martes, 8 de diciembre de 2015

Cosas que pasan


Enamoramiento administrativo
o de cómo la pasión se cuela en los nombramientos de personal

Franco Benavides

En algunos casos, nada infrecuentes, un jefe alto o medio, se apasiona por un “colaborador”.  Y no hablamos de una pasión de contenido sexual.  Aunque Freud insiste en que todos los amores tienen un sustrato sexual que, por un mecanismo sicológico que no viene al caso, es “coartado en su fin y sublimado”. Pero quien puede creer en las teorías de un señor que dice que todos hemos tenido deseos sexuales por nuestro progenitor del sexo contrario. Que él haya sido un pervertido no lo autoriza a generalizar.  Yo no padecí nunca del Complejo de Edipo y si alguna vez quise matar a mi papá no fue por celos.   Aclaro que tampoco me quedé fijado en la llamada Etapa Anal ni nada por el estilo. 
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No me hubiera enredado con la teoría del sub-consciente si simplemente hubiese utilizado ese término que representa tan bien el apasionamiento obsesivo que embrutece y no deja dormir, ese que hace a los adolescentes dibujar en sus cuadernos corazones de todos los tamaños, cruzados por fechas que los desangran, mientras el profesor de matemáticas resuelve una ecuación de tercer grado en el pizarrón.  Pero el término exacto para ese fenómeno no es de dominguear y algunos oídos delicados se pueden resentir.
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Hay que decir que ese enamoramiento administrativo, como todo enamoramiento, poco tiene que ver con las cualidades propias del “colaborador”.  Raro es que la eficiencia medie en ese apasionamiento, aunque frecuente si es que una fuerte dosis de servilismo haya seducido a la autoridad administrativa. 
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Ya desatada la pasión, el jefe no entiende de carreras administrativas, ni de requisitos,  ni de  procedimientos, ni de ninguna de esas carajadas:  busca por todos los medios que el objeto de su amor administrativo sea ubicado en el pedestal que él sabe que aquel se merece.   Si su predilecto es interino, es capaz hasta de emitir un reglamento que encaje hasta con la forma en que acostumbra peinarse el susodicho.  Y si aún su amorcito administrativo no ha gozado de las mieles de una jefatura –aunque no tenga ni méritos propios ni requisitos-, usará todos los trucos y las influencias que posee para que ese puesto no sea para ninguno otro que para el que le ha robado su corazón administrativo.  
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¿Quién entiende al corazón humano?  De alguien se demanda que sea, como dice ese poético pasaje la Constitución Política, “un simple depositario de la autoridad  (…) que no pueda arrogarse facultades que la ley no les concede”  y cuando se le arropa con autoridad delegada, se deja vencer por el ímpetu irracional de un enamoramiento administrativo.
Heredia, 25 de setiembre del 2015.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

PARA DISCUTIR LA ESTRATEGIA DE LUCHA Y NEGOCIACIÓN EN LA ACTUAL COYUNTURA.

Propuesta para re-orientar la agenda “coyuntural” del BUSSCO

Compañeras y compañeros

Comisión Política

Y Representantes de las organizaciones del Bloque Unitario Sindical y Social Costarricense

Estimadas (os) compañeras (os):

Las organizaciones suscritas, miembros del BUSSCO,

Considerando que:

1)      El BUSSCO realizó el 16 de octubre una importante movilización, pero de ninguna forma puede considerarse esta como una huelga de envergadura nacional.  No obstante, nuestro Bloque presentó el 22 de octubre ante el Gobierno de Solís una “agenda de debate” que sobrepasa en mucho la demostración de fuerza de que hemos sido capaces hasta ahora.  La “agenda” pretende abrir un debate “bilateral”, entre el Gobierno y el BUSSCO, como alternativa a la Mesa de Diálogo Multilateral propuesta por otros grupos sindicales, abarcando temas que en esencia ponen en discusión ejes centrales del Modelo Neoliberal (ver el oficio BUSSCO-0010-2015 del 22 de octubre de 2015).   Es decir, el BUSSCO reiteró en esta ocasión su “agenda estratégica”, desagregando algunos de los ejes del documento que ya le fuera presentado al Gobierno el año pasado.

2)      Al BUSSCO lo anima, sin duda, su lucha por resistir, frenar y desmontar el Modelo Neoliberal.  Ese es el objetivo estratégico al que debemos apuntar. Sin embargo, no se puede obviar que la principal característica de la actual coyuntura es el ataque feroz contra los empleados públicos y sus sindicatos, ataque que por lo estratégico, define una nueva fase en la implementación del Modelo Neoliberal en nuestro país.  Luego del Combo del ICE y del Referendo contra el TLC, el progreso de la “agenda” neoliberal requiere quebrar la resistencia que durante todos estos años le ha presentado el Movimiento Sindical del Sector Público. 

3)      Desde varios frentes, entre los que destacan la Derecha agrupada en la Asamblea Legislativa, la Sala Constitucional y lo que podríamos denominar los entes “técnicos” del Estado (Contraloría, Procuraduría, ARESEP, SUTEL, etc.), se impulsan o promulgan proyectos de ley, sentencias, dictámenes y pronunciamientos administrativos que limitan cada vez más el espacio de negociación colectiva en el sector público y el derecho a la huelga.  El Gobierno Central, al parecer bajo la presión de la derecha política, empresarial y mediática, definió una política de “denuncia”  de todas las Convenciones Colectiva y de negociación a “a la baja” y, recientemente, a través del MTSS, emitió el pronunciamiento DJA-AE-237-15 del 14 de setiembre del 2015, que recogiendo a su vez pronunciamientos de la Procuraduría y sentencias de las Sala Segunda abandona la tesis tradicional y adopta una que anula la aplicabilidad de cualquier norma convencional una vez fenecido su período.  No debemos olvidar las acciones desde varias instituciones descentralizadas (UCR, ICE, BCR, CCSS, etc.) que por la vía administrativa ya están limitando o eliminando las remuneraciones adicionales o la forma en que se aplican las indemnizaciones por incapacidad.

4)      A las acciones de los entes del Estado se suma una campaña de desprestigio sistemática desde las empresas comerciales de “noticias”, que han logrado posicionar una serie de mitos y dogmas neoliberales, tales como que los de salarios de los empleados públicos son la causa del déficit fiscal, que cualquier derecho que esté sobre el Código de Trabajo es un privilegio odioso y  el carácter cuasi-mafioso de los dirigentes sindicales.  Al parecer la campaña ha sido exitosa, creando un cerco de prejuicios alrededor de los empleados públicos, si como síntoma de su éxito valoramos las marchas de “odio” que ya se están organizando en nuestro país, no por la defensa de derechos propios, sino contra los derechos de otros.

