miércoles, 26 de febrero de 2014

GOBIERNO Y PRENSA LE DAN VOCERIA DEL MOVIMIENTO SINDICAL A ALBINO VARGAS

Gobierno  y Prensa le dan la vocería del Movimiento Sindical a Albino Vargas
Escoger el interlocutor no es una buena estrategia para evitar los conflictos laborales
Franco Benavides Flores

Antes, durante y después de las protestas del 25 de febrero, el Gobierno y la Prensa Comercial escogieron a Albino Vargas, Secretario General de la ANEP, como vocero del Movimiento  Sindical.  Esto es totalmente inconveniente por las siguientes razones:

1)    LA ANEP DESVÍA LA ATENCIÓN HACIA EL “DESENGANCHE”. La dirigencia de la ANEP ha puesto en el centro de su propuesta salarial el “desenganche” de los médicos del salario del resto de los empleados públicos.  Pero lo que es evidente es que el  Gobierno apunta a los “pluses salariales” (anualidades, dedicación exclusiva,  carrera profesional, etc.), como su principal eje para aplicar una “igualdad salarial a la baja”.  Tan es así que el propio Gobierno negocio con las organizaciones de profesionales médicos y dejó las cosas como estaban; la Sala Constitucional rechazó un recurso de inconstitucionalidad que las autoridad de la CCSS  interpusieron contra la “ley de incentivos médicos” y los diputados no han querido darle trámite a la reforma que a la dirigencia de la ANEP tanto desvela.  Luego: el centro de la lucha por salarios en el sector público está en los “pluses salariales” y el resto del Movimiento Sindical (ANDE, APSE, SEC, CTNR, CGT, CMTC, UNDECA, UNT, etc.), lo tiene claro.  La posición de Albino Vargas no hace más que fomentar la división al interior del Movimiento Sindical y desviar la atención del verdadero tema (“pluses salariales”) y de ésta manera le facilita las cosas al Gobierno.  

2)    LAS ORGANIZACIONES QUE MOVILIZAN A LA MAYORÍA SON INVISIBILIZADAS.  El grueso de la movilización del día 25 –como lo ha sido durante los últimos años- lo ponen las organizaciones del Magisterio Nacional (APSE, ANDE y SEC).  Por eso llama la atención que la prensa comercial y el propio Gobierno busquen al dirigente de la ANEP y lo tengan como el principal vocero de los sindicatos.  En las declaraciones del día 26 de febrero en el programa de Amelia Rueda, los Ministros de Trabajo y de la Presidencia estaban sumamente complacidos con la posición del señor Albino Vargas por su insistencia en el “desenganche” y porque muestró una gran disposición al diálogo para condicionar los “pluses salariales” a una eventual “evaluación de desempeño”.  El Ministro Roversi afirmó que al oír a “Don Albino le daban ganas de afiliarse a la Anep”.  El Ministro de Trabajo lamentó que el resto de dirigentes, sobre todo los de los educadores no tuvieran la misma “apertura” que la de Anep e insistieran en que van a una huelga el 20 de marzo.   Aquí se hace evidente que el dirigente de la Anep no solo no es el que encabeza las movilizaciones, sino que maneja una agenda diferente a la de las organizaciones que pusieron el grueso de los empleados en la calle.  Es lógico, entonces, que el Gobierno “sienta”, al tomar como el vocero al dirigente de la Anep,  “que con los sindicatos no se logra llegar a un acuerdo”.


3)    LA ANEP DEBE RECONOCER EL LIDERAZGO DE QUIENES PONEN EL GRUESO DE LA MOVILIZACIÓN. La dirigencia de la Anep tiene derecho a plantear sus propias demandas y a darlas a conocer por medio de la prensa.  Pero lo cierto es que, si el señor Albino  Vargas tuviera un ánimo unitario sincero y reconociera, además, la autoridad de las organizaciones que ponen el grueso de la fuerza, tendría que rechazar ese protagonismo que la prensa y el Gobierno le asignan, en medida desproporcionada a su capacidad de movilización, y debería remitirlos hacia los verdaderos dirigentes del movimiento: en éste caso, el del 25 de febrero, hacia la dirigencia de la ANDE, la APSE y el SEC.  Hay que decir, para honrar la verdad, que el señor Vargas al dar declaraciones advierte que lo hace  a nombre de la ANEP y no por el resto del Movimiento Sindical, pero  no desaprovecha esa gracia que le hace la prensa y el Gobierno de considerarlo “el vocero”.

