra parte, cuando el Informe del Estado de la Nación para el año 2014  hace una valoración de los programas de combate a la pobreza, apunta como principal problema no la “duplicidad” de los mismos (a la cual ni siquiera alude), sino a que los “beneficios no se orientan a la población objetivo”, es decir, a los pobres (Idem.; 115). Es lo que los estudiosos denominan las “filtraciones” (incluir beneficiarios que no son pobres).  Este tema sin duda está más asociado al “clientelismo político” que a una mala organización de las instituciones que están a cargo de esos programas. Y aunque el informe citado no lo dice de manera directa y apenas lo insinúa, existen evidencias de ese fenómeno.
Las transferencias reducen la pobreza.  Y como para contrariar el supuesto de que parte Ottón, el Informe señala que los “Programas que transfieren dinero reducen la pobreza en dos puntos porcentuales”. Estos programas son, entre otros, el Régimen de Pensiones No Contributivo, el Aseguramiento a Cargo del Estado, FONABE y FODESAF, parte de los cuales pretende Ottón transferir a un gigantesco Ministerio de Asistencia Social, a pesar de que ese mismo Informe indica que  los programas manejados por la CCSS  son los que tienen  menos filtraciones…” (Idem.; pp. 115); es decir, tienen menos beneficiarios que no son pobres, son más eficaces.     


3.- Gasto Social, Impuestos y Pobreza.
Vale la pena citar un estudio realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en que precisamente se destaca  el papel del Gasto Público Social en el combate a la pobreza y como el efecto redistributivo de estos programas se ve contrarrestado por un régimen tributario que privilegia los impuestos indirectos.  La conclusión principal del estudio es la siguiente:
 “… el análisis muestra que las transferencias directas en Costa Rica (como las de FODESAF) contribuyen a la reducción de la pobreza extrema y la total, y que las transferencias no monetarias tienen un efecto redistributivo destacable.  No obstante, previo a la monetización de tales transferencias que revelan el peso significativo del gasto social, la prevalencia de una estructura tributaria regresiva restringe mayores y mejores avances en términos de equidad.” (PNUD:  La equidad en Costa Rica:  Incidencia de la Política Social y la Política Fiscal;  marzo de 2014; pp. 13).
Sin duda, con solo que el régimen tributario no se cargara tanto del lado de los impuestos indirectos, la pobreza disminuiría.  Y si se atacara con seriedad la evasión fiscal que ronda el 8% del PIB, el Estado costarricense podría invertir más en salud, educación, vivienda y aumentar el monto delas transferencias directas a la población pobre.   Claro, también se trata de erradicar el “clientelismo político” para que esas transferencias lleguen a los verdaderos necesitados.


4.- Modelo de “Desarrollo” y la pobreza.
El Modelo de Desarrollo Neoliberal es la causa de la pobreza y la desigualdad social: el desempleo y la evasión fiscal –variables menos asociadas con el desempeño estatal que con el de la empresa privada- explican más que cualquier supuesta “duplicidad” de funciones, la persistencia de la pobreza en nuestro país.

Desempleo y pobreza.  Señala Ottón que la pobreza pasó de un 5.8% a un 7.3% entre 2010 y 2015, mientras en ese mismo período los recursos para combatir la pobreza se elevaron en un 14.5%, lo  cual, según él, es una muestra de la ineficiencia de esos programas (aunque el mismo admite que seguramente el Modelo Económico es el responsable de que la pobreza persista).  Lo que no dice el diputado es que la tasa de desempleo abierto fue para el 2010 de un 7.3%, mientras que para  el 2015 se elevó a un 9.7%: una diferencia de 2,4% superior al 1.4% de incremento de la pobreza entre 2010 y 2015.  ¿No es más razonable explicar la persistencia del nivel de pobreza debido al incremento del desempleo, que achacarlo a la supuesta ineficiencia e ineficacia de los programas de asistencia social (que los dos estudios arriba citados desdicen)?

Incumplimiento de derechos laborales, informalización del empleo y pobreza. Hay que apuntar a tres factores que contribuyen a mantener el nivel de pobreza anclado cerca del 20%: i) el Costa de la Vida acumulado por años (Costa Rica es uno de los países más caros de Latinoamérica:  ver Informe XX del Estado de la Nación), ii) el incumplimiento en el pago del  Salario Mínimo (unos 300 mil trabajadores sufren ese violación patronal de sus derechos), y iii) la informalización del empleo (el 45.3% de los trabajadores), son factores que sin duda hacen su contribución al problema de la pobreza.

Por supuesto que el manejo de los programas de combate de la pobreza se debe mejorar. Pero hay que apuntar, en primer lugar,  a las verdaderas causas de la pobreza y, en segundo, a los factores que distorsionan esos programas; como el “clientelismo político”, que no se erradica cerrando instituciones o despidiendo a empleados.  El tema es “político”; no técnico.
Heredia, 22 de enero de 2016.

Franco Benavides Flores

Secretario General de la AFUMITRA

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