5)       Luego de los movimientos de huelga del 16 y 26 de octubre, pero especialmente con ocasión del acuerdo suscrito entre el Gobierno de Solís y Patria Justa, ha arreciado la campaña de la Derecha Política y mediática empresarial en contra de los empleados públicos y sus sindicatos.  Aunque, tal y como los propios personeros del Gobierno lo han reconocido, el acuerdo con Patria Justa no cedió nada, el clima político contra los sindicatos es de tal intolerancia, que no perdona ni un “guiño” del Gobierno para con estas organizaciones que a la derecha solo le falta catalogar abiertamente como “asociaciones para delinquir”.

6)      Por las razones dichas, en la actual coyuntura la “agenda” del Movimiento Sindical del Sector Público pasa a tener una importancia estratégica en la lucha por resistir o frenar el progreso del desmantelamiento de lo que queda del Estado Social.  No se entienda que de una “agenda de carácter nacional” se quiere pasar a una “agenda gremial”, enfocada en el sector público.   Es que en este momento todas las fuerzas de la Derecha Neoliberal están apuntadas contra los sindicatos de los empleados públicos y nosotros no tenemos la fuerza necesaria para sostener una “agenda” tan amplia como la presentada el 22 de octubre ante el Gobierno.  En todo caso, un “debate” con el Gobierno de Solís respecto a los temas estratégicos de la agenda del BUSSCO –tal y como se ha propuesto-, no debe concentrar nuestros esfuerzos.   Con el Gobierno y con sectores de la Asamblea Legislativa hay que procurar una negociación sobre la “agenda coyuntural”, que no es ni más ni menos la de salarios, empleo y negociación colectiva en el sector público.  

Por todo lo anterior, proponemos que:

Primero. Se procure desprender los temas de empleo, salarios y negociación colectiva en el sector público de la Asamblea Legislativa y de la Mesa de Diálogo Multilateral, llevando la negociación  a un plano  “bilateral” (Gobierno y Sindicatos), que puede expresarse como la habilitación de la Comisión Negociadora de Salarios del Sector Público (CNSSP), como el espacio (incluso así definido por reglamento[1]) para conocer y pronunciarse sobre los proyectos de empleo y salarios públicos y sobre la política de negociación colectiva en el sector público. 

Segundo.  Los representantes de la “comisión técnica” conformada para efecto de organizar el “debate” entre el Gobierno y el BUSSCO, lleve como parte de su propuesta lo definido en el punto primero, para el caso de los temas referidos a los empleados públicos y sus sindicatos. 

Tercero.   Crear una Comisión que se encargará de organizar la Contra-Ofensiva por  la Dignificación y Defensa de los Derechos de los Empleados Públicos y sus Sindicatos.  Tal comisión deberá presentar al BUSSCO un Plan de Lucha a más tardar en la segunda semana de diciembre, contemplando al menos:

a)      La construcción del contra-discurso, junto con un programa de divulgación y capacitación “hacia dentro” y “hacia afuera” del sector público.

b)      Estudio crítico de los diagnósticos y proyectos de ley relativos al gasto, empleo, salarios y negociación colectiva en el sector público (incluyendo los proyectos números 15.431,  15.506 y el que presentará MIDEPLAN para transformar el pago por Anualidad en un Incentivo por Desempeño).

c)      Definición de los ejes relativos a empleo, salarios y negociación colectiva en el sector público que, eventualmente, podrían negociarse con el Gobierno para formular un proyecto de ley alternativo, a los propuestos.

d)      Acciones que nos permitan la acumulación de fuerzas durante los meses que quedan del año y los primeros del próximo, con la intención de construir las condiciones para una huelga general indefinida para el mes de marzo o abril del 2015.

San José, 9 de noviembre de 2015.


AFUMITRA
CGT
OPY y otras organizaciones.



[1] El Decreto Ejecutivo No. 35730-MTSS indica en el “Artículo 9º—La Comisión Negociadora de Salarios del Sector Público tendrá las siguientes atribuciones:
a)  Actuar como instancia de negociación en relación con los ajustes de salarios del sector público y sus componentes, de acuerdo con el ordenamiento jurídico y posibilidades financieras. Los acuerdos serán ejecutados por los Órganos competentes según corresponda.
b)  Ser una instancia de análisis de la política salarial del sector público a efectos de ofrecer recomendaciones y pronunciamientos en esta materia.
c)  Analizar y recomendar sobre aspectos de políticas de gestión del Recurso Humano en el sector público que se sometan a su consideración.
d)  Integrar las subcomisiones que se considere necesarias para el cumplimiento de sus funciones.”

MINISTRO DE TRABAJO "DENUNCIA" CONVENCION COLECTIVA DE AFUMITRA

La denuncia de nuestra Convención Colectiva

Ya todos y todas deben saber que nuestra Convención Colectiva fue denunciada por el Ministro de Trabajo.   Lo que algunos (as) tal vez no saben es que la Afumitra la denunció unas semanas antes.  Para pasar a analizar la diferencia entre estas dos “denuncias”, primero es importante aludir a la forma en que ha aparecido en los medios de comunicación la noticia.

1)    El marco de la campaña de desprestigio contra las Convenciones.    La Nación y otros medios han publicado la noticia de la denuncias de nuestra convención junto con la del INA y la Imprenta Nacional.  Lo lamentable es que incluyan beneficios como los del Día libre por el Cumpleaños y los 26 días de vacaciones, como si se originaran en la Convención.  Pero más lamentable es que las autoridades del Ministerio no hayan hecho la aclaración.  Y es que el Gobierno, seguramente con el  propósito de mejorar su alicaída popularidad, hasta ha lanzado una campaña (ver el cartel adjunto) en que, en lugar de llamar a la mesura, se jacta de ser algo así como el “guardián” contra los “abusos de las  Convenciones Colectivas”. Decir que son instrumentos legítimos y reconocidos constitucionalmente, no parece ser tan rentable como hacerle el juego a los que las condenan, no por los “abusos” –que los hay-, sino porque sencillamente permiten sobrepasar ese piso de derechos que es el Código de Trabajo.