4)    ACEPTAR NEGOCIACIONES AL FINAL DE UN GOBIERNO REACIO A LA NEGOCIACION ES CUANDO MENOS, INGENUO. El Ministro de Trabajo, con ese discurso poco sincero que maneja,  le plantea “al vocero” estar dispuesto a convocar de inmedidato a los sindicatos para negociar una nueva fórmula y al “vocero” le parece bien.  Como si nadie recordara que éste gobierno durante 3 años y 5 meses ha tenido enguacada la propuesta que sobre ese tema le hicieron los sindicatos en agosto del 2010.  Como si a éste gobierno, que ha mostrado una reacia voluntad para la negociación, no le faltaran más que 2 meses y unos cuantos días para acabar.  Como si el que el Ministro de Trabajo califique públicamente a los sindicatos de manipuladores, mentirosos, electoreros y evasores de la negociación, no lo descalificara como interlocutor de una eventual negociación.

5)    LAS HUELGAS Y MARCHAS SON UNA LEGITIMA EXPRESIÓN DE RESPUDIO CONTRA LAS POLÍTICAS NEOLIBERALES DE  ÉSTE GOBIERNO. Que  para que el Ministro de Trabajo no siga pensando que la movilización del 25 de febrero y la anunciada para el 20 de marzo, son una forma de “interferir en la campaña electoral”,  aceptemos ir a sentarnos en la misma mesa de quien ha mentido y sin embargo nos presenta a nosotros como mentirosos, es una rara posición para un dirigente sindical.   Ya nada vamos a lograr en la víspera de éste Gobierno, durante el cual el Ministro de Trabajo debería estar ocupado en hacer “las maletas”.  Que la apreciación del señor Olman Segura tiene el simple afán de descalificar una vez más a la dirigencia sindical, lo demuestran los hechos.  Desde mayo del  2010 y luego de cada fijación semestral para el sector público (ya 8 en total con éste gobierno), el Movimiento Sindical ha tenido que llamar a los  empleados públicos a huelgas y marchas debido a la evidente falta de voluntad para negociar por  parte del Gobierno de Laura Chinchilla.  Esto es suficiente para que las afirmaciones del Ministro de Trabajo sobre el carácter “electorero” de estos movimientos, sean reconocidas como falsas y mal intencionadas.

6)    A estas alturas, el Movimiento Sindical no debería perder tiempo en simulacros de negociaciones,  sino en preparase para la ofensiva contra los “pluses salariales” que “La Nación” y las autoridades de éste Gobierno –recogida por los candidatos de la segunda ronda, con más o menos claridad-, están orquestando para llevarnos a la “igualdad salarial a la baja”.


Heredia, 26 de febrero del 2014.

martes, 25 de febrero de 2014

El Ministro de Trabajo no puede ser garante de ninguna negociación en conflictos del sector público

Franco Benavides


El Ministro de Trabajo ha jugado un papel inusitado para el jerarca de ese ramo. La beligerancia en contra de las acciones del Movimiento Sindical lo descalifica como un eventual intermediario en los conflictos laborales dentro del sector público. Y es que tradicionalmente los conflictos dentro del sector público tienen como contraparte al Ministro de la Presidencia, al del respectivo ramo o al propio Presidente. Ahora el señor Olman Segura, con una actitud poco comedida llama mentirosos, electoreros, manipuladores, etc. a la dirigencia sindical y hasta se atreve a mentir para presentarlos como enemigos de toda negociación. La verdad es que éste señor, no a tres meses, como dijo hoy en el programa de Amelia Rueda, sino a dos meses y trece días, debería estar "haciendo las maletas" y no jugando de que está dispuesto a negociar una nueva fórmula cuando él mismo ha dicho que eso requiere de tiempo. El Ministro de Trabajo no puede ser garante de ninguna negociación con el Movimiento Sindical del Sector Público, no solo por su trato irrespetuoso, sino porque ya ha demostrado durante el tiempo que ha estado al frente del Ministerio, que más que un político conciliador y con voluntad de negociación, es un político que procura, de manera un tanto ingenua, engañar a la representación sindical con propuestas que no buscan más que "patear la bola para adelante" o que son del tipo "gallo-gallina". Pero si eso no fuera suficiente para descalificarlo hay que decir que el señor Olman Segura tiene tres denuncias por incumplir normas laborales dentro de su propia institución. A continuación presentamos los encabezados de las tres denuncias presentadas ante los Tribunales.
Heredia, 25 de febrero del 2014.

lunes, 24 de febrero de 2014

Gastos en remuneraciones en el sector estatal para el 2013 (Contraloría)

GASTO ESTATAL EN REMUNERACIONES POR SECTOR.

