martes, 18 de febrero de 2014

 Lunes de luna
La Anep: mucho más papista que el Papa
ó de cómo convertirse en la peor cuña del árbol del sindicalismo  

Franco Benavides


Nunca, pero nunca jamás he visto a un dirigente sindical tan preocupado por quitarle a otro gremio laboral sus incentivos.  Desde hace un año o más, la Anep ha puesto en el centro de su discurso y de todas las negociaciones salariales, el tema del “desengache” de los incentivos médicos de los reajustes del resto de los empleados públicos.
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Debo decir que en los más de 8  años de ser representante sindical ante la Comisión Negociadora de Salarios del Sector Público (CNSSP), nunca, hasta la última sesión de enero del 2014, escuche por parte de los representantes del Gobierno, de manera informal o formal, condicionar la negociación de salarios al eventual “impacto” que el mismo pudiera tener sobre las finanzas de la CCSS.  En cambio, en ésta oportunidad el Ministro de Trabajo pretextó para no responder con prontitud a la propuesta de los Sindicatos, precisamente el temita del “desenganche”.  Aunque ellos, el Gobierno, para no usar los mismos términos de la Anep, le llaman a eso el “efecto dominó” o “cascada”.
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Lo que asombra de todo esto, no es solo que la Anep haya sido la primera en proponer el “desenganche”, sino que cuando ésta organización sindical logró poner, a fuerza de insistencia y de llamados retadores al Gobierno, cuando logró, digo, poner el tema en la mesa del Gobierno y de la CCSS, las autoridades llamarón a los gremios médicos y el resultado fue nada.  Es decir, el Gobierno decidió no reformar el reglamento de incentivos médicos y no mandar ninguna iniciativa de “desenganche” a la Asamblea.  La CCSS presentó una acción de inconstitucionalidad y la Sala la rechazó.
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Con esos resultados y habiendo realizado ya el trabajo de instigador hacia las autoridades gubernamentales, cualquiera se hubiera dado por “satisfecho” con haber cumplido el “deber ciudadano” de denunciar “un privilegio sindical”.  Pero no.
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 En las tres últimas negociaciones salariales, los dirigentes de la Anep presentaron como parte de sus propuestas el tema del “desenganche”, argumentando siempre que la vinculación de los reajustes de los profesionales en ciencias médicas a los de algunas categorías de puestos del Gobierno Central era lo que impedía que los reajustes de éstos últimos fueran superiores.   Reitero: el Gobierno nunca utilizó ese argumento y en cambio sí, y en todas las negociaciones, el de que los “pluses salariales” de los empleados públicos y especialmente el de los profesionales (dedicación exclusiva, carrera profesional, anualidades) provocan un efecto multiplicador.
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Por fin, la Anep logró que de manera formal el Ministro de Trabajo pusiera como pretexto su cantinela del “desenganche”.  Por fin, gracias a la Anep, el Gobierno supeditó la negociación del reajuste de los salarios para los empleados públicos al “impacto” que pueda tener sobre las finanzas  de la CCSS.  Ese es el gran logro que los empleados públicos le debemos a la Anep.
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Ahora, luego de que el Gobierno, apoyándose en el reclamo de “desenganche”, receta un 0.43% de reajuste salarial, la Anep hace un llamado a repudiar el mísero reajuste. Ah, ¡pero eso sí…!, insiste en que llamará a sus afiliados a una huelga contra el decretazo y pero también para exigir que el Gobierno desenganche a los médicos.
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¿Y si el Gobierno no quiere?  ¿Y si la Sala Constitucional ya se pronunció? ¿Y si los diputados se hacen de la vista gorda?  ¿Por qué ese tema debe ser el eje central de las luchas salariales de una organización sindical?  No hay peor cuña que la del mismo palo.
Heredia, 18 de febrero del 2014.



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