2)    Nuestra denuncia.  Recordemos que el término “denuncia” se utiliza para dar aviso a la otra parte que suscribe la Convención de que se pretende ponerle fin a la existente, casi siempre con el fin de negociar reformas o una nueva.  Pues bien, la Junta Directiva de la Afumitra, con gran seriedad, se dio a la tarea de estudiar la convención y de formular un proyecto que se presentó ante la Asamblea General.   Esta última le hizo algunas observaciones y aprobó el proyecto definitivo.  Junto con nuestro aviso de “denuncia” parcial, presentamos nuestro proyecto de reforma el 26 de octubre, con la redacción detallada de cada una de las cláusulas.  Es decir, atendiendo al principio de la buena fe que debe prevalecer en todo proceso de negociación, dejamos bien claras nuestras intenciones ante la Administración.

3)    La denuncia del Ministro.  El 30 de octubre, cuatro días después de presentada nuestra “denuncia”, mediante el Oficio DMT-1144-205, el Ministro de Trabajo denuncia la Convención MTSS/AFUMITRA con un oficio de seis líneas que en lo que interesa dice: “a efecto de realizar una revisión integral de la misma, y de esta forma adecuarla a las políticas actuales del Gobierno en materia de negociación colectiva.”  No acompañan al oficio el proyecto de reforma que pretende la Administración.  Ni siquiera lo acompaña el documento en que se definen las “políticas de este Gobierno para la negociación en materia de negociación colectiva”.   Es decir, con el simple aviso de su voluntad de “denunciar” la convención, el Ministro de Trabajo pretende que entremos a un proceso de “revisión integral”, sin que los (as) funcionarios (as) del MTSS y su representante, la Afumitra, conozca en detalle las pretensiones de la Administración o al menos las citadas “políticas en materia de negociación colectiva”.

4)   ¿Por qué es diferente “denunciar” las Convenciones de RECOPE y JAPDEVA que la del MTSS?  El Ministro de Trabajo y el Gobierno de Solís, al ordenar la “denuncia” de todas las Convenciones Colectivas, sin ningún distingo, han olvidado que desde el año 2000 se emitió un reglamento que creó una Comisión de Políticas de Negociación de Convenciones Colectivas en el Sector Público.  A partir del año 2000 todas las convenciones suscritas están sometidas a una especie de “censura previa”, pues cada cláusula del proyecto es “dictaminada” por esa Comisión en que están el propio Ministro de Trabajo, el de Hacienda, el  de Planificación, el Servicio Civil y un representante de la Procuraduría. De manera que las convenciones suscritas a partir del año 2000, que incluyen la nuestra, están “fiscalizadas” y hasta “reprimidas” por las propias autoridades del Gobierno con la ayuda del Servicio Civil y la Procuraduría. 

5)   Las denuncias deben ser razonadas y no indiscriminadas.   Atendiendo a lo dicho, es que en el primer contacto que hemos tenido con la Administración en lo que a negociar la convención se refiere, le hemos solicitado que, al igual que nosotros, ponga las “cartas sobre la mesa” y de previo nos remita, al menos dos documentos:  la instrucción de denunciar todas las convenciones del sector público y el que contiene las “políticas de negociación” de éste Gobierno.  En fin, que consideramos que la “denuncia”  integral de nuestra convención colectiva ejecutada por el Ministro de Trabajo carece de elementos sustanciales para que pueda considerarse como válida.  Estamos a la espera.

San José, 11 de noviembre de 2015.



Franklin Benavides Flores
Secretario General de la Afumitra


jueves, 5 de noviembre de 2015

EL Movimiento Sindical en la estrategia del cambio social

Con el ánimo de contribuir a diseñar una política sindical del Frente Amplio
El Movimiento Sindical en la estrategia del Cambio Social

Comisión Sindical del Frente Amplio

Estimados (as) compañeros (as):

En primer lugar agradezco la invitación que me hicieron para exponer mi punto de vista sobre el Movimiento Sindical costarricense.  El que el FA haya constituido una comisión especial es indicativo de que dentro del partido algunos creen importante tener una política sobre esa materia. 

La deformación del Movimiento Sindical costarricense.

1.- Quién puede negar que existe un profundo abismo entre los trabajadores del sector público y los del sector privado en lo que a condiciones de trabajo se refiere.  Que los primeros ganan hasta tres veces más que los segundos, es decir mucho.  Y ese abismo es producto, en parte, a la capacidad de organización sindical que han tenido los empleados públicos.  En parte, porque no se puede obviar que el mundo del sector público es producto no solo de la capacidad reinvicativa de los sindicatos, sino del “pacto” político que condujo a la creación de lo que se ha denominado Estado Benefactor.   Que las condiciones –llamémosle como ahora está de moda llamarles- “privilegiadas” de los empleados públicos son parte del “botín” político del bipartidismo no puede dudarse.  Incluso el crecimiento absolutamente desigual del sindicalismo entre el sector privado y público (éste último con hasta el 50% de afiliados en algunos momentos), se explica en parte por esa “política” flexible del Bipartidismo hacia los sindicatos de los empleados públicos. 

2.- En cambio, la masacre del Movimiento Sindical Bananero orquestada en la década de 1980 por los partidos y el Estado, con el incondicional apoyo de esa herramienta anti-sindical que es el Movimiento Solidarista; la ferocidad de los empresarios ante cualquier conato de sindicato que dio origen a la costumbre de algunos obreros de solicitar el carné de afiliado para que, dejándolo como por descuido en su mesa de trabajo, su patrono los despidiera con pago de prestaciones; en fin,  la profunda, prolongada y despiadada campaña antisindical con que se bombardea a los trabajadores presentando a los sindicalistas como poco menos que organizaciones para delinquir, explica que en el sector privado la afiliación sindical no supere el 3% de la población ocupada.  

3.- Así nuestro Movimiento Sindical sufrió una deformación en su composición.  El único Sindicalismo del sector privado, el otra hora poderoso Sindicalismo Bananero, fue aniquilado y en cambio entre los empleados públicos se afianzó en las décadas del 70 y 80 del siglo pasado y a partir del 90 y hasta nuestros días, ha logrado sobrevivir con relativa fuerza, pero con tendencia a la disminución (tanto en afiliación como en su capacidad reivindicativa y de movilización).  El Sindicalismo del Sector Privado, al contrario del de  otros países centroamericanos, se transformó en un pequeño apéndice comparado con su “hermano” mayor, el del aparato estatal.  Y cuando se dice apéndice es porque el conato de sindicalismo del sector privado, mal sobrevive a la sombra de Confederaciones que son en realidad organizaciones de empleados del sector público.  Esto tiene una expresión práctica un tanto tragicómica:  en el Consejo Nacional de Salarios, los representantes de los trabajadores son casi mayoritariamente, sino en su totalidad, empleados públicos o dirigentes profesionales que provienen de este sector.  Empleados públicos negociando los salarios de los trabajadores de la empresa privada: ¡A ese nivel llegamos! 