El Ministro de Hacienda también se anima a participar en la discusión
Los promedios no existen y si se usan sin otros criterios ocultan en lugar de develar la realidad

Lo que dice el Ministro de Hacienda, Edgar Ayales:   Jorge (Cornick), lo que expliqué al periodista de la Nación fue que el aumento del 0,43% no puede verse aisladamente. Este aumento corresponde al ajuste que debe hacerse al aumento que se dio en julio por la inflación del primer semestre (3,25%) para llegar al monto total del incremento en el IPC (3,68%) para 2013. El acuerdo alcanzado con todos los sindicatos en 2007 y ratificado en 2012 era de que se aumentarían los salarios de acuerdo al comportamiento de ese indicador. En esta oportunidad, se esta otorgando un incremento adicional de 1% a los salarios menores a 381000 colones. Si al 3,68% se le añade el incremento automático por la anualidad (entre 2 y 5,5% en el sector público), el aumento al salario base para 2013 oscila entre casi un 6% y más de un 9%, esto sin considerar el número muy grande de otros "pluses" salariales (alrededor de 150 tipos solo en el gobierno central y las universidades), que explican en gran parte el aumento de gasto en remuneraciones a una tasa de más del doble del IPC durante al menos los últimos 7 años. Esto a llevado a que, en promedio, los salarios del gobierno central hoy en día sean 23% más altos que en el sector privado! incluyendo todas las categorías de empleo. Los salarios del sector público no gubernamental son, en promedio, 49% más altos que los del sector privado. Esta situación, única en Latinoamérica (y me imagino que en el mundo, pero no tengo datos para sustentar esa afirmación), es claramente insostenible.”


Lo que le respondo al Ministro de Hacienda:  Eso de que los empleados públicos del Gobierno Central sean más altos en un 23% que los del sector privado, según dice el Ministro de Hacienda, no es un argumento por sí mismo. Me explico: 1) ¿cuál es el nivel de salarios de la empresa privada? ¿Los salarios mínimos de la mayoría -el promedio-, en cuántas veces supera el costo de la canasta básica? Me atrevo a decir que la mayoría de salarios del sector privado son insuficientes para que el trabajador pueda tener una vida digna. De manera que decir que los salarios de los empleados del gobierno central son un 23% superiores a los del sector privado, es decir que esos salarios son, apenas, más decentes. 2) La estructura ocupacional del sector privado y del gobierno central son muy diferentes. Así, la mayoría de puestos en el sector privado son de baja calificación (como el 70%), mientras en el Gobierno Central los puestos de profesionales y técnicos (los más calificados) son precisamente más de las dos terceras partes. Luego: el nivel de salarios en el Gobierno Central (el promedio) se eleva respecto al sector privado por el nivel de calificación (los puestos más calificados deben ganar más: por ejemplo los educadores que representan cerca del 60% o más de los empleados del gobierno central). De manera que la afirmación del Ministro de Hacienda, así, en bruto, sin estudiar la estructura de puestos ni la relación de los salarios con el costo de la canasta básica, no dicen nada.

Ministro de Hacienda: Cómo puede el señor Benavides decir que el hecho de que los salarios de los empleados públicos sean más altos entre un 23% y un 49% que los del sector privado "no es un argumento por sí mismo". Don Franco dice que "la mayoría de salarios del sector privado son insuficientes para que el trabajador pueda tener una vida digna", para justificar el nivel de los salarios públicos en Costa Rica, muy por encima de los salarios públicos en Latinoamérica. Es más, estudios del Banco Mundial muestran que Costa Rica es el país de América Latina que dedica el mayor porcentaje del Presupuesto Nacional (53%) a salarios! Por otra parte, don Franco trata de argumentar que esto sólo sucede en puestos menos calificados. De acuerdo con la encuesta nacional de hogares, la brecha entre los salarios públicos y privados se da en TODOS los niveles de ocupación, desde labores no calificadas hasta posiciones gerenciales. Esto queda claramente explicado cuando se ve que a partir de 2008 los salarios del gobierno central han crecido más de un 100%, mientras que los del sector privado crecieron alrededor de un 40%, crecimiento superior a las inflación acumulada en ese periodo (alrededor de un 30%). Es más, lo que es más serio, de acuerdo con un estudio reciente del PNUD, este comportamiento salarial en Costa Rica ha sido uno de los factores que más contribuyeron al ligero deterioro en el indicador de igualdad en años recientes. Por tanto, esta situación no sólo es financieramente insostenible, sino que socialmente deplorable.

