miércoles, 26 de febrero de 2014

GOBIERNO Y PRENSA LE DAN VOCERIA DEL MOVIMIENTO SINDICAL A ALBINO VARGAS

Gobierno  y Prensa le dan la vocería del Movimiento Sindical a Albino Vargas
Escoger el interlocutor no es una buena estrategia para evitar los conflictos laborales
Franco Benavides Flores

Antes, durante y después de las protestas del 25 de febrero, el Gobierno y la Prensa Comercial escogieron a Albino Vargas, Secretario General de la ANEP, como vocero del Movimiento  Sindical.  Esto es totalmente inconveniente por las siguientes razones:

1)    LA ANEP DESVÍA LA ATENCIÓN HACIA EL “DESENGANCHE”. La dirigencia de la ANEP ha puesto en el centro de su propuesta salarial el “desenganche” de los médicos del salario del resto de los empleados públicos.  Pero lo que es evidente es que el  Gobierno apunta a los “pluses salariales” (anualidades, dedicación exclusiva,  carrera profesional, etc.), como su principal eje para aplicar una “igualdad salarial a la baja”.  Tan es así que el propio Gobierno negocio con las organizaciones de profesionales médicos y dejó las cosas como estaban; la Sala Constitucional rechazó un recurso de inconstitucionalidad que las autoridad de la CCSS  interpusieron contra la “ley de incentivos médicos” y los diputados no han querido darle trámite a la reforma que a la dirigencia de la ANEP tanto desvela.  Luego: el centro de la lucha por salarios en el sector público está en los “pluses salariales” y el resto del Movimiento Sindical (ANDE, APSE, SEC, CTNR, CGT, CMTC, UNDECA, UNT, etc.), lo tiene claro.  La posición de Albino Vargas no hace más que fomentar la división al interior del Movimiento Sindical y desviar la atención del verdadero tema (“pluses salariales”) y de ésta manera le facilita las cosas al Gobierno.  

2)    LAS ORGANIZACIONES QUE MOVILIZAN A LA MAYORÍA SON INVISIBILIZADAS.  El grueso de la movilización del día 25 –como lo ha sido durante los últimos años- lo ponen las organizaciones del Magisterio Nacional (APSE, ANDE y SEC).  Por eso llama la atención que la prensa comercial y el propio Gobierno busquen al dirigente de la ANEP y lo tengan como el principal vocero de los sindicatos.  En las declaraciones del día 26 de febrero en el programa de Amelia Rueda, los Ministros de Trabajo y de la Presidencia estaban sumamente complacidos con la posición del señor Albino Vargas por su insistencia en el “desenganche” y porque muestró una gran disposición al diálogo para condicionar los “pluses salariales” a una eventual “evaluación de desempeño”.  El Ministro Roversi afirmó que al oír a “Don Albino le daban ganas de afiliarse a la Anep”.  El Ministro de Trabajo lamentó que el resto de dirigentes, sobre todo los de los educadores no tuvieran la misma “apertura” que la de Anep e insistieran en que van a una huelga el 20 de marzo.   Aquí se hace evidente que el dirigente de la Anep no solo no es el que encabeza las movilizaciones, sino que maneja una agenda diferente a la de las organizaciones que pusieron el grueso de los empleados en la calle.  Es lógico, entonces, que el Gobierno “sienta”, al tomar como el vocero al dirigente de la Anep,  “que con los sindicatos no se logra llegar a un acuerdo”.


3)    LA ANEP DEBE RECONOCER EL LIDERAZGO DE QUIENES PONEN EL GRUESO DE LA MOVILIZACIÓN. La dirigencia de la Anep tiene derecho a plantear sus propias demandas y a darlas a conocer por medio de la prensa.  Pero lo cierto es que, si el señor Albino  Vargas tuviera un ánimo unitario sincero y reconociera, además, la autoridad de las organizaciones que ponen el grueso de la fuerza, tendría que rechazar ese protagonismo que la prensa y el Gobierno le asignan, en medida desproporcionada a su capacidad de movilización, y debería remitirlos hacia los verdaderos dirigentes del movimiento: en éste caso, el del 25 de febrero, hacia la dirigencia de la ANDE, la APSE y el SEC.  Hay que decir, para honrar la verdad, que el señor Vargas al dar declaraciones advierte que lo hace  a nombre de la ANEP y no por el resto del Movimiento Sindical, pero  no desaprovecha esa gracia que le hace la prensa y el Gobierno de considerarlo “el vocero”.

4)    ACEPTAR NEGOCIACIONES AL FINAL DE UN GOBIERNO REACIO A LA NEGOCIACION ES CUANDO MENOS, INGENUO. El Ministro de Trabajo, con ese discurso poco sincero que maneja,  le plantea “al vocero” estar dispuesto a convocar de inmedidato a los sindicatos para negociar una nueva fórmula y al “vocero” le parece bien.  Como si nadie recordara que éste gobierno durante 3 años y 5 meses ha tenido enguacada la propuesta que sobre ese tema le hicieron los sindicatos en agosto del 2010.  Como si a éste gobierno, que ha mostrado una reacia voluntad para la negociación, no le faltaran más que 2 meses y unos cuantos días para acabar.  Como si el que el Ministro de Trabajo califique públicamente a los sindicatos de manipuladores, mentirosos, electoreros y evasores de la negociación, no lo descalificara como interlocutor de una eventual negociación.

5)    LAS HUELGAS Y MARCHAS SON UNA LEGITIMA EXPRESIÓN DE RESPUDIO CONTRA LAS POLÍTICAS NEOLIBERALES DE  ÉSTE GOBIERNO. Que  para que el Ministro de Trabajo no siga pensando que la movilización del 25 de febrero y la anunciada para el 20 de marzo, son una forma de “interferir en la campaña electoral”,  aceptemos ir a sentarnos en la misma mesa de quien ha mentido y sin embargo nos presenta a nosotros como mentirosos, es una rara posición para un dirigente sindical.   Ya nada vamos a lograr en la víspera de éste Gobierno, durante el cual el Ministro de Trabajo debería estar ocupado en hacer “las maletas”.  Que la apreciación del señor Olman Segura tiene el simple afán de descalificar una vez más a la dirigencia sindical, lo demuestran los hechos.  Desde mayo del  2010 y luego de cada fijación semestral para el sector público (ya 8 en total con éste gobierno), el Movimiento Sindical ha tenido que llamar a los  empleados públicos a huelgas y marchas debido a la evidente falta de voluntad para negociar por  parte del Gobierno de Laura Chinchilla.  Esto es suficiente para que las afirmaciones del Ministro de Trabajo sobre el carácter “electorero” de estos movimientos, sean reconocidas como falsas y mal intencionadas.

6)    A estas alturas, el Movimiento Sindical no debería perder tiempo en simulacros de negociaciones,  sino en preparase para la ofensiva contra los “pluses salariales” que “La Nación” y las autoridades de éste Gobierno –recogida por los candidatos de la segunda ronda, con más o menos claridad-, están orquestando para llevarnos a la “igualdad salarial a la baja”.


Heredia, 26 de febrero del 2014.

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