La piñata de derechos laborales.

4.- Decir ahora, sin considerar el proceso histórico en que se originó, que los Sindicatos del Sector Público defienden privilegios, que los derechos conseguidos en las convenciones colectivas son un afronta contra el 85% de la fuerza de trabajo que a duras penas se atiene al “piso” que constituye el Código de Trabajo; decir simplemente que las conquistas de años (algunas ciertamente concedidas como parte del clientelismo político del bipartidismo de la época de oro del Estado Benefector) son un privilegio indefendible, es propio de partidos como el PLN, el PUSC, el ML e incluso del PAC[1].  

5.- Pero, entonces, ¿debería el FA defender las Convenciones Colectivas, incluyendo las llamadas “cláusulas abusivas”?  ¿Se puede defender que un 15% de los asalariados ganen hasta tres veces más que sus homólogos de la empresa privada[2]; que reciban como licencia por enfermedad el 80% y hasta el 100% de su salario mientras el 85% recibe apenas el 60%; se puede defender que ese 15% reciba becas para el estudio de sus hijos, incentivos salariales por no llegar tarde, bonos por matrimonio o muerte, etc.; que algunos regímenes de pensiones paguen hasta un 100% del salario y sigan creciendo como sí el beneficiario estuviera activo?  La cuestión no es tan simple y es claro que, seguramente, el 90% de los costarricenses verían con buenos ojos que les quiten esos “privilegios” a los empleados públicos y el partido que los “defienda” se va a ganar, al menos, una chiflada popular.

6.- Lo primero que se debería plantear ante la opinión pública es que las diferencias entre los derechos laborales de unos y otros, no obedecen a una acción delictiva, digamos a meter las manos en el bolsillo del Estado y servirse un jugoso salario.  Esas diferencias son, en primer lugar, el producto del derecho a la negociación colectiva que ha sido reconocido como un derecho humano.  En segundo lugar, lo son como producto de una cultura y un modelo de “desarrollo” que procura atraer inversión extranjera con el coqueteo  de lucir una mano de obra barata y entregada a la total desorganización, gracias al enorme muro ideológico que han construido y,  cuando este falla (porque el conflicto entre trabajo y capital siempre brota de manera natural), recurriendo al terrorismo patronal ante cualquier intento de sindicalización.  

Neoliberalismo, contra-reforma y acción sindical. El conflicto entre el trabajo y el capital es esencial para definir la política económica de un partido del pueblo.

7.- El principal rasgo de la fase histórica que vivimos –que define el contexto en el que se desarrolla o sobrevive el MS- es el entronizamiento del capitalismo neoliberal sobre cualquier alternativa socialista o al menos socialdemócrata; la Contra-Reforma Social, Económica y Política que lo caracteriza y al mismo tiempo, el fracaso de esta forma de capitalismo, expresada  en profundas crisis económicas que profundizan la desigualdad y la exclusión sociales, son el marco de la lucha social.

8.- El capitalismo neoliberal necesita un estado neoliberal.  Desmontar las instituciones del Aparato Estatal privatizándolas de manera directa, cambiando su contenido económico (como en el caso del sistema bancario nacional y de los seguros), rompiendo el monopolio estatal (depósitos bancarios, telefonía, electricidad, seguros y muelles, por ejemplo)  o “concesionando” la obra pública (Riteve, Ruta 27, Refinería, etc.) es parte de la agenda neoliberal para transformar el Estado costarricense.  Y el Movimiento Sindical del sector público ha sido un enorme estorbo para el desarrollo de esa agenda. 

9.- El Combo del ICE y la lucha contra el TLC son los principales hitos populares en los que se expresado la resistencia al cambio del Modelo Estatal. En el centro de esa resistencia popular ha estado el MS del sector público.  Uno se puede atrever a afirmar que sin el acicate del MS el Combo del Ice y la lucha contra el TLC no hubiera tenida las dimensiones que tuvo.  El MS puso no solo una gran parte de sus recursos económicos para financiar la lucha, sino de su acervo organizativo.  En este sentido, con todo y sus profundos defectos y deformaciones, el MS del sector público ha tenido un papel protagónico en la lucha por frenar la Contra-Reforma.  Que ese MS esté defendiendo sus “privilegios” y no tanto un Modelo de Estado Social, es una cuestión que se puede discutir y encontrar ejemplos de fuertes ánimos gremialistas al lado de acciones políticas profundamente solidarias[3].  En todo caso, sea cual sea el motivo (gremialismo o compromiso político-social), lo cierto es que la movilización del MS ha retrasado la ejecución de la agenda neoliberal y ha contribuido a crear esa crisis económico-política que los grupos detentadores del poder caracterizan como “ingobernabilidad”, es decir, la incapacidad de la clase dominante para llevar adelante y sin retrasos, la transformación neoliberal del sistema económico y político costarricense.

La relación entre el partido y el sindicato: la eterna discusión nunca resuelta.

10.- En la discusión de la Comisión Sindical del FA se nota la preocupación por la forma y el contenido de las relaciones entre el Partido y el Sindicato.  ¿Se cometerán los mismos errores de antaño en que los sindicatos eran “correas de transmisión” del partido?  ¿Es la autonomía sindical de tal grado que los lineamientos del Partido no pueden llevarse al Sindicato? 