Réplica al Ministro de Hacienda (primera parte):

1) Según el Ministro Ayales es inaceptable mi afirmación de que las diferencias de hasta un 23% y un 49% entre los salarios promedio del sector privado y del sector público no son "un argumento por sí mismo":   Utilizar promedios sin tomar en consideración otros criterios (como por ejemplo la estructura ocupacional de ambos sectores y la relación entre el salario promedio del sector privado y su capacidad de compra, respecto, de la Canasta Básica); utilizar esos promedios así no más, afirmo, no indica de por sí una desigualdad salarial injusta inclinada a favor de los empleados públicos. Habría que demostrar que los salarios del sector privado son "altos" y por tanto, los del sector público son "salarios de lujo" (hablamos del salario del común de los empleados no del estipendio que se autorecetan los gerentes de los Bancos Estatales, por dar un caso).

2) EL Salario promedio de los profesionales.   Según datos del INEC para el año 2011 (luego procuraré utilizar datos más actualizados), el promedio de salarios para los profesionales respecto al salario promedio para el país (igual al 100%), es el siguiente, según el sector al que pertenezcan:
 - Sector Privado: 85%;
- Gobierno Central: 92.6%
- Resto del Sector Público: 135.3%.

Es decir, el salario de los empleados del Gobierno Central representa el 92.6% del salario promedio nacional y el de otras instituciones estatales (como el Poder Judicial, la Contraloría, Recope, el Sistema Bancario Nacional, etc.) representan un 135.3% de ese promedio nacional.

3) El porcentaje de egresos en remuneraciones es del 25%, no del 53%. Según el documento de la Contraloría "Presupuestos 2013: Situación y Perspectivas", el egreso en remuneraciones (que incluyen como partida principal los salarios) fue para los años 2010, 2011 y 2012 cercano al 24% del total de egresos presupuestarios. Para el año 2013 los egresos por remuneraciones representan el 25% de los Presupuestos de las instituciones estatales. Ignoro de dónde sacó el Ministro de Hacienda del dato de que los salarios representan el 53% del Presupuesto Nacional. Cualquiera puede tener acceso al documento citado en la página web de la Contraloría. A continuación público un gráfico tomado de ese documento.

4) Para valorar los gastos en salarios es preciso introducir otras variables y no simplemente citar promedios salariales.  Continuaremos la discusión sobre los salarios de los empleados públicos porque, sin duda, este y el próximo Gobierno van a desatar una guerra contra los pluses salariales para aplicar una “igualdad salarial a  la baja”. 

Hay que decir, por ejemplo, que a la estructura ocupacional (cuya variable principal es el nivel de calificación de los puestos de uno u otro sector), se debe agregar otra variable sin la cual no se pueden entender las diferencias salariales dentro de un mismos sector o entre un sector y otro:  la estructura de costos.

Si se analizan los datos que  año a año presenta la Contraloría sobre los presupuestos de las instituciones del Estado, se puede observar que dependiendo del carácter empresarial o no de la institución, los gastos (¿o inversión, se debería llamar?) son muy diferentes. El porcentaje de gastos en remuneraciones para empresas como el ICE o RECOPE, es muy bajo con relación al porcentaje que representa este rubro, por ejemplo, en el Ministerio de Educación.  En el gráfico de abajo se observa que para las empresas estatales las remuneraciones alcanzan menos del 16% para el año 2012, mientras que para el Gobierno Central ese porcentaje se eleva al 29%. Por supuesto que el hecho de que las empresas generen sus propios recursos las pone en una condición diferente, desde el punto de vista de la administración empresarial, distinto de, por  ejemplo el Ministerio de Educación, que es una institución que no genera más que “gastos” (inversión para la calificación de mano de obra) y cuya estructura ocupacional se caracteriza por tener un  alto porcentaje de profesionales.

Luego seguiremos el análisis de éstas  tesis maniqueas que emplean tanto las autoridades del Gobierno como sus correlegionarios de “La Nación”.

Heredia, 24 de febrero del 2014.

viernes, 21 de febrero de 2014

El Ministro de Hacienda también se anima a participar en la discusión
Los promedios no existen y si se usan sin otros criterios ocultan en lugar de develar la realidad

