Gobierno y Prensa le dan la
vocería del Movimiento Sindical a Albino Vargas
Escoger el interlocutor no
es una buena estrategia para evitar los conflictos laborales
Franco Benavides Flores
Antes, durante y después de las
protestas del 25 de febrero, el Gobierno y la Prensa Comercial escogieron a
Albino Vargas, Secretario General de la ANEP, como vocero del Movimiento Sindical. Esto es totalmente inconveniente por las siguientes razones:
1) LA ANEP DESVÍA LA ATENCIÓN HACIA EL “DESENGANCHE”. La
dirigencia de la ANEP ha puesto en el centro de su propuesta salarial el “desenganche” de los médicos del salario del resto de los empleados públicos. Pero lo que es evidente es que el Gobierno apunta a los “pluses salariales”
(anualidades, dedicación exclusiva,
carrera profesional, etc.), como su principal eje para aplicar una “igualdad
salarial a la baja”. Tan es así que el propio Gobierno
negocio con las organizaciones de profesionales médicos y dejó las cosas como
estaban; la Sala Constitucional rechazó un recurso de inconstitucionalidad que
las autoridad de la CCSS interpusieron
contra la “ley de incentivos médicos” y los diputados no han querido darle
trámite a la reforma que a la dirigencia de la ANEP tanto desvela. Luego: el centro de la lucha por salarios en
el sector público está en los “pluses salariales” y el resto del Movimiento
Sindical (ANDE, APSE, SEC, CTNR, CGT, CMTC, UNDECA, UNT, etc.), lo tiene claro. La posición de Albino Vargas no
hace más que fomentar la división al interior del Movimiento Sindical y desviar
la atención del verdadero tema (“pluses salariales”) y de ésta manera le facilita
las cosas al Gobierno.
2) LAS ORGANIZACIONES QUE MOVILIZAN A LA MAYORÍA SON
INVISIBILIZADAS. El grueso de la
movilización del día 25 –como lo ha sido durante los últimos años- lo ponen
las organizaciones del Magisterio Nacional (APSE, ANDE y SEC). Por eso llama la atención que la prensa
comercial y el propio Gobierno busquen al dirigente de la ANEP y lo tengan como
el principal vocero de los sindicatos. En
las declaraciones del día 26 de febrero en el programa de Amelia
Rueda, los Ministros de Trabajo y de la Presidencia estaban sumamente
complacidos con la posición del señor Albino Vargas por su insistencia en el “desenganche”
y porque muestró una gran disposición al diálogo para condicionar los “pluses
salariales” a una eventual “evaluación de desempeño”. El Ministro Roversi afirmó que al oír a “Don
Albino le daban ganas de afiliarse a la Anep”.
El Ministro de Trabajo lamentó que el resto de dirigentes, sobre todo
los de los educadores no tuvieran la misma “apertura” que la de Anep e insistieran
en que van a una huelga el 20 de marzo.
Aquí se hace evidente que el dirigente de la Anep no solo no es el que
encabeza las movilizaciones, sino que maneja una agenda diferente a la de las
organizaciones que pusieron el grueso de los empleados en la calle. Es lógico, entonces, que el Gobierno “sienta”, al tomar
como el vocero al dirigente de la Anep, “que con los sindicatos no se logra llegar a
un acuerdo”.
3) LA ANEP DEBE RECONOCER EL LIDERAZGO DE QUIENES PONEN
EL GRUESO DE LA MOVILIZACIÓN. La dirigencia de la Anep tiene
derecho a plantear sus propias demandas y a darlas a conocer por medio de la
prensa. Pero lo cierto es que, si el
señor Albino Vargas tuviera un ánimo
unitario sincero y reconociera, además, la autoridad de las organizaciones que
ponen el grueso de la fuerza, tendría que rechazar ese protagonismo que la
prensa y el Gobierno le asignan, en medida desproporcionada a su capacidad de
movilización, y debería remitirlos hacia los verdaderos dirigentes del movimiento: en
éste caso, el del 25 de febrero, hacia la dirigencia de la ANDE, la APSE y el
SEC. Hay que decir, para honrar la
verdad, que el señor Vargas al dar declaraciones advierte que lo hace a nombre de la
ANEP y no por el resto del Movimiento Sindical, pero no desaprovecha esa gracia que le hace la
prensa y el Gobierno de considerarlo “el vocero”.
4) ACEPTAR NEGOCIACIONES AL FINAL DE UN GOBIERNO REACIO A
LA NEGOCIACION ES CUANDO MENOS, INGENUO. El Ministro de Trabajo, con ese
discurso poco sincero que maneja, le
plantea “al vocero” estar dispuesto a convocar de inmedidato a los sindicatos para negociar
una nueva fórmula y al “vocero” le parece bien. Como si nadie recordara que éste
gobierno durante 3 años y 5 meses ha tenido enguacada
la propuesta que sobre ese tema le hicieron los sindicatos en agosto del
2010. Como si a éste gobierno, que ha
mostrado una reacia voluntad para la negociación, no le faltaran más que 2
meses y unos cuantos días para acabar.
Como si el que el Ministro de Trabajo califique públicamente a los
sindicatos de manipuladores, mentirosos, electoreros y evasores de la negociación,
no lo descalificara como interlocutor de una eventual negociación.
5) LAS HUELGAS Y MARCHAS SON UNA LEGITIMA EXPRESIÓN DE
RESPUDIO CONTRA LAS POLÍTICAS NEOLIBERALES DE
ÉSTE GOBIERNO. Que para que
el Ministro de Trabajo no siga pensando que la movilización del 25 de febrero y
la anunciada para el 20 de marzo, son una forma de “interferir en la campaña
electoral”, aceptemos ir a sentarnos en
la misma mesa de quien ha mentido y sin embargo nos presenta a nosotros como
mentirosos, es una rara posición para un dirigente sindical. Ya nada
vamos a lograr en la víspera de éste Gobierno, durante el cual el Ministro de Trabajo debería estar
ocupado en hacer “las maletas”. Que la
apreciación del señor Olman Segura tiene el simple afán de descalificar una
vez más a la dirigencia sindical, lo demuestran los hechos. Desde mayo del 2010 y luego de cada fijación semestral para
el sector público (ya 8 en total con éste gobierno), el Movimiento Sindical ha
tenido que llamar a los empleados
públicos a huelgas y marchas debido a la evidente falta de voluntad para
negociar por parte del Gobierno de Laura
Chinchilla. Esto es suficiente para que
las afirmaciones del Ministro de Trabajo sobre el carácter “electorero” de
estos movimientos, sean reconocidas como falsas y mal intencionadas.
6) A estas
alturas, el Movimiento Sindical no debería perder tiempo en simulacros de
negociaciones, sino en preparase para la
ofensiva contra los “pluses salariales” que “La Nación” y las autoridades de
éste Gobierno –recogida por los candidatos de la segunda ronda, con más o menos
claridad-, están orquestando para llevarnos a la “igualdad salarial a la baja”.
Heredia, 26
de febrero del 2014.
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