11.- Lo que es cierto es que partido y sindicato han coexistido desde el origen de ambos (por supuesto al partido de los trabajadores nos referimos) y su relación ha asumido diferentes modalidades en distintas épocas y latitudes.  No creo que la modalidad de relación se deba definir de antemano de manera “teórica”.  Es más bien un asunto práctico.  Que los sindicatos sean “correas de transmisión” del o de los partidos populares no pareciera ser el problema fundamental, sino el del contenido de la “transmisión” y la forma que adopte.   Claro, sí hay principios básicos que se deben respetar: la democracia sindical es el principal y el carácter necesariamente pluralista, es otro.  No se trata de que el Partido tome la dirección del Sindicato y dicte la línea partidaria desde ahí.  No se puedo dejar de recordar la discusión que sostenía Lenin sobre el tema de la autonomía sindical y de cómo planteaba que la influencia del Partido sobre los sindicatos solo es eficaz cuando se da a través de la formación y el convencimiento de los cuadros dirigentes y de sus afiliados.  En todo caso, algo que no se puede olvidar, además del principio democrático y pluralista, es de que el Sindicato por su naturaleza siempre tendrá una motivación reivindicativa (Marx decía que la lucha sindical lo que perseguía era vender la fuerza de trabajo al mejor precio posible).  Esto es: el Partido nunca puede olvidar que el Sindicato es una herramienta para mejorar las condiciones concretas de trabajo y que por eso la dirigencia partidaria dentro del sindicato no puede “sacrificar” la vertiente reinvindicativa a un proyecto político de largo plazo.  Aunque, y aquí cito nuevamente a los clásicos y me siento como cuando, en el claustro monacal de mi partido, recitaba de memoria a “los maestros”:  “El sindicato es una escuela de comunismo”.  Es decir, el espacio de las luchas concretas por los derechos laborales es idóneo para que los trabajadores accedan a la conciencia política (aunque no sea comunista, ¡qué carajo!).

12.- Pero claro, lo dicho arriba vale para un partido fuertemente arraigado al MS.  Este no es el caso del FA.  Tal vez porque el divorcio del Partido y el Sindicato que se consolidó en la década de los 90s. fue tan fuerte como lo era la fuerte ascendencia del “socialismo real” y del partido comunista sobre el MS. Tan fuerte que el vínculo entre Partido y Sindicato se convirtió para muchos dirigentes sindicales y del propio partido en un verdadero tabú.  No es raro entonces que, teniendo el FA tres diputados que cultivaron su liderazgo dentro del MS y muchos militantes que a su vez son militantes sindicalista, no exista una estrecha relación entre ambos movimientos populares.  En la actualidad (no creo que sea así necesariamente para toda la vida) la autonomía sindical es la moneda de curso obligatoria entre las relaciones de los partidos populares y los sindicatos.

La política sindical y la política de alianzas.

13.- Lo cierto es que el FA y el MS  son dos cosas distintas y separadas y, más aún, lo son con relaciones más o menos complicadas y distantes.  Pero el FA no puede ignorar que el movimiento social más fuerte en el país, con todas sus debilidades, es el MS.  No el que se pueda construir en el futuro (si es que puede haber futuro para un MS que no se apoye en los recursos y capacidad de movilización del que existe en la actualidad), sino el deformado[4] MS con que contamos ahora. 

14.- Y es que partir de la idea de que “todos los sindicatos son pardos” y por tanto hay que “crear un nuevo sindicalismo” a partir de cero (realmente no creo que nadie se esté planteando seriamente re-escribir la historia sindical en una “hoja en blanco”), es en el fondo una forma de contribuir a borrar del territorio nacional esa organización conflictiva y mala para el libre mercado, que es el sindicato.  Porque, y esta es la tesis que vienen sosteniendo algunos compañeros, especialmente los de la UNT, el desarrollo del sindicalismo en el sector privado -que debe ser parte esencial de la base social de cualquier partido que busque una alternativa al capitalismo o, por lo menos, un capitalismo “embridado”- solo se podrá construir con los recursos y la solidaridad del MS del sector público.   

15.- El FA debe entender que dos de las contradicciones sociales más importantes están vinculadas al sindicalismo, el existente y el necesario:  i) El MS del sector público está en el centro de la Contra-reforma Estatal y es el principal objetivo a derrotar para avanzar sin trabas en la construcción de un Estado Neoliberal.  Por otra parte, ii) el conflicto entre el trabajo y el capital, signa una gran parte de las relaciones económicas del país: el 72% de los trabajadores costarricenses son asalariados del sector privado.  A menos que se crea en una transformación de la estructura política y social sin afectar la esfera económica (y no estoy hablando de la expropiación de los capitalistas ni mucho menos), el conflicto trabajo-capital es esencial en la estrategia política de un partido popular.  Y dentro de esa estrategia el sindicato como sujeto político es clave. 

Los partidos de izquierda son los únicos que pueden y deben reivindicar el sindicalismo como una herramienta esencial de su programa de cambio social.


16.- ¿Qué puede hacer el FA ante un MS fraccionado,  disperso y además que está en el blanco de los torpedos de las clases dominantes?  Hacer énfasis en que mientras para el proyecto neoliberal “todos los sindicatos son pardos” y busca por tanto desaparecerlos o al menos apocarlos; para un proyecto político como el del FA, efectivamente todos los “sindicatos son pardos” en el sentido de que son, esencialmente un estorbo para el capitalismo salvaje, de que no hace ninguna distinción, entre sindicato blanco o rojo, como lo hacían en otros tiempos las clases dominantes; que la unidad en torno a un proyecto político para fortalecer el movimiento sindical en el sector privado es la clave para salvar de la destrucción al MS del sector público.  

17.- La alianza del FA con sectores del MS del sector público que coincidan o que lleguen a concertar un programa de cambios social, debería basarse en la transformación del Estado para retomar funciones que ahora se entregan en forma de privatizaciones o concesiones a la empresa privada y elevar el nivel de eficiencia en la prestación de los servicios, especialmente los de salud, educación y apoyo social[5].  Sin duda el tema del défìcit fiscal y las propuestas para resolverlo serán uno de los ejes de la transformación estatal y dentro de ella, los gastos en remuneraciones.  ¿Cómo resolver el problema de las brechas salariales al interior del propio Estado y entre los empleados de éste y del sector privado?  La negociación colectiva en lugar de ser un obstáculo para crear un régimen de empleo público más equitativo, debería ser una herramienta.  El nivel de afiliación sindical relativamente alto en el sector público podría permitir –superando los “caciquismos sindicales”- la negociación colectiva por sectores (educación, finanzas, empresas no financieras, etc.), logrando la firma de convenciones colectivas sectoriales y no por empresa.