Lo que dice el Ministro de Hacienda, Edgar Ayales:   Jorge (Cornick), lo que expliqué al periodista de la Nación fue que el aumento del 0,43% no puede verse aisladamente. Este aumento corresponde al ajuste que debe hacerse al aumento que se dio en julio por la inflación del primer semestre (3,25%) para llegar al monto total del incremento en el IPC (3,68%) para 2013. El acuerdo alcanzado con todos los sindicatos en 2007 y ratificado en 2012 era de que se aumentarían los salarios de acuerdo al comportamiento de ese indicador. En esta oportunidad, se esta otorgando un incremento adicional de 1% a los salarios menores a 381000 colones. Si al 3,68% se le añade el incremento automático por la anualidad (entre 2 y 5,5% en el sector público), el aumento al salario base para 2013 oscila entre casi un 6% y más de un 9%, esto sin considerar el número muy grande de otros "pluses" salariales (alrededor de 150 tipos solo en el gobierno central y las universidades), que explican en gran parte el aumento de gasto en remuneraciones a una tasa de más del doble del IPC durante al menos los últimos 7 años. Esto a llevado a que, en promedio, los salarios del gobierno central hoy en día sean 23% más altos que en el sector privado! incluyendo todas las categorías de empleo. Los salarios del sector público no gubernamental son, en promedio, 49% más altos que los del sector privado. Esta situación, única en Latinoamérica (y me imagino que en el mundo, pero no tengo datos para sustentar esa afirmación), es claramente insostenible.

Lo que le respondo al Ministro de Hacienda:  Eso de que los empleados públicos del Gobierno Central sean más altos en un 23% que los del sector privado, según dice el Ministro de Hacienda, no es un argumento por sí mismo. Me explico: 1) ¿cuál es el nivel de salarios de la empresa privada? ¿Los salarios mínimos de la mayoría -el promedio-, en cuántas veces supera el costo de la canasta básica? Me atrevo a decir que la mayoría de salarios del sector privado son insuficientes para que el trabajador pueda tener una vida digna. De manera que decir que los salarios de los empleados del gobierno central son un 23% superiores a los del sector privado, es decir que esos salarios son, apenas, más decentes. 2) La estructura ocupacional del sector privado y del gobierno central son muy diferentes. Así, la mayoría de puestos en el sector privado son de baja calificación (como el 70%), mientras en el Gobierno Central los puestos de profesionales y técnicos (los más calificados) son precisamente más de las dos terceras partes. Luego: el nivel de salarios en el Gobierno Central (el promedio) se eleva respecto al sector privado por el nivel de calificación (los puestos más calificados deben ganar más: por ejemplo los educadores que representan cerca del 60% o más de los empleados del gobierno central). De manera que la afirmación del Ministro de Hacienda, así, en bruto, sin estudiar la estructura de puestos ni la relación de los salarios con el costo de la canasta básica, no dicen nada.


Heredia, 21 de febrero del 2014.
Sobre el reajuste del 0.43%
El Ministro de Trabajo me contradice
con sus propios cálculos y consideraciones

Esto es lo que dice Olman Segura, Ministro de Trabajo: "Por otro lado, no entiendo si se le olvidó o qué le pasó a don Franco, pues en su cálculo no incluyó otros pluses que casi estoy seguro que también recibe, tales como Carrera Profesional, Prohibición y Salario Escolar. En este caso concreto, si tomamos en cuenta los datos que él mismo nos suministró de salario base que en enero del 2013 era 732.700, más anualidades como 285.000, carrera profesional 45.428, prohibicion 476.255 y salario escolar 126.016, suma un salario de 1 millon 664 mil colones aproximadamente. Con los aumentos de "430 colones" que han hecho creer a mi amigo don Wilberth Manuel Gutiérrez Cabrera y que en realidad en este caso que solo tienen anualidades de 1,92, pero que en muchos casos son mucho mayores, el ajuste de enero 2013 a enero 2014 es de 80.792 colones, llegando a un salario de 1 millón 745 mil colones. Habria que hacer los cálculos aún más finos para ser totalmente exactos, pero ciertamente no es "una minucia" y en la masa salarial total del sector público implica más de 14.745 millones de colones que pagamos todos y todas los que pagamos impuestos."


Este fue el cálculo original al que se refiere el Ministro:

Esta fue mi respuesta inicial al Ministro de Trabajo:  Olman Segura Bonilla, Ministro de Trabajo y mi jefe superior -de paso-, se anima a participar en esta discusión. No voy a decir que me alegro de eso porque en otras oportunidades el suscrito se ha referido a problemas que existen dentro del MTSS y el Ministro se ha quedado callado (por ejemplo: ahora tiene dos denuncias ante los Tribunales de Trabajo por violación de normas de salud ocupacional,  por violación de la Convención Colectiva y por prácticas laborales desleales). Ahora resulta que hasta hace cálculos sobre mi salario y contradice los que yo hiciera para demostrar que el reajuste del 0.43% no se convierte en un 5% o un 9%, aún cuando se le sumen pluses salariales (como prohibición y anualidades).  Como siempre, Olman Segura, tergiversa la verdad. Ahora dice que yo no utilicé los pluses (como Carrera Profesional, Prohibición y Salario Escolar). Debo decir que omití por error el rubro de Carrera Profesional . En todo caso, ese rubro no cambiaría significativamente el cálculo final. En cambio el plus por prohibición lo incluí porque es determinante en el resultado final del reajuste para un empleado que sea profesional. Lo que es inadmisible es que el Ministro de Trabajo se le ocurra de decir que al cálculo del reajuste salarial semestral se deba incluir el  Salario Escolar como “plus". En primer lugar, el Salario Escolar no es un "plus salarial". Simplemente es un reajuste salarial del 8.19% mensual, de pago diferido y anual, que forma parte del salario de los empleados públicos desde hace años (2005, si no me equivoco). Dicho en otras palabras, es como si el mísero 0.43% que nos receta este gobierno, se acumulara durante todo el año en lugar de pagarlo mes a mes y se pague de una solo vez en enero (es claro que este pago diferido no aumenta el salario, pues ya forma parte de él). En segundo lugar, y por lo que acabo de explicar, el Salario Escolar no se toma en cuenta para hacer el cálculo de los reajustes semestrales (porque ya en su debido momento surtió sus efectos sobre el salario base y por consiguiente sobre el salario total). El Ministro de Trabajo, animado por La Nación, se anima él mismo a afirmar que el reajuste del 0.43% no es una minucia y hace cálculos, no sobre ese reajuste, sino sobre todo el año anterior y sobre los montos totales para dar la impresión de que se trata de miles de colones. Pero, seamos serios: estamos hablando de lo que significa el reajuste del 0.43% y yo, incluso haciendo concesión a la tesis del gobierno de incluir en ese reajuste la "anualidad" del 1.92% (que tiene otro origen y otro carácter distinto al del reajuste por costo de vida), logro demostrar que para un profesional jefe del Servicio Civil que tiene 25 anualidades y prohibición (65%) -es decir-, para un caso "privilegiado", porque un alto porcentaje de los empleados públicos no son jefes, ni profesionales, ni tienen prohibición o dedicación exclusiva, ese reajuste, digo, apenas representa menos del 2% respecto al salario base y menos del 1% del salario total. ¿Por qué el Ministro de Trabajo no se refiere a los 10 choferes de su propia institución que devengan un salario total (con todo y pluses) por debajo del salario mínimo para los choferes de la empresa privada? ¿Por qué no se refiere a los salarios de los oficinistas, choferes, misceláneos de miles de empleados públicos que laboran en el Gobierno Central y no ganan ni el salario mínimo de sus homólogos en el sector privado? Y esto lo sabe el Ministro de Trabajo, porque así se lo hemos dado a conocer, pero... no le interesa más que lavarle la cara a su gobierno aunque tenga que tergiversar la realidad.
Heredia, 21 de febrero del 2014.

martes, 18 de febrero de 2014

¡QUÉ DICHA QUE TENEMOS ECONOMISTAS QUE NOS SABEN SACAR DE LA DESINFORMACION EN QUE ESTAMOS SUMIDOS LOS EMPLEADOS PÚBLICOS!

Franco Benavides

En la opinión que comento, Jorge Cornick, nos dice que el "aumento salarial del 0.43%" no solo no es "raquítico" sino que los que  intentamos ponerlo como tal, buscamos "tomarle" el pelo a los que no están informados.  Dice que ese "aumento"  significa, con los pluses salariales incluidos, entre un 5% y un 9%.  Bueno, he de decir que yo soy empleado público y he realizado unos calculitos con base en mi salario y no quedo tan alegre como Cornick.  Pero antes de presentar los datos reales (y he de decir que en esto soy "privilegiado", porque soy profesional y jefe y con 20 anualidades, y en cambio existe un porcentaje de al menos del 30% o más, de empleados que tan solo tienen el plus de las anualidades); antes de presentar esos datos, hay que decir que el señor Cornick no es muy riguroso al catalogar el decreto de salarios del 0.43% como un "aumento" de salarios.  Ya se sabe, y más aún lo saben los economistas, que existe una distinción esencial entre el salario nominal y el salario real.  Pues bien, los decretos de salarios se basan en una fórmula (la misma que el Gobierno ha evadido cambiar tal y como se lo han solicitado en multitud de ocasiones los Sindicatos), que no hace otra cosa que reajustar los salarios a la inflación del semestre anterior, para que vuelvan a adquirir, de manera retrasada, eso sí, el mismo valor que tenían hace seis meses.  Es decir, el reajuste salarial tiene como criterio central el mantener el salario real.  Dicho de otra manera, la actual fórmula lo que procura es congelar los salarios reales y por tanto no el resultado de la aplicación de tal fórmula no son "aumentos" de salarios sino "reajustes".
Bueno, el otro tema es que gracias a los pluses salariales (anualidades, dedicación exclusiva, carrera profesional), los empleados del gobierno central, especialmente los profesionales, perciben efectivamente un "aumento" del salario.  Eso es innegable aunque no veo por qué la búsqueda de un salario real creciente no sea una justa demanda de cualquier trabajador, público o privado
Pero bueno, lo que quiero demostrar es que los números que Cornick, con tanta alegría y profesión de fé toma de “La Nación”, distan  de ser verdaderos.  Para eso hice el cálculo con mi propio salario (que como digo no es el común, porque soy además de profesional, jefe, y con una antigüedad superior al promedio). Estos son los datos:


Mi “aumento” salarial será de 6928.31 colones por mes, sumando todos los pluses que tan ardientemente condenan este gobierno y algunos de sus amigos.  Ese “aumento” representa un 0.9% de mi salario base y un 0.4% de mi salario total.  Si a este aumento se le suma la mitad del reajuste por “anualidad” (0.96% para que semestral), entonces resulta que estaría recibiendo un “aumento” semestral del 1.86% respecto a mi salario  base y de 1.3% respecto a mi salario total. Muy lejos del 5% y del 9% de “La Nación”. 

No se puede dejar de señalar que el Indice de Precios al Consumidor con que se mide la inflación y es el origen del 0.43%, está desactualizado (los datos son del 2004) y por eso es que todos “sentimos” que la inflación es mayor de lo que los datos oficiales dicen que es.                           
                                                                                                           Heredia, 18 de febrero del 2014.     
 Lunes de luna
La Anep: mucho más papista que el Papa
ó de cómo convertirse en la peor cuña del árbol del sindicalismo  

Franco Benavides


Nunca, pero nunca jamás he visto a un dirigente sindical tan preocupado por quitarle a otro gremio laboral sus incentivos.  Desde hace un año o más, la Anep ha puesto en el centro de su discurso y de todas las negociaciones salariales, el tema del “desengache” de los incentivos médicos de los reajustes del resto de los empleados públicos.
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Debo decir que en los más de 8  años de ser representante sindical ante la Comisión Negociadora de Salarios del Sector Público (CNSSP), nunca, hasta la última sesión de enero del 2014, escuche por parte de los representantes del Gobierno, de manera informal o formal, condicionar la negociación de salarios al eventual “impacto” que el mismo pudiera tener sobre las finanzas de la CCSS.  En cambio, en ésta oportunidad el Ministro de Trabajo pretextó para no responder con prontitud a la propuesta de los Sindicatos, precisamente el temita del “desenganche”.  Aunque ellos, el Gobierno, para no usar los mismos términos de la Anep, le llaman a eso el “efecto dominó” o “cascada”.
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Lo que asombra de todo esto, no es solo que la Anep haya sido la primera en proponer el “desenganche”, sino que cuando ésta organización sindical logró poner, a fuerza de insistencia y de llamados retadores al Gobierno, cuando logró, digo, poner el tema en la mesa del Gobierno y de la CCSS, las autoridades llamarón a los gremios médicos y el resultado fue nada.  Es decir, el Gobierno decidió no reformar el reglamento de incentivos médicos y no mandar ninguna iniciativa de “desenganche” a la Asamblea.  La CCSS presentó una acción de inconstitucionalidad y la Sala la rechazó.
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Con esos resultados y habiendo realizado ya el trabajo de instigador hacia las autoridades gubernamentales, cualquiera se hubiera dado por “satisfecho” con haber cumplido el “deber ciudadano” de denunciar “un privilegio sindical”.  Pero no.
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 En las tres últimas negociaciones salariales, los dirigentes de la Anep presentaron como parte de sus propuestas el tema del “desenganche”, argumentando siempre que la vinculación de los reajustes de los profesionales en ciencias médicas a los de algunas categorías de puestos del Gobierno Central era lo que impedía que los reajustes de éstos últimos fueran superiores.   Reitero: el Gobierno nunca utilizó ese argumento y en cambio sí, y en todas las negociaciones, el de que los “pluses salariales” de los empleados públicos y especialmente el de los profesionales (dedicación exclusiva, carrera profesional, anualidades) provocan un efecto multiplicador.
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Por fin, la Anep logró que de manera formal el Ministro de Trabajo pusiera como pretexto su cantinela del “desenganche”.  Por fin, gracias a la Anep, el Gobierno supeditó la negociación del reajuste de los salarios para los empleados públicos al “impacto” que pueda tener sobre las finanzas  de la CCSS.  Ese es el gran logro que los empleados públicos le debemos a la Anep.
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Ahora, luego de que el Gobierno, apoyándose en el reclamo de “desenganche”, receta un 0.43% de reajuste salarial, la Anep hace un llamado a repudiar el mísero reajuste. Ah, ¡pero eso sí…!, insiste en que llamará a sus afiliados a una huelga contra el decretazo y pero también para exigir que el Gobierno desenganche a los médicos.
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¿Y si el Gobierno no quiere?  ¿Y si la Sala Constitucional ya se pronunció? ¿Y si los diputados se hacen de la vista gorda?  ¿Por qué ese tema debe ser el eje central de las luchas salariales de una organización sindical?  No hay peor cuña que la del mismo palo.
Heredia, 18 de febrero del 2014.