18.- ¡Cómo!: ¿defender sin más al MS del sector público y sus “privilegios”?  No.  Plantear un proyecto político de cambio e inclusión social que pasa por desarrollar la organización sindical en el sector privado (sin abandonar otras esferas fundamentales como la lucha por la igualdad de género, la diversidad sexual, la lucha por la tierra, etc.) y por tranzar la moderación de las reivindicaciones del empleado público para elevar las de los del sector privado.  Defensa del Estado Social, lucha contra la privatización en todas sus modalidades, lucha por una reforma fiscal donde “los ricos paguen como ricos y los pobres como pobres”, no más a la flexibilización laboral de hecho (inclumplimiento de las normas de trabajo), impulso de la organización sindical (en primer lugar) en las grandes plantaciones y creación de condiciones para la organización sindical en la industria y las grandes empresas de servicios y comercio.
  

La agenda neoliberal anti-sindical y el proyecto de cambio social del FA.

19.-  Para el PAC el sindicalismo no puede pasar de ser un mal necesario y un aliado de oportunidad.  En cambio para el FA el MS debe ser un eje de su apoyo social.   El FA al contrario del resto de partidos de derecha y centro derecha, si puede reivindicar esa norma del Código de Trabajo que ha sido letra muerta, especialmente desde mediados de la década de 1980:  “Declarase de interés público la constitución legal de las organizaciones sociales, sean sindicatos, como uno de los medios más eficaces de contribuir al sostenimiento y desarrollo de la cultura popular y de la democracia costarricenses.” (artículo 332º).

20.- El necesario acercamiento del FA, sin obviar que el partido deberá orientar a sus militantes a formar parte activa del MS, no solo para sumarse, sino para coadyuvar en su necesaria reforma, debería tomar en cuenta la agenda nacional en curso que se vinculada de manera directa o indirecta con el MS del sector público:
-         La Ley de Empleo Público Proyecto No. 19431 (Movimiento Libertario).

-         La Reforma Procesal Laboral (que por cierto mantiene dividido al MS).

-         Las Convención Colectiva y la Denuncia y renegociación.  La negociación colectiva en el sector público.

-         La eficiencia del sector público: evaluación del desempeño y “productividad”.

-         Déficit Fiscal, Gasto Social y Reforma Tributaria no regresiva.

-         Las remuneraciones salariales: incentivos y pluses. 

Con el ánimo de polemizar de manera franca y constructiva.

Heredia,  8 de diciembre del 2014.


Franklin Benavides Flores
Sindicalista



[1] Hay que decir, además, que se “acusa” a los sindicatos de ser los gestores de todos las diferencias entre los derechos de los trabajadores del sector privado  y  público a través de la negociación colectiva.  Este mito se desintegra cuando se analizan las condiciones de trabajo de sectores donde no existen sindicatos (como es el caso de todos los entes reguladores: CGR, Procuraduría, SUGEN, SUTEL, ARESEP, SUGEP, etc.) o donde su influencia es muy débil, como en el caso del Poder Judicial, el Tribunal Supremo de Elecciones y la Defensoría de los Habitantes.  Hay que decir que en materia de salarios y otros incentivos, estas instituciones en donde no existen convenciones colectivas o sindicatos a los cuales culpar, son muy superiores a, digamos, las del Magisterio Nacional en que se ubican las organizaciones gremiales más grandes del país (ANDE, APSE Y SEC).  Los reajustes de salarios, el pago de cesantía y el monto de las pensiones en el Poder Judicial, por ejemplo, están muy lejos de los del Gobierno Central.
[2] Sobre las diferencias salariales entre el sector público y el sector privado hay que decir que ni son exactamente de tal magnitud para todos las categorías de puestos, ni se explican por la capacidad de los sindicatos para elevar las remuneraciones.  Solo para abonar un argumento a esa falsa simplificación de la desigualdad salarial:  en el sector público concentra más de un 60% de empleados con nivel profesional y técnico, mientras en el sector privado esas categorías no llegan ni al 15%.  Esto explica en parte la diferencia del salario promedio entre el sector privado y público, puesto que en éste último se concentran los empleados de mayor calificación.  Y cuando se estudia las diferencias salariales por categorías se tiene que las diferencias positivas para el sector público son menores cuando se trata de empleados de categorías más calificadas (profesionales) y esa diferencia a favor del empleado público tiende a aumentar conforme el la calificación es más baja;  lo que podría explicarse porque el salario promedio para los trabajadores no calificados del sector privado es tan bajo que no es racional dentro del esquema del empleo público.
[3] La huelga de Sintrajap, protagonizada entre octubre y noviembre del 2014, es una muestra de una huelga de carácter político, sin motivos gremialistas de fondo.  Una huelga en la que, en mi criterio, una pequeña organización sindical se impuso la tarea, demasiado pesada, de echarse al hombro la defensa del patrimonio nacional.  Los sindicatos de la CCSS encabezados por Undeca han venido protagonizando acciones y hasta huelgas, ciertamente con menos apoyo y efectos,  no por la defensa o ampliación de sus derechos laborales, sino en pro de la Caja y de la salud de los costarricenses. 
[4] Y decimos “deformado” no solo por la desproporción entre un conglomerado de asalariados muy pequeño (menos de un 15% de todos los trabajadores) que sin embargo representa más del 95% de todos los asalariados sindicalizados; sino por otros rasgos que lo “deforman”, como la gigantesca dispersión organizativa (decenas de sindicatos de todos los tamaños y profesiones; seis confederaciones y varios “bloques” para unificar-dividir a una afiliación sumamente reducida) y la prevalencia de conflictos inter-sindicales más arraigados en “cotos de caza” que en diferencias ideológico-políticas de fondo.
[5] Me atrevo a nombrar a las organizaciones sindicales que según mi criterio estarían dispuestas a impulsar un proyecto como el dicho: ANEP, FIT-ICE, UPINS, SINTRAJAP, ANDE, SEC, UNDECA, UNT, SITECO, SINDEU, SITUN Y CCTD.  Por su posición más radical es probable que la APSE y algunos sindicatos de la CGT no estén dispuestos a entrar en un proyecto que necesariamente tendría que hacer transacciones con los grupos dominantes. Debo agregar, para evitar suspicacias, que esta mención por nombres ni abarca a todos ni es necesariamente certera en valoración.s

CONTRIBUCION PARA CONSTRUIR EL DIAGNOSTICO DEL BUSSCO

Contribución para construir el diagnóstico del BUSSCO

Franklin Benavides Flores
Secretario General de la Afumitra


1)    En lo que tengo de participar en el BUSSCO he presenciado dos intentos por redefinir el funcionamiento interno de ésta instancia de unidad.  El primero fue promovido por la APSE, la CGT y la Afumitra al presentar una propuesta para darle una estructura de coordinación y definir los procedimientos para la toma de decisiones (documento del 4 de octubre del 2014), que de alguna manera dio origen a la constitución del Comité Político que actualmente es el organismo que coordina al BUSSCO. La segunda ha sido la propuesta presentada por el propio Comité Político para realizar un “Foro” el 13 de marzo del 2015, en que se estaría analizando el funcionamiento del BUSSCO.