martes, 11 de febrero de 2014

Lo que calla el Ministro de Trabajo

Franco Benavides Flores
Secretario General del Sindicato del Ministerio de Trabajo

Este 10 de febrero el Ministro de Trabajo, señor Olman Segura, publica un artículo de opinión denominado “Gobierno responsable frente a dirigencia sindical demagógica” (Diario extra).  Ya es costumbre que el señor Segura utilice medias verdades y distorsione los hechos  para procurar levantar la imagen del Gobierno y la suya propia. (http://www.diarioextra.com/Dnew/noticiaDetalle/224817#).   Esto es lo que no dice el Ministro:

1)    El Movimiento Sindical presentó desde agosto del 2010 una propuesta para modificar la fórmula para el cálculo de los reajustes de salario semestrales.  Desde ese entonces los representantes del Gobierno se han negado a negociar una nueva fórmula y en cambio se han aprovechado de la vieja fórmula para realizar los reajustes por la vía unilateral del decretazo.

2)    En julio del 2013, ante la insistencia de los Sindicatos, el Ministro de Trabajo ofreció crear una comisión que propondría una nueva fórmula en 9 meses, es decir, luego de las elecciones del 2014.  Los Sindicatos no aceptaron tal propuesta porque era evidente que el plazo propuesto perseguía, por un lado, darle largas a la eventual negociación, y por otro, evadir las divergencias y los conflictos por el tema salarial antes de las elecciones nacionales.

3)    Al acudir en la segunda semana de enero del 2014 a la sesión de la Comisión Negociadora de Salarios del Sector Público (CNSSP), convocada por el Ministro de Trabajo, el Movimiento Sindical se apersonó esperando escuchar la propuesta del Gobierno.  En esa primera reunión el Gobierno solo anunció de manera informal que valoraban un reajuste no superior al 0.43%, pero que esperaban la propuesta del Movimiento Sindical para iniciar la negociación.  En la siguiente sesión los Sindicatos presentaron formalmente su propuesta para que sirviera como base de la negociación.   El Gobierno pidió tiempo para estudiar la propuesta y de manera informal y sin definir plazos, ofreció iniciar la  negociación una nueva fórmula de cálculo de los reajustes salariales.

4)    En la sesión del 24 de enero del 2014, faltando 4 días para las elecciones, la representación del Gobierno se presenta sin ninguna propuesta formal.  Aducen que requieren más tiempo para valorar el “costo” de la propuesta Sindical (3.62%) porque están haciendo consultas a la CCSS sobre el impacto de la misma.  Proponen una nueva sesión para después de las elecciones, e incluso, se atreven a proponer que en tal sesión se invitaría al representante del presidente electo o al de los candidatos que pasaran a la segunda ronda.
5)    Debido a lo anterior, los representantes sindicales en su conjunto decidieron retirarse de la sesión, en vista de que era evidente la burda maniobra electorera del Ministro de Trabajo.  

6)    Ante los anuncios de una huelga por parte del Movimiento Sindical, el señor Olman Segura se atreve a afirmar que tal acción se motiva en los “intereses electoreros y el envió de señales de amenaza al próximo presidente de la República”

7)    El Ministro de Trabajo pierde la compostura y su obligada actitud de respecto y diálogo y, acongojado porque sus propias acciones evidenciaron sus intentonas electoreras, acusa a los dirigentes sindicales de convocar una huelga con fines “electoreros”.  Se olvida el Ministro de que durante los últimos años las huelgas, luego de cada decretazo salarial, han sido la respuesta frecuente del Movimiento Sindical y que, la que se anuncia ahora, no es diferente a esos movimientos de protesta y de presión.

Dicho lo anterior, es evidente quién es el que actúa con un ánimo electorero y busca votos para el candidato de sus amores.

San José, 11 de febrero del 2014.