2)    La preocupación que refleja ese ánimo por auto-evaluarse, se origina sin duda en la percepción compartida por sus miembros, de que el BUSSCO no está respondiendo de manera satisfactoria a los objetivos para los que fue creado.   Es lógico que se procure encontrar las causas de una cierta incapacidad para impulsar su “agenda de lucha”, en factores internos, propios de su funcionamiento, así como en el contexto político, económico y social que le sirve de escenario.  Las siguientes notas tienen como propósito el contribuir a generar un diagnóstico de ambos factores, internos y externos, con el fin de re-orientar el esfuerzo de coordinación de la lucha sindical y social  que representa el BUSSCO.

3)    Sin duda el documento constitutivo del BUSSCO que recoge los ejes de lucha del movimiento popular y que puede resumirse como la organización de la defensa del Estado Social de Derecho y la lucha contra la Contra-Reforma Neoliberal (ver la última versión en el documente del 4 de octubre presentado al Presidente Guillermo Solís)[1], es un acierto en tanto le suministra una identidad política-contestaria frente al proyecto dominante que se construye en Costa Rica. Por supuesto el nivel de identificación de cada organización miembro del BUSSCO con esa concepción política y esa agenda nacional, determina el grado de compromiso que asume con el desarrollo de la misma. No se debe olvidar que una gran parte de las organizaciones del BUSSCO son sindicatos (aproximadamente el 60% en cuanto al número de organizaciones y mucho más, si se computa la filiación física)[2] que ocupan la mayor parte de sus fuerzas a desarrollar agendas de un corte muy  “gremialista” (Magisterio Nacional, Universidades, CCSS, diversas instituciones del Estado).  Aunque tampoco se debe olvidar -y esto puede ser una fortaleza para romper con el gremialismo local (enfocado en el ámbito reducido de su institución y sus afiliados)- que la mayoría de esas organizaciones sindicales pertenecen al sector público que es uno de los principales blancos de las políticas neoliberales.

4)    Es importante señalar que la tesis central del documento estratégico del BUSSCO (el del 4 de octubre la vuelve a recoger) contiene una afirmación que, según mi criterio, se debería re-formular. Se trata de la siguiente:

“Nuestro propósito es acumular y articular la fuerza política y social del pueblo con una agenda común de lucha, movilización y resistencia al modelo dominante que nos permita derribarlo con el fin de construir una sociedad inclusiva, justa, solidaria, democrática, participativa y soberana.”  (Comunicado del 7 de noviembre del 2013 y documento del 4 de octubre del 2014; el destacado no pertenece al original)
En política el definir con precisión un objetivo como “derribar” al Modelo Neoliberal, no es un asunto de semántica.  En realidad se “derriba” a un Gobierno; a un sistema, como el capitalista, se lo transforma luego de acceder al poder.  A un “modelo” particular del capitalismo como lo es el “neoliberalismo” no se lo “derriba”:  se le hace resistencia para impedir que prospere o, en el mejor de los casos, se le sustituye con una serie de transformaciones que no sería posible desarrollar si no se está en el poder (en el gobierno).   De manera que el objetivo central del documento del BUSSCO no solo no está bien planteado (debería plantear la toma del poder si se insiste no solo en frenar el Modelo de Capitalismo Neoliberal, sino en sustituirlo por [¿un capitalismo embridado o un socialismo democrático?], por uno que garantice una sociedad “inclusiva, justa solidaria, etc.”), repito, no solo no está bien planteado, sino que es un objetivo que excede en mucho la capacidad actual y futura de una instancia de coordinación de fuerzas sindicales y sociales bastante modesta. 

5)    A lo sumo -y solo bajo el supuesto de que se logren articular otras fuerzas sindicales, sociales y política-,  el objetivo estratégico del BUSSCO, tomando en cuenta el avance del Modelo Neoliberal luego de unas tres décadas de impulso lento pero sostenido, a lo sumo el BUSSCO  debe buscar la acumulación de fuerzas para resistir a ese avance.  Que la actual es una fase de acumulación de fuerzas o dicho de otra forma, de incapacidad para lograr el objetivo en el presente, es correcto.  Lo que sospecho es que la acumulación de fuerzas, por lo menos no en el corto ni mediano plazo, no puede ni debe ser para “derribar” (sustituir) desde el Poder el Modelo de Capitalismo Neoliberal, sino para presentar una resistencia capaz de frenarlo e impedir que consoliden la Contra Reforma Económica, Política y Social que, por el momento están llevando a adelante los grupos dominantes.

6)    La articulación entre las “agendas” gremiales y particulares y la “agenda nacional” no depende nada más que de la conciencia política de los dirigentes de organizaciones con intereses diversos (sindicales, ecologistas, de salud pública, comunales, etc.).  Por supuesto que identificar un enemigo común (el proyecto neoliberal y sus agentes), ya es un gran avance en el camino de esa articulación de agendas.  Pero la articulación debería expresarse, principalmente, como acciones coordinadas.  En esto, el FRENASS es un modelo que se debe seguir.  Al contrario de las movilizaciones episódicas que caracterizan al BUSSCO (especialmente alrededor de las fijaciones de salarios del sector público, aunque se aprovechen para ventilar otros temas), ese Frente ha venido haciendo una labor de organización que seguramente se expresará en acciones con gran movilización de distintos sectores.

7)    Parte de la reformulación del objetivo estratégico del BUSSCO, o más bien de su táctica y su estrategia, es comprender que un eje central del Proyecto Neoliberalizador es el desmantelamiento del Movimiento Sindical del Sector Público porque este se ha constituido en el principal protagonista o catalizador de las fuerzas que han logrado frenar, en parte, un avance más rápido de la Contra Reforma.   El Combo del ICE, el movimiento contra RITEVE y contra el TLC, no habrían podido ser lo que  fueron sin el acervo organizativo y financiero del Movimiento Sindical del Sector Público.  De manera que en ese proceso de acumulación de fuerzas, el articular las del Movimiento Sindical del Sector Público, es un objetivo táctico medular.  Por eso las fijaciones salariales que congelan el salario real, el ataque contra los remuneraciones adicionales (anualidades, dedicación exclusiva), el ánimo persistente por aprobar una “ley de empleo público” y la política contra las convenciones colectivas (la “denuncia” por los jerarcas y las acciones de inconstitucionalidad), vinculado todo lo anterior, de manera directa, al tema del gasto público, la reforma tributaria y del déficit fiscal, deben ocupar una atención prioritaria dentro del BUSSCO.

8)    Digo lo anterior porque me parece que dentro del BUSSCO  la agenda propia del Movimiento Sindical del Sector Público se ha diluido.   Desde hace un tiempo para acá la discusión de las propuestas alrededor de las fijaciones salariales que se desarrollan cada año en los meses de enero y julio, ha merecido cada vez menos espacio dentro del BUSSCO.  El tema de la negociación colectiva y específicamente de la negociación de convenciones colectivas en el sector público –a pesar de que ha sido blanco tanto de acciones judiciales como de la política de “denuncia” de estos instrumentos por parte del Poder Ejecutivo-, tampoco ha tenido una atención central en la instancia de Coordinación.  Que esos temas, especialmente el último, es de interés estratégico para el Movimiento Sindical, no ya del sector público, sino de todo el sindicalismo costarricense, no parece necesitar de mayores esfuerzos de convencimiento:  la aniquilación o al menos el vaciamiento de la acción sindical en el único sector en que sobrevive un movimiento relativamente fuerte, condenaría a todos los trabajadores a soportar relaciones laborales dominadas totalmente por el arbitrio patronal.  

9)    Esa dilusión de la agenda sindical (del sector público) en la “agenda nacional” del BUSSCO es aún más notable por cuanto:   i) las organizaciones sindicales constituyen una mayoría dentro del Bloque y tienen una agenda común dictada al menos por la forma que adoptan las fijaciones salariales y por la feroz arremetida contra los empleados públicos y sus organizaciones  y ii) la conducción del Bloque, que en su mayoría también está a cargo de dirigentes sindicales, de alguna manera se han esforzado porque la temática propia de sus organizaciones no ahogue a los otros sectores representados, sacrificando en detrimento de las organizaciones sindicales, un espacio que les requiere de mucho una gran inversión de tiempo, restando posibilidades al desarrollo de su propia agenda.

10)                      No se trata, por supuesto, de retroceder al momento en que el espacio de coordinación lo era exclusivamente de los sindicatos del sector público y a una agenda centrada casi exclusivamente en las fijaciones salariales.  La construcción de una “agenda nacional” es un paso importante para procurar la “acumulación de fuerzas” sociales y políticas.  En este sentido, lograr el compromiso de los sindicatos del sector público para impulsar temáticas como la defensa del ambiente, contra las concesiones ruinosas de obra pública, por la soberanía alimentaria y la defensa de la seguridad social, etc., es el camino correcto.  Pero de ninguna manera se puede abandonar la “agenda” propia del Movimiento Sindical del Sector Público, como en mi criterio está sucediendo en la actualidad dentro del BUSSCO.    La defensa del Movimiento Sindical del Sector Público es un tema estratégico para el subsiguiente desarrollo del movimiento popular.  Lo que quiero decir con esto es que en la coyuntura en que estamos (desmantelamiento de los derechos laborales de los empleados públicos y ataque frontal contra sus organizaciones sindicales), la defensa de los derechos laborales de los empleados públicos, pero especialmente de sus derechos sindicales (negociación colectiva y huelga), debe ser parte de la estrategia del BUSSCO.  En otras palabras:  si el Movimiento Sindical del sector público se quiebra, las repercusiones negativas sobre el resto de los movimientos sociales y políticos de corte popular pueden significar un franco retroceso en la “acumulación de fuerzas”.

11)                      ¿Cómo lograr que no se abandone la “agenda nacional” sin diluir en ella la que es propia de los sindicatos del sector público? (por desarrollar)

San José, 13 de abril de 2015.




[1] Estos son los ejes de lucha del BUSSCO según un comunicado del 7 de noviembre del 2013:  1) Costa de Vida (alzas de tarifas y precios), 2) Defensa de la Seguridad Social (CCSS, EBAIS y Pensiones), 3) No a las concesiones de obra pública (APM Terminals, Constructora OAS, Infinito Gold (Crucitas), 4) Educación (incluye dentro de las demandas por la educación la defensa de los derechos laborales y las pensiones de los educadores), 5) ICE (Tarifas, competencia desleal contra el ICE en telefonía celular, Ley de Contingencia Eléctrica) ,6) Contra Paquete Fiscal (contra impuestos regresivos y desmantelamiento de derechos laborales de empleados públicos-Déficit Fiscal) y 7) Contra Cultivos Transgénicos. 

Estos son los ejes de lucha según el documento entregado al Presidente Solís del 6 de octubre del 2014: Estimado Señor Presidente; le proponemos construir acuerdos en un proceso de diálogo permanente, franco, transparente y sincero; sobre la siguiente Agenda Nacional:
- Por la definición de una política de salarios reales crecientes.
- Respeto a los derechos laborales, libre sindicalización, negociación colectiva y derecho a huelga.
- Aprobación y ejecución de medidas que detengan el aumento del Costo de Vida.
- Por la defensa de la Seguridad Social (CCSS y Salud Pública).
- Detener el desmantelamiento del país con el mecanismo de las concesiones. Parar las concesiones de obra pública en sectores estratégicos como: Puertos, carreteras, aeropuertos.
- Por el fortalecimiento de la Educación Pública y mayor regulación del Estado de la Educación Privada.
- Fortalecimiento del Modelo eléctrico y de Telecomunicaciones público, solidario y universal.
- Definición de una política tributaria y fiscal, diferenciada y progresiva.
- Por una política transparente de inserción económica internacional que respete la soberanía nacional y con contenido anti-neoliberal.
- Definición de política de fortalecimiento del sector productivo agropecuario nacional para garantizar la soberanía alimentaria.
[2] El siguiente cuadro recoge la composición del BUSSCO con base en listados de asistencia a sus sesiones y a las organizaciones que firman algunas de sus comunicados:
BUSSCO:  Composición por tipo de organización, 2013 y 2014

Frecuencia
%

Sindical
31
58.5
Comunal o de Base Territorial
7
13.2
Ecologista
2
3.8
Estudiantil
2
3.8
En pro de la Salud
2
3.8
De otro tipo
3
5.7
Desconocido
6
11.3
Total
